El Parque Nacional de Cabañeros, a caballo entre las provincias de Toledo y Ciudad Real, Castilla la Mancha, también es conocido como el Serengueti español debido a que en sus 40.000 hectáreas existen llanuras similares a las africanas en las que se desarrollan una gran cantidad de animales como ciervos, jabalíes, buitres, zorros y de flora mediterránea como encinas, quejigos, alcornoques, tejos, jara y rebollo.
Si quieres visitar el Parque debes llegar al Centro de Visitas de Casa Palillos que tiene una zona de exposición e interpretación del Parque. Las visitas las reservas por Internet y son guiadas en vehículos 4x4 con guías que te van dando información a lo largo de toda la visita, realizando paradas, y haciéndote pasar un rato muy agradable durante las tres horas que dura el trayecto de unos 25 kilómetros, debido a su amabilidad y conocimiento del parque.
Al final del post os dejo la forma correcta de llegar a Casa Palillos ya que las indicaciones de Google Maps no son correctas.
Esta finca de 40.000 hectáreas, rodeada completamente por los Montes de Toledo, era privada y cuando España entró en la OTAN en el año 1982 el Mº de Defensa la compró como campo de tiro para las maniobras de los aviones de la OTAN, como cumplimiento del tratado que obligaba a tener un área de este tipo en España. La zona era perfecta para este fin ya que era bastante deshabitada, en el centro de la península y equidistante de las bases áreas militares de la península ibérica. Al conocer esto los habitantes de los pueblos vecinos y organizaciones ecologistas organizaron protestas y acampadas en la finca, llamando la atención de las autoridades civiles de la Comunidad Autónoma respecto al alto valor ecológico de la finca, las cuales hicieron estudios de la fauna y la flora llegando a la conclusión del alto impacto medioambiental que supondría el campo de maniobras. Gracias a las gestiones del Gobierno de la Comunidad de Castilla La Mancha se desestimó el proyecto de campo de tiro y por fin la finca se declaró Parque Natural protegido, y en 1988 Parque Nacional, traspasándose su titularidad a lo que hoy conocemos como Mº de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Finalmente quedó como único campo de tiro el desierto de las Bárdenas Reales en Navarra, un sitio mucho más apropiado para este fin, que llevaba funcionando desde 1951 para el Ejército del Aire de España.
El Parque debe su nombre a las chozas utilizadas por pastores y carboneros como refugio temporal de sus labores en el campo. Estas cabañas de forma cónica se techaban utilizando vegetación del entorno
Se divide en dos zonas:
Las sierras que son las zonas de relieve montañoso correspondientes al norte, el centro y el oeste del Parque (la mayor parte de su superficie), oscilando su altura entre los 650 y los 1448 metros. Se encuentran cubiertas de bosques y matorrales, y en ellas también pueden observarse pedrizas descubiertas de vegetación. Los bosques más abundantes son los encinares, alcornocales, quejigares, rebollares, y de ribera alrededor de los cursos fluviales. El matorral más abundante es el jaral-brezal
La raña es una gran llanura de aproximadamente 8.000 hectáreas de extensión situada en el sureste del Parque, cuyo origen es el relleno con materiales circundantes que se produjo hace unos 3 millones de años. En los años 60 se eliminó parte del bosque y el matorral que la cubría, para dedicarla a cultivos de cereal, y a partir de entonces se convirtió en el herbazal arbolado actual, con algunas zonas que conservan la vegetación original
La visita guiada transcurre a través de la raña que es donde viven los aproximadamente 3500 ciervos que hemos venido a ver.
Los ciervos
Entre la gran información que el guía te va proporcionando a lo largo de la visita os voy dejo lo más curioso que nos contó cuando yo lo visité.
Los datos más significativos de su tranquila existencia en este parque es que la esperanza de vida de los machos es de 15 años, alcanzan los 150 kgs en estado adulto y empiezan a procrear a los 4 años. Por su parte la esperanza de vida de las hembras es de 20 años, alcanzan los 100 Kgs en estado adulto, y empiezan a tener crías a los 2 años, continuando su vida fértil hasta el final de sus días, teniendo una cría por año como máximo y siendo raro el caso de partos de más de una cría.
Si visitamos el parque en el mes de Septiembre y primera quincena de Octubre nos encontraremos en la época de apareamiento conocida como la "berrea" debido al ronco sonido que sale de las gargantas de los machos para llamar a las hembras y mostrar al resto de machos su fortaleza y posición entre la manada, evitando así peleas entre los que son más desiguales. En el amanecer y atardecer los "berreos" de los machos se escuchan en la lejanía llevados por el viento del parque como voces de dolor y nostalgia.
La misión impuesta por la Naturaleza a los machos más fuertes es crear un harén de hembras para cubrirlas y no permitir que otros machos lo hagan. Sólo así se transmitirán los genes del más sano y más fuerte.
En esta época los machos dejan de comer y se dedican frenéticamente a su labor de cubrir a las hembras que los aceptan quedando exhaustos al final de la temporada, llegando incluso algunos a morir.
Para dar pistas a las hembras y a los otros machos secretan feromonas desde unas glándulas cerca de los lagrimales que frotan contra los árboles, marcando así su territorio. Escuchando los roncos bramidos en la distancia los machos miden sus fuerzas como un primer paso, decidiendo si están en disposición de ser el macho alfa del harén. Los que se encuentran en las mismas condiciones físicas que el líder entablan una lucha con él, cruzando las cuernas y empujando, no dando topetazos. El que llega a empujar más se queda con el botín. Se llega a dar el caso de que las cornamentas quedan trabadas y no pueden soltarse, muriendo ambos animales de deshidratación.
La berrea comienza con los primeros fríos del otoño cuando los machos sienten el frescor de la humedad del amanecer en sus lomos, lo que les indica que su trabajo ha comenzado, y termina a mediados de Octubre cuando el cansancio hace mella en los animales y les indica que es hora del descanso.
Fuera de la temporada de la berrea las hembras de varias generaciones permanecen juntas formando manadas de abuelas, hijas y nietas siguiendo a la más vieja como guía. Entre ellas también hay peleas por la comida o las crías, dándose manotazos con la pezuña que es mucho más letal que las cuernas de los machos. Por su parte los machos se suben al monte a buscar comida ya que las hembras agotan el pasto de la zona.
Cada año, en primavera a los machos se les caen las cuernas, comenzando un nuevo ciclo de crecimiento a partir de unos cartílagos llenos de capilares y cubiertos por una telilla, que se convierte en hueso cuando estos capilares se estrangulan, lo que produce una gran comezón a los animales que frotan sus cuernas contra los árboles y postes que haya en el parque. Podremos distinguir a los machos más fuertes y sanos por su cornamenta más grande y simétrica. Las hembras que por esta época están preñadas aprovechan esta ornamenta caída para roerla y acabar comiéndosela, fortaleciéndose con el calcio y las sales que contienen.
Finalmente el ciclo de la vida se acaba para estos altivos machos y al llegar a la vejez su dentadura es más débil, y por tanto su alimentación más pobre, dejando de rivalizar con los más jóvenes y por ende de procrear. En esta época se suelen retirar al monte para morir sobre los 15 años.
La Flora
Como he apuntado antes en el Parque hay gran variedad de Flora mediterránea y atlántica como puedes ver en las siguientes fotos.
Quejigos y Encinas
Alcornoque. De cuya corteza se extrae el corcho, siendo un árbol muy resistente a los incendios forestales
"Rebozadero". Hueco hecho por los jabalíes al revolcarse para rebozarse la piel con barro y así protegérsela
Marcas de barro en los árboles próximos al "rebozadero" anterior donde los jabalíes se frotan para masajearse
Tronco negro fruto de la simbiosis de ciertos hongos con las plantas
Plantas mediterráneas
Plantas mediterráneas
Quejigo dorándose con la tibia luz del atardecer
El todoterreno te lleva cómodamente a través de todo el Parque conducido por el guía
Los Buitres
Por otra parte, los limpiadores naturales del Parque son los buitres negros y leonados que también habitan en él. Cuando una res cae muerta se pueden ver a estas formidables aves carroñeras sobrevolar la zona y en cuestión de dos horas acaban su banquete, dejando limpio el lugar. Una vez terminado el festín se plantan en el suelo y árboles para digerir ya que están pesados para el vuelo.
Paredes verticales de roca donde los buitres hacen sus nidos
Dos buitres volando a la par
Un buitre real y uno leonado se plantan en un árbol después de un festín
Un buitre leonado surca el cielo del atardecer
El atardecer en el Parque
Poco a poco el sol se va poniendo y llega la preciosa luz dorada que colorea animales y plantas con un tono anaranjado. El mejor turno para hacer la visita en otoño es el de la cinco de la tarde porque verás las bellas puestas de sol...
... como ésta
y finalmente la luna se asoma para iluminar el Parque
Por su color es llamada Luna de Sangre
Cómo llegar
El punto de cita que te dan en la reserva es Centro de visitas Casa Palillos. Si buscas concretamente este nombre en Google Maps y cómo llegar, te presenta un punto en la carretera CM-403, entre Pueblonuevo de Bullaque y Porzuna que coincide con un camino de tierra que no sé adónde llevará. La búsqueda correcta que se debe hacer en Google Maps es Parque Nacional de Cabañeros y entonces si te indica bien la entrada.
En el mismo pueblo de Pueblonuevo de Bullaque, en su parte norte, en la misma CM-403 hay un pequeño cartel verde con letras blancas, en forma de flecha que indica la mencionada Casa Palillos. Desde ese punto hay 6 kilómetros hasta la entrada.
Ojo, los guías salen a la hora en punto y a mi este despiste de Google Maps casi me cuesta quedarme en tierra y perder la excursión reservada.