El Barroco es un importante movimiento surgido en Italia en el siglo XVII. Afectó a numerosos campos como la pintura, escultura, teatro o música, siendo de este período algunos de los mejores artistas de todos los tiempos, como sucede con Wolfgang Amadeus Mozart o Johaness Vermeer.
Huye del naturalidad del Renacimiento, con obras más recargadas y complejas. Otra diferencia que podemos observar con su estilo predecesor es la cada vez menos representada obra basada en la mitología clásica, centrándose en escenas costumbristas, como se aprecia en 'La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp' de Rembrandt o 'Jugadores de cartas' de Caravaggio.
Italia
Sin duda, cuando hablamos de Barroco en el ámbito de la escultura es obligatorio mencionar al genial artista Gian Lorenzo Bernini, quien fue capaz de plasmar los conceptos manieristas de forma espectacular. De hecho, ha sido alabado por su habilidad para expresar en la piedra momentos de absoluta tensión corporal.
Sus obras más famosas abarcan tanto influencias mitológicas, como en el caso de 'Apolo y Dafne', en el que es posible contemplar el momento exacto en que la joven comienza a transformarse en árbol; hasta temática religiosa, como por ejemplo el 'Éxtasis de Santa Teresa', que muestra el instante en que un ángel atraviesa el corazón de la mística beata con un rayo de oro.
Francia
En Francia Pierre Puget constituye uno de los máximos exponentes de este movimiento. Es más, su prolífica carrera le condujo a trabajar incluso en la elaboración decorativa del Palacio de Versalles. Una de sus obras más populares es el 'Milón de Crotona', en la que el escultor representa al atleta griego siendo devorado por un león.
La expresión del rostro del individuo manifiesta con total claridad la tortura a la que está siendo sometido, así como el miedo ante la apremiante muerte. El conjunto estructural resulta trágico pero de una belleza extrema. Se encuentra expuesto en el Museo Louvre de París.
España
La mayor parte de las creaciones españolas tuvieron un carácter católico. Los trabajos se definen por la policromía y la riqueza en lo que a testimonio de dolor se refiere. Un ejemplo de ello es la copiosidad de sangre. Dentro del arquetipo del artista español de la época, podemos aludir a Gregorio Fernández.
Entre sus trabajos sobresale la figura de 'Cristo yacente'. Se encuentra en la iglesia de San Miguel y San Julián en Valladolid. Esta imagen es el perfecto reflejo del patetismo icónico. La exposición de Cristo ya sea moribundo o sufriendo tortura es común en los escultores nacionales. Estas escenas se empleaban como objeto de culto en Semana Santa.
Alemania
Los artistas alemanes, a diferencia de en otros lugares como los Países Bajos, centraron su escultura en la decoración, tanto de iglesias y catedrales, así como de plazas y parques con notables estatuas de carácter religioso y político. Un ejemplo lo vemos con el magnífico escultor y arquitecto, Andreas Schlüter.
Entre su extensa obra se encuentran figuras ecuestres, altares, crucifijos y ornamentación para diversos palacios. Sin embargo, entre los más destacados se hallan las reproducciones de Federico Guillermo I de Brandemburgo, las cuales podemos visitar en Berlín.