Enric Huguet Muixí (Barcelona, 1928) es conocido como uno de los padres del diseño gráfico y la ilustración en España, y ha destacado a lo largo de su trayectoria profesional por la realización de algunos de los carteles más interesantes de la década de los 50 y 60 y por el diseño de marcas y comunicación comercial, especialmente del sector farmacéutico.
Proyecto de cartel para la AGI, congreso anual de Lucerna, 1968/ Cubierta revista Avicultura Técnica, 1959-1963.
Ser un diseñador es ser un poeta
Huguet define al diseñador como “un lingüista y un poeta de las imágenes visuales del mundo”. Afirma que lo más importante es que este creador sepa transmitir el mensaje, que tenga un contenido emocional y que consiga llegar a las personas, función que logrará a través de la poesía, del humor y de la plástica.
Cuando Enric empezó a trabajar como diseñador gráfico, en torno a 1946, esa profesión aún no tenía un nombre en España, y eran denominados artistas comerciales o dibujantes publicitarios. Fue entonces cuando descubrió que los dibujantes no eran sólo dibujantes, sino que transmitían mensajes y que, por lo tanto, eran comunicadores visuales.
Enseñar a través del juego y la práctica, lo más importante para los futuros diseñadores
Enric fue profesor de Plástica publicitaria en la escuela Massana de 1963 a 1993, trabajo que, confiesa, le apasionaba. Según él, su labor más importante fue que el alumnado se sintiese ilusionado con lo que estuviera estudiando, que sintiera que el aprendizaje era algo divertido, como una cosa que tuviera un aliciente continuo.
El problema se tiene que convertir en un juego, si la cosa funciona, es así cómo se logra la motivación, el interés en los alumnos. La escuela no es un edificio, no es un claustro de profesores o un plan de estudios, son ante todo los alumnos. El profesor tiene que convertirse en un conductor muy positivo y que consiga ilusionar, animar a las personas a que se sacrifiquen y se esfuercen en aquello que les interese, cosa que, como Huguet admite, no siempre conseguía.
Enric Huguet, primera fila, segundo por la izquierda. Foto de grupo de los profesores de La Massana del curso 1983-1984.
El oficio de diseñador, el oficio de ser honrado
Más allá de la parte teórica y práctica, en la que un diseñador será aquel capaz de vislumbrar cuál es la imagen o el color apropiado para un trabajo, Huguet destaca que lo más importante residirá siempre en enseñarle el aspecto moral del oficio, la honradez en la que uno debe ejercer:
A cualquier individuo que formamos la sociedad, es importante inculcarle que sea una persona honrada y obediente a la deontología, a las responsabilidades, que sepa responder, que sea consciente de la responsabilidad que tiene. A sus 90 años confiesa, en su estudio, que para él, lo más importante en la vida no está en la obra, está en lo humano. El diseñador atestigua que no hay obra más importante que la propia humanidad, pues ante todo, somos personas, las obras son una consecuencia de las cosas que hacemos.
Salón Naútico de Barcelona, Cartel, 1977 / Olímpiadas de Barcelona, Cartel, 1989. Contracubierta y cubierta para un catálogo de especialidades farmacéuticas, 1966. Anuncios para medicamentos relacionados con las faltas de calcio. Sandoz, 1974. Si quieres profundizar en el diseño publicitario, puedes consultar el curso de Cruz Novillo y Pepe Cruz Identidad corporativa bi y tridimensional y si prefieres aprender a hacer carteles, puede interesarte este curso de de Error! Design (Xavi Forné) sobre Cartelismo ilustrado .
Fue uno de los fundadores de la ADG - FAD (Asociación de diseñadores gráficos del Fomento de las Artes y del Diseño) y entre sus trabajos más conocidos se encuentran diseños tan cotidianos como el de la caja de Gelocatil, el logo de Santiveri y el de los diccionarios VOX.
Huguet se define como un ex diseñador gráfico, meticuloso y perfeccionista. En sus trabajos nunca ha seguido un patrón y ha preferido que su personalidad o estilo no entorpecieran el mensaje. De esta manera, la diversidad ha sido siempre su gran aliada.
Caja de Gelocatil, 1973. Logo de Santiveri, 1972.