Sí la crítica fácil está a la orden de día y yo voy hacer la mía propia.
A decir verdad no es el vestido que yo me pondría, pero no me lo pondría porque no tengo el tipazo de la Pedroche, si tuviese su cuerpo, sus años, su gracia y un momentazo como ese también me lo pondría.
Sí el problema no és el vestido, es el momentazo, todas soñamos con una boda, bautizo o comunión para comprarnos el supervestido, pero no soñamos con dar la campanadas porque es inalcanzable, ese momentazo es para pocas, y como tal, un vestido así también es para pocas, porque difícilmente tengamos una ocasión así para ponérnoslo en nuestra vida.
Tejido a mano por las manos de las modistas de Pronovias, la firma ha conseguido cotas de audiencia que jamás imaginó, no sólo por la retransmision televisiva, si no por los post, artículos, y sin fin noticias que estos días circulan por la red y prensa escrita.
Si valoramos el estilismo tengo que decir que es 100% acertado, ese vestido no se luce en una boda, o en una presentación de un concierto, es un vestido digno de fiesta, de empezar algo nuevo, de librarse de todo y lanzarse a la piscina, algo que reúne el fin de año, liberándonos del año pasado y abriéndonos al año nuevo, en blanco y transparente, señalando pureza y despertar, con destellos de cristales que marcan los nuevos sueños.
A mi juicio José Fernández Pacheco o el conocido Josie, ha dado la campanada con el acierto, no pudo con el estilismo de boda de Cristina, y le ha regalado un estilismo que no tiene nada que enviadar a los Oscars o a la mejor Gala que se precie.
Yo como mortal que no presentó Galas, que no tengo el tipazo de la Pedroche, ni tengo la suerte de Josie me asesore (algún día se lo pediré), sueño con un momento así y un tipazo así, sé que tendré q esperar a otra vida, por ahora lo veo difícil, con lo cual seguiré soñando, por sin duda es un vestido de ensueño.
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Marisa Ferrando