Durante su crecimiento tuvo un desenvolvimiento destacable en disciplinas como el baile. Además acudió a clases de dicción con actores, algo que no era bien visto por los candidatos de la corte francesa quienes constantemente le visitaban influenciados por su madre.
Casada en la adolescencia
Al llegar a la adolescencia sus padres acordaron su compromiso matrimonial con el príncipe Luis XVI de Francia (popularmente conocido como “el Delfín” debido a su apariencia física). Y quien era heredero al trono de su abuelo Luis XV.El príncipe Francés era un año mayor que María Antonieta, sin embargo era de carácter tímido. Posiblemente como consecuencia de una inseguridad generada por el aspecto de su rostro. Aun así, el 16 de abril de 1770 viajo hasta Austria a pedir la mano de Antonieta.
Tres días después ya la boda se estaría llevando a cabo en el Palacio de Versalles. El evento genero un impacto y concurrencia desmedida en el pueblo francés. Un gran tumulto de gente se volcó a la calle para ver a la nueva pareja real. Fue tanto así que, según recoge la historia, más de cien personas murieron asfixiadas en la calle.
Un inicio polémico
A partir de aquí comienza una vida llena de desaciertos y mucha polémica que la llevaría al fin que todos conocemos. Pero no nos adelantemos, vamos paso a paso.Luego de contraer matrimonio con el príncipe Francés, la princesa no fue bien recibida en la corte francesa. En primera instancia tal rechazo se generó debido a la personalidad y carácter festivo que manifestaba Antonieta.
Sin embargo, luego se entendió que se debía en mayor grado a la fuerte influencia que la princesa ejercía sobre el futuro monarca. Aunado a esto María Antonieta cargaba con la condición de extranjera que empeoraba la situación. Los cortesanos en su mayoría manifestaban el desacuerdo con su injerencia en los asuntos del estado.
Reina de Francia a los 19 años
En 1774 muere el abuelo del príncipe Luis XVI, tras este hecho el 10 de mayo de ese mismo año el príncipe ascendió al trono en compañía de María Antonieta quien en ese momento tenía 19 años. Y el príncipe, que ahora era el rey tenía 20.María Antonieta, ahora convertida en reina de Francia se esperaba que se adaptase a las costumbres de la corte, pero fue todo lo contrario. Al poco tiempo de su coronación se le vio muy distanciada de su esposo y ahora dedicaba la mayor parte de su tiempo a estar con un grupo de amigos aristócratas que tenía.
El desprestigio de la nueva reina comenzó a tomar fuerza cuando esta quizá tomar lugar en la política del rey influenciándole hacia caprichosos nombramientos y destituciones de ministros con los que buscaba complacer las posturas políticas e intereses sociales de sus amigos.
Como si no era suficiente, aparecen nuevas noticias que circulaban en panfletos donde se señalaba que Antonieta organizaba constantemente fiestas y veladas hasta el amanecer. Estos comunicados además especulaban acerca de que la princesa mantenía romances con otros hombres.
¡¿Romance con el sueco Hans Axel de Fersen?!
En relación a esto último, nace un nuevo y controversiales episodio en la vida de María Antonieta como lo fue su polémica relación con el sueco Hans Axel de Fersen, a quien conoció en la ópera y con quien sostuvo una “amistad” que dio mucha tela para cortar.
La reina mantuvo una amistad con este personaje que luego se supo que se prolongó tanto que la pareja se intercambió correspondencia durante muchos años, incluyendo los que ella estuvo en encarcelada.
Todas estas situaciones llegaban al oído de su madre, quien le hizo llegar a María Antonieta una serie de cartas donde le exigía comportarse a la altura de la corona. Refiriéndose en específico los rumores de sus “supuestas” infidelidades hacia el rey.
¡Los hijos finalmente llegaron!
El tema de los hijos de la pareja también fue tema polémico. El hecho de que la emperatriz tardase tanto tiempo para concebir a su primera hija (pasaron siete años desde su boda) fue un tema que provoco mucha critica.Su segundo hijo nació en 1781 e inmediatamente surgieron rumores que especulaban que este no era hijo de Luis XVI, sino de alguno de los “supuestos” amantes de Antonieta. Estas especulaciones surgen dado a que tras su alumbramiento la reina dejo de vivir con el rey y se traslado en la villa Hameau, donde permaneció recluida hasta el momento de su encarcelamiento.
“El caso del collar”: La gota que derramó el vaso
A finales del siglo XIX ya la situación económica de Francia se volvió insostenible, el pueblo francés veía con decepción como sus monarcas derrochaban dinero a manos llenas mientras la gente no tenía para comer. Y en medio de esta situación llega “el caso del collar”.Todo inicia cuando se hizo público que el joyero inglés Bohmer reclamó a María Antonieta que ésta pagara de 1.5 millones de libras por la confección de un collar de diamantes. Dicha pieza había sido encargada por el cardenal de Rohan en nombre de la soberana.
Esta negó rotundamente la acusación y en consecuencia mando a encarcelar al joyero, pero ya no valía de mucho, el escándalo ya estaba regado por todas las calles. Luego de este episodio intentaron tomar conciencia, pero ya nada serviría. Las críticas y el descontento ya estaban anclados en el pueblo.
Para el 14 de julio de 1789 fue tomada La Bastilla. Días después los reyes fueron encarcelados y trasladados al castillo de las Tullerías. María Antonieta por su parte aún tenía sus aliados entre la nobleza quienes en algún momento ayudaron a la pareja a huir al extranjero.
Sin embargo no lograron escapar demasiado ya que fueron sorprendidos en la región de Varennes e inmediatamente los regresaron a París.
El 21 de septiembre de 1792 La pareja fue derrocada, hecho que dio lugar al inicio de la República. Cinco meses después se ejecutó a su marido quedando ella sola con sus hijos recluida en la torre del Temple. Al tiempo fue trasladada sola a una celda en la Concergerie.
El fin de la María Antonieta
Sola y perdida emocionalmente, María Antonieta subió́ al cadalso (ubicado en lo que hoy se conoce como plaza de la Concordia) y dio cara a multitud enardecida que a una voz pedía su cabeza.
Dedico sus últimas palabras al pueblo francés, conmovida internamente pero sin perder la compostura pidió perdón por todas sus acciones. “No lo he hecho a propósito, perdónenme” fueron las últimas palabras que salieron de su boca antes de perder la cabeza.