Fernando Maximiliano, atractivo joven heredero de la corona Austriaca en sus años mozos. Resaltan sus enigmáticos ojos azules.
Ferdinand Maximilian Jospeh von Habsburg nace en Viena, Austria, el 19 de Junio de 1867 heredero de la corona de un Imperio que día a día se desmorona. Apenas terminada su adolescencia es enviado al África a combatir bajo la bandera belga en pos del Congo. Maximiliano, joven, atractivo, con enigmáticos ojos azules, cede ante los placeres de la carne. Regresa a Europa al parecer infectado, quizá una avanzada gonorrea, o, incluso, una sífilis, su incontrolable juventud lo marca de por vida.
Es el tiempo que Italia aun no se definía como el territorio que actualmente conocemos, así el Véneto (la zona de Venecia) coqueteaba entre uno y otro imperio, Maximiliano se asienta en Trieste y comienza a construir su castillo, el de Miramar. Ante las presiones económicas, la falta de dinero y los compromisos, decide casar, a los 25 años, con la rica heredera del Rey Leopoldo I de Bélgica, Marie Charlotte Amelie Agustine Victorie Clementine Leopoldine de Bélgica.
Carlota Amalia nace en Bélgica el 7 de Junio de 1840, a los 17 años casa con Maximiliano y es nombrada Archiduquesa, su padre, el Rey Leopoldo I les otorga el reino de la Lombardía y el Véneto, es decir, Milán y Venecia, pero en realidad no ejercen el poder, como quiera, el castillo de Miramar es terminado y viven en aparente tranquilidad. En México, mientras tanto, continúa una gran ingobernabilidad, el territorio nacional ha perdido casi la mitad de su tamaño, el país está dividido, los conservadores buscan un monarca europeo que venga a poner orden y Maximiliano acepta la corona de un reino inexistente que es México.
Arco triunfal levantado para la llegada de Carlota y Maximiliano a México.
Engañados de una estabilidad inexistente los herederos aceptan el ofrecimiento y embarcan en Trieste, Italia en el vapor Novara, para llegar a Veracruz en 1864 a donde nadie sabía de la existencia de los nuevos monarcas mexicanos. El de 32 años, ella con tan solo 24, y virgen. Cruzan la sierra para llegar a la ciudad de México con un nutrido número de ayudantes, entre el bagaje están incluidos un catre para ella y otro para él. Maximiliano sabiendo de su infección, nunca tiene relaciones con Carlota. Llegan a México a donde son esperados por tan solo una élite. Las continuas revueltas en todo el país, el divisionismo existente, por un lado Benito Juárez y su movimiento de reforma, por el otro los conservadores que buscan el volver los ojos a Europa. Los jóvenes monarcas llegan a un país que difícilmente logran comprender.
Este es el escudo del Segundo Imperio Mexicano, hay que recordar que el Primer Imperio se dio en 1821 con Agustín de Iturbide.
El enfrentamiento con la realidad mexicana es fuerte, Carlota es presa fácil de la depresión. El clima excepcional de México no iguala las facilidades palaciegas a las que está habituada, el Castillo de Chapultepec se vuelve la morada oficial de los Monarcas.
El Castillo de Chapultepec, residencia oficial del Emperador Maximiliano I de Habsburgo y la Emperatriz Carlota I
El Paseo de la Emperatriz, es lo que actualmente conocemos como Paseo de la Reforma.
Gastando toda su fortuna, Maximiliano hace un esfuerzo por crear su imperio, cosa que nunca sucede pues hacia 1867 es aprehendido y conducido a Querétaro, en el cerro de las campanas es fusilado, acusado como un enemigo a la soberanía nacional. En un último esfuerzo, Maximiliano da lo que tiene consigo, unas cuantas monedas de oro y pide al batallón de fusilamiento que no le disparen en el rostro para que su madre lo pueda reconocer, al ser fusilado, no solo lo hacen a la cara, sino que le sacan uno de sus ojos y se lo envían en una pequeña caja a la Emperatriz, la cual al abrir la caja y reconocerlo de inmediato entra en una locura, que jamás en su vida la hará volver a la realidad.
El cuerpo sin vida, y sin ojo de Maximiliano. Fotografía tomada del Blog de la Pocharte.
Carlota Amalia enloquece, no vuelve a pronunciar palabra en su vida, se viste de luto y regresa a Bélgica, allí nace esa popular canción del siglo XIX, “Adiós mamá Carlota”, el luto no vuelve a quitárselo, tampoco a pronunciar palabra alguna, Carlota muere a los 87 años, en 1927, enamorada como desde el primer día de su queridísimo Ferdinad Maximillian Joseph.
La recién formada pareja de esposos, Carlota de Bélgica y Maximiliano de Austria, efímeros Emperadores de México.
Uno de los retratos literarios más famosos que nos describen el Segundo Imperio nos lo ofrece Fernando del Paso en sus Noticias del Imperio, excepcional libro que logra record de ventas en los 80s, imprescindible para todo aquel que quiere saber la verdadera historia de México, aquí un monólogo donde se reproduce la locura de Carlota:
“Yo soy María Carlota de Bélgica, Emperatriz de México y de América. Yo soy María Carlota Amalia, prima de la Reina Victoria de Inglaterra, Gran Maestre de la Cruz de San Carlos y Virreina de las provincias del Lombardo Véneto acogidas por la piedad y la clemencia austriacas bajo las alas del águila bicéfala de la Casa Habsburgo. Yo soy María Carlota Amalia Victoria, hija de Leopoldo Príncipe de Sajonia-Coburgo y Rey de Bélgica, a quien llamaban el Néstor de los Gobernantes y que me sentaba en sus piernas, acariciaba mis cabellos castaños y me decía que yo era la pequeña sílfide del palacio de Laeken. Yo soy María Carlota Amalia Clementina, hija de Luisa María de Orleáns, la reina santa de los ojos azules y la nariz borbona que murió de consunción y de tristeza por el exilio y la muerte de Luis Felipe, mi abuelo, que cuando todavía era Rey de Francia me llenaba el regazo de castañas y la cara de besos en los jardines de la Tullerías. Yo soy María Carlota Amalia Victoria Clementina Leopoldina, sobrina del Príncipe Joinville y prima del Conde de París, hermana del Duque de Brabante que fue Rey de Bélgica y conquistador del Congo y hermana del Conde de Flandes, cuyos brazos aprendí a bailar, cuando tenía diez años, a la sombra de los espinos en flor. Yo soy Carlota Amalia, mujer de Fernando Maximiliano José, Archiduque de Austria, Príncipe de Hungría y de Bohemia, Conde de Habsburgo, Príncipe de Lorena, emperador de México y Rey del mundo, que nació en el Palacio de Schönbrunn y fue el primer descendiente de los Reyes Católicos Fernando e Isabel que cruzó el mar océano y pisó las tierras de América, y que mandó construir para mí a la orilla del Adriático un palacio blanco que miraba al mar y otro día me llevó a México a vivir a un castillo que miraba al valle y a los volcanes cubiertos de nieve, y que una mañana de junio de hace muchos años murió fusilado en la ciudad de Querétaro. Yo soy Carlota Amalia, Regente de Anahuac, Reina de Nicaragua, baronesa del mato Grosso, Princesa de Chichén Itzá. Yo soy Carlota Amalia de Bélgica, Emperatriz de México y de América: Tengo ochenta y seis años de edad y sesenta de beber, loca de sed, en las fuentes de Roma. “ Así inicia el libro del gran narrador Fernando del Paso, Noticias del Imperio, basado en la trágica historia de un efímero Imperio; cuya principal protagonista fue Carlota, la Princesa Belga, junto con el Príncipe Maximiliano de Habsburgo"
Carlota Amalia, muda y de luto, hasta el último día de su vida. Todo por AMOR.