Aísa da nombre a uno de los valles más bellos y desconocidos del Pirineo aragonés. Abierto a través del río Estarrún, afluente del Aragón, se inserta en una amplia banda de suelos pardos calizos forestales sobre flysch eoceno.
El aprovechamiento forestal y la ganadería vacuna y ovina constituyen la principal actividad económica, apoyada por una agricultura de subsistencia condicionada por el clima de montaña, de largos y fríos inviernos.
El núcleo de Aísa destaca por el excelente estado de conservación de buena parte de sus casas y por las esmeradas rehabilitaciones realizadas, que han logrado mantenerse fieles al inconfundible estilo de la arquitectura popular de montaña.
Tejados de pizarra, bellas chimeneas y fachadas con la piedra cara vista se reproducen con agradable armonía a lo largo del casco urbano.
Iglesia parroquial de la Asunción
Su construcción es del siglo XVIII, sustituyendo a un templo anterior reconocible en el muro meridional. Es de estilo barroco, presentando una planta de cruz latina, de una sola nave, capillas entre los contrafuertes cubiertas con bóveda de cañón y crucero no acusado al exterior con testero recto y coro alto a los pies cubierto con cimborrio octogonal.
En el lado Sur, junto a la cabecera, se adosa la sacristía y sobre ella se alza la torre campanario. En la parte meridional, en la zona de los pies, se abre una portada de pequeñas dimensiones cobijada por un pequeño pórtico.
La nave se cubre con bóveda de cañón con lunetos y sobre el crucero hay un cimborrio octogonal que se articula al interior mediante ocho gajos curvos separados por nervios que descansan en ménsulas con decoración vegetal, (en un esquema que se reproduce en la parroquial de Santa Engracia de Jaca).
Todos los retablos del interior se realizan en la segunda mitad del siglo XVIII y muestran las distintas tipologías presentes en la retablística aragonesa de la época, siempre con una modesta calidad. El más estimable es el retablo que preside el presbiterio. Está dedicado a la Virgen de la Asunción y se compone de banco, cuerpo y ático.
Los retablos del crucero muestran una organización similar, con un cuerpo dividido en tres calles y un ático. El del lado Sur está dedicado a santas mártires. El retablo del lado Norte está organizado mediante estípites y adornos de hojarasca y está presidido por una imagen de San Francisco de Asís rodeado por las de San Antonio de Padua y San Francisco Javier.
El retablo de la Virgen del Rosario muestra una estructura en tríptico sin ningún tipo de articulación arquitectónica, ocupando la decoración toda la superficie disponible. En el centro se halla la imagen de la titular flanqueada por las de Santo Domingo de Guzmán y Santa Catalina de Siena.
Por último, destacar el retablo de la Piedad donde se combinan columnas abalaustradas con estípites.
Lavadero de Abajo
Esta infraestructura hidráulica se construyó en torno a 1930 y era el lavadero del pueblo. Las mujeres bajaban hasta él con la ropa en cestas de mimbre y sobre la cabeza. Cuando llegó el agua corriente a los hogares se dejó de utilizar y actualmente es un recuerdo más de los tiempos pasados que merece la pena acercarse y conocerlo.
Molino Harinero
situado a orillas del río Estarrún. Actualmente se encuentra en ruinas, no como el Lavadero de Abajo. Tuvo una época donde era de gran importancia, ya que además de moler el grano para obtener harina, se generaba energía aprovechando la fuerza del agua.
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