El término municipal limita al Este con el municipio de Manzanares, al Sur con los de Almagro y Bolaños de Calatrava, al Oeste con Torralba de Calatrava y al Este con los pueblos de Villarrubia de los ojos, Arenas de San Juan, Malagón, Fuente el fresno y Puerto Lápice.
TOPONIMIA
La etimología de Daimiel se desconoce, aunque existen algunas teorías plausibles, la arábiga y la celtibérica. La terminación -iel corresponde al dialecto mozárabe antiguo del latín. Según don Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la Lengua Castellana o Española (Madrid, 1611), Daimiel es vocablo arábigo “... y dice el padre Guadix que vale tanto como suficiente heredad”. Sin embargo, el filólogo Gerhard Rohlfs afirma que los hidrónimos son más antiguos que los topónimos, de forma que suelen influir en estos, así que, como para Plinio el Viejo el río Ana o Guadiana nacía en las Tablas de Daimiel y en el Itinerario de Antonino Laminium (el río del pantano) está a seis millas caput fluminis Anae, Daimiel debe provenir de este vocablo. Laminio es vocablo celtibérico-hispanolatino y viene de "lama", un prado húmedo cubierto de herbazales; el sufijo -iel sería posterior y por la evolución románica del sufijo latino diminutivo -ellu(m).
HISTORIA
Se trata de uno de los poblamientos más antiguos de la provincia de Ciudad Real, ya que las excavaciones arqueológicas han señalado que existía ya hace 5.000 años a.C. un poblado fortificado (Motilla), con un pozo de agua dulce, situado cerca el río Azuer. Sus orígenes se remontan, pues, a la Edad del Bronce con el yacimiento arqueológico de la Motilla del Azuer (2200-1500 a. C.), sin lugar a dudas el más emblemático y representativo de la llamada Cultura de las Motillas.
La frontera entre la Carpetania y la Oretania nos es muy difícil de precisar. Diversas vías romanas cruzaban el término de Daimiel, la Vía de Toledo-Andújar pasaría por la Venta de Borondo, (identificada posiblemente como la Mansión Mariana del Itinerario de Antonino) continuando por la Cañada del Carrerón proveniente del Puente de Villarta. Sobre el río Azuer se alza el “Puente Viejo”, compuesto de tres ojos y sin pretiles, continuación de la Senda de los Mártires (calzada secundaria).
En el año 711 los árabes, sirios y bereberes del naciente Islam triunfante en el norte de África invaden la península ibérica, destruyendo el reino hispanogodo de Toledo en nombre del califato omeya de Damasco.
Establecieron, poco después, los emires independientes de Córdoba en la fortaleza de Calatrava la Vieja una capital comarcal; más tarde, y bajo su jurisdicción, se construiría el Castillo de Daimiel (que abarcaba desde la plaza de la Paz, Subida al Castillo, calle de Jesús, calle Castillejos y calle Luchana) para así controlar mejor la línea defensiva del Guadiana frente a los reinos cristianos. Éste será el originario asentamiento de Daimiel a cuyo alrededor se agruparía una escasa población hasta ese momento dispersa.
Los musulmanes (muladíes y, posteriormente, mudéjares) tuvieron su mezquita en el sitio que posteriormente ocupará la iglesia de San Juan, cercana al Castillo fundacional. La orientación de esta mezquita era hacia Oriente, existen restos de una posible cúpula y de dos hornacinas. De la existencia de ésta dan fe las Relaciones de Felipe II, donde se dice “...es una casa que tenían por mezquita antiguamente los moros...”
En el año 1212 los cristianos, capitaneados por Alfonso VIII de Castilla, salieron triunfantes en la batalla de Las Navas de Tolosa, pasando el territorio de la Mancha, entre los Montes de Toledo y Sierra Morena, a manos, principalmente, de la Orden de Calatrava, compartiendo el resto del territorio de lo que hoy conocemos como provincia de Ciudad Real con la Orden de San Juan y la Orden de Santiago.
La actividad de las Órdenes Militares cristianas se centraba en repoblar las tierras conquistadas a los musulmanes durante el secular proceso de la Reconquista, fijando así el control de los territorios del Reino de Toledo y asegurando su defensa frente a los sarracenos andalusíes o africanos.
En la segunda mitad del siglo XIII Alfonso X el Sabio fundó la famosa Hermandad del Honrado Concejo de la Mesta, cuyos ganados discurrían por las cañadas reales, cordeles y veredas. Uno de los puntos de la Orden de Calatrava para el cobro de derechos de montazgo y barcajes, estaba situado en Villadiego, un extremo del término de Daimiel, sobre la vía pecuaria llamada “Cañada del Carrerón”.
En Daimiel es probable que hubiera judíos desde antes de la dominación goda, agrupándose en la actuales calles de San Roque, Pacífico y Santa María. La ermita de San Roque habría sido su sinagoga, cristianizada después de su expulsión.
La comunidad de moriscos estaba asentada en el "Barrio Nuevo", al pie del castillo, alrededor de San Juan, su antigua mezquita. En 1502 los antiguos mudújares de las Cinco Villas del Campo de Calatrava se convirtieron a la fe de Cristo. Entre los años de 1538 y 1550 la Inquisición de Toledo juzgí a unos 60 falsos conversos, de los más de 400 moriscos que moraban en la villa; no murió ninguno, pero el Islam fue total y definitivamente aniquilado en Daimiel. Después de 1545 fueron regresando los reconciliados y condenados a cárcel perpetua, siendo conmutada la pena por otras penitencias espirituales, sobre todo a los más influyentes y a las esposas de cristianos viejos.
QUE VER
Urbanísticamente Daimiel tiene un casco antiguo de trazado quebrado, con algunos sectores irregulares, y numerosas plazas que ordenan el espacio. En su paisaje encontraremos las casas de labor, que eran casas señoriales que servían a la vez de vivienda y de lugar de trabajo a las familias más acomodadas. Además de las habitaciones, disponían de bodega o herrería. Las fachadas, realizadas normalmente de ladrillo, tienen amplias ventanas y balcones adornados con trabajos de forja.
IGLESIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR
Fue declarada Monumento Histórico en 1989, se encuentra al Oeste de la ciudad.
Se comienza a edificar a finales del siglo XIV, siendo la Orden de Calatrava la que está detrás de su construcción. Es un edificio de estilo gótico, muy en consonancia con lo que en ese momento se está realizando en la diócesis de Toledo. Ha sido reconstruida y ampliada en épocas posteriores por la Orden de Calatrava.
En la fachada norte, se encuentra la Puerta de la Umbría, de arco ojival con dos arquivoltas, los contrafuertes se encuentran rematados por pináculos adornados con bolas isabelinas. La puerta presenta un arco apuntado con escasa decoración en sus capiteles.
En cambio la portada de poniente, que si bien en principio era la principal, hoy se encuentra cegada, es una de las más interesantes. Es una puerta de arco gótico, tapiada con arquivoltas y decoración en cardinas de muy buena factura.
La puerta de la fachada sur, conocida como puerta del Sol, presenta un arco acortinado renacentista que podemos fechar en torno al último cuarto del siglo XV.
La torre es de fecha posterior a la construcción de la iglesia, de mediados del siglo XVI, está dividida en tres cuerpos, reconstruida en 1818
El interior está estructurado en tres naves, separadas por pilares con columnas adosadas, cabecera poligonal y dos ábsides, cubriéndose las naves con bóvedas de terceletes. La decoración en los capiteles es muy interesante, encontramos tanto elementos de carácter vegetal, como representaciones de tipo figurativo como el capitel de la sirena. La notable sillería del coro, en maderas nobles talladas, fue destruida en 1936, así como el retablo mayor.
En el interior podemos encontrar ejemplos de escultura procesional de las distintas cofradías de Daimiel, sobresale la imagen barroca del Cristo de la Expiración. Todas ellas procesionan durante la Semana Santa, declarada Fiesta de Interés Turístico
En la fachada de la cabecera se halla una placa de cerámica con esta inscripción: Parroquial de Señora Santa María, del Arzobispado de Toledo, en Campo de Calatrava: 1536 - 1875, regida por Priores Freyres del Hábito de Calatrava, como Fr. Vicente Centeno, Gobernador espiritual y Juez de Calatrava, y Fr. Manuel Carrillo, de la Real Academia Latina Matritense. Después Parroquia de Santa María la Mayor, varias veces arciprestal del Obispado-Priorato de las Cuatro Órdenes Militares, con ilustres párrocos como el Muy Reverendo Dr. J. R. Quesada, Obispo de Segovia.
IGLESIA DE SAN PEDRO APÓSTOL
Su construcción se inicia en 1542, cuando el 10 de febrero de 1542 Carlos I da licencia y autorización para la edificación de esta iglesia, debido al crecimiento que había experimentado Daimiel. Las autoridades pidieron licencia al Emperador Carlos I, para edificar otra iglesia parroquial, a lo que accedió el monarca mediante provisión dada en Valladolid a 10 de Febrero de 1542. El año 1587, el Ayuntamiento impulsó la terminación de las obras. Pero la Parroquia ya funcionaba desde veinticuatro años antes, ya que existen partidas de bautismo del año 1563. La capilla de la Concepción fue autorizada en 1616.
Las puertas eran tres, de las que restan dos. La principal o "del Sol" es moderna, de piedra artificial, todavía viven algunas personas que trabajaron a las órdenes del maestro albañil Rosario Megía, ejecutor de las obras; antaño se componía de dos huecos separados por un arco, todo bajo soportales. La otra, situada a los pies de la nave, es de estilo Renacimiento, recientemente restaurada. La que fue puerta de la umbría es la que da actualmente a la cochera de las carrozas.
La torre de la iglesia la realizó Juan Ruiz Hurtado y, consta de un primer cuerpo cuadrangular y un segundo octogonal. Tiene una ventana cuadrada en el segundo cuerpo y otra de medio punto en el primero.
Su planta es de cruz latina, orden dórico, bóvedas de ladrillo y arcos torales en piedra; en crucero y ábside las bóvedas son de crucería, suelo de baldosas de alfarería, hoy cubierto por el maderamen.
El retablo barroco que poseía fue destruido durante la Guerra Civil. El actual data del año 1948 y alberga pinturas murales del pintor daimieleño Juan D´Opazo. El ábside, semiexagonal, está cubierto con cuatro cuadros de Don Juan D´Opazo: "El Arcángel San Miguel" y "La conversión de San Pablo", a la derecha; "Jesús y San Pedro andando sobre las aguas" y "Aparición de la Virgen de las Cruces", a la izquierda; en el centro, una alegoría de gloria, también de D´Opazo, sirviendo de telón de fondo a un expositor en el que se venera la imagen de la Virgen de Ureña. Encima de éste expositor, hay una imagen de San Pedro, con tiara y en trono papal. En la parte superior del ábside, cuatro tablas que representan, respectivamente, a los Santos manchegos: San Juan de Ávila, Santo Tomás de Villanueva, San Juan Bautista de la Concepción y el Beato Fernando de Ayala. Todo ello, obra de Alfredo Lerga.
Al altar mayor abren dos puertas, la de la derecha se dirige a la Capilla del Pilar, y la de la izquierda conduce a la sacristía. El coro fue construido el siglo XVIII durante la desamortización. Se construyeron dos: uno, alto, que es el que hay actualmente y, otro, bajo, hoy desaparecido. La sacristía antigua era la actual capilla del Pilar, donde fue enterrado, en 1959, el Párroco Don Tiburcio Ruiz de la Hermosa
A lo largo de las distintas capillas de la iglesia se contemplan extraordinarias obras de la imaginería religiosa que desfilan durante la Semana Santa de Daimiel. Podemos encontrar obras del escultor sevillano Antonio Castillo Lastrucci o del mencionado anteriormente Juan D´Opazo.
IGLESIA DE LA PAZ
La Virgen de La Paz fue la primera patrona oficial de Daimiel. Fue la primera iglesia construida en la ciudad, pero ha sido reedificada, concretamente en 1.650. La iglesia de la Paz, que tenía anejo el convento, perteneció en un primer momento a los Carmelitas descalzos para luego pasas a las monjas Carmelitas descalzas. Su primera construcción se fecha hacia el año 1507, pero luego fue reformada en época barroca.
La fachada sigue el esquema típico de este tipo de arquitectura conventual carmelitano del Barroco del siglo XVII. Su fachada rectangular consta de puerta adintelada, sobre ella el escudo de la orden y sobre éste una ventana que ilumina el coro. Se remata el conjunto con un frontón triangular con óculo.
En el interior la planta es de cruz latina de una sola nave con crucero y cúpula sobre pechinas. Aquí encontramos la escultura de Jesús Nazareno, perteneciente a la cofradía del mismo nombre que desfila en la Semana Santa Daimieleña, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.
Cuenta con tres viejas cofradías, una data de finales del siglo XIII o principios del XIV, en su interior destaca una talla del Jesús Nazareno de 1.698, contribuyendo al esplendor de la Semana Santa Daimieleña.
IGLESIA DEL CONVENTO DE LAS MONJAS MÍNIMAS. CONVENTO DE NTRA. SRA. DE LA VICTORIA
El convento de Mínimas de San Francisco de Paula se fundó en 1627 por María de Almansa en la antigua ermita de la Santísima Trinidad con la autorización de Felipe IV. Hoy día se conserva todo el conjunto conventual, del que destacamos la iglesia, realizada a partir de 1670.
En planta presenta el esquema tipo de arquitectura conventual del momento, fachada rectangular remarcada por dos pilastras, puerta adintelada y sobre ella una hornacina con la imagen de la Virgen y el Niño en piedra. En la parte superior se abre una ventana para la iluminación del coro con escudos a ambos lados y remata todo el conjunto un frontón triangular con óculo.
La iglesia, de estilo renacentista, presenta la morfología de "planta de cajón”, es de planta de cruz latina de una sola nave, bóveda de cañón con lunetos y cúpula en el crucero.
Ocupando gran parte de la manzana, y junto a la iglesia se encuentra el convento de las madres Mínimas de San Francisco de Paula, convirtiéndose en el único convento de esta orden en toda Castilla La Mancha y que aunque con distintas reformas, todavía guarda la estructura y elementos de la fundación original.
ERMITA DE SAN ROQUE
Fue construida en la segunda mitad del siglo XVI. Al igual que otras construcciones de carácter religioso en Daimiel, la ermita de San Roque guarda mucha relación con la arquitectura tradicional. Es de pequeñas dimensiones, y en ella destacamos el artesonado mudéjar de madera que cubre la única nave, siendo de formas geométricas sobre el altar mayor.
ERMITA DEL CRISTO DE LA LUZ.
Su construcción se inicia en el año 1738, cuando el sacerdote daimieleño don Dionisio de Montealegre consiguió una autorización del Arzobispo de Toledo, don Luis de Borbón, para edificar un santuario y mediante limosnas y ofertorios se reunió el dinero suficiente para el inicio de las obras.
Las características arquitectónicas siguen los mismos parámetros que el resto de iglesias barrocas de la localidad. En el interior destaca el retablo en el altar mayor obra del tallista daimieleño Pedro López Villaseñor, de mediados del siglo XVIII
En el año 1907 se funda la Congregación de la Pasión de Jesús, también llamados Padres Pasionistas. Es en esta fecha cuando se levanta el convento anejo donde, en la actualidad, residen los Padres Pasionistas.
ERMITA DE SAN ISIDRO.
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