Esas pequeñas cosas que hacen la vida especial
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal ha ido el finde? Espero que fenomenal.
Hoy vengo con un post que hace un montón de tiempo que no hago, una lista de las cosas que me gustan y hacen la vida especial.
El último de este estilo lo publiqué en diciembre y os lo dejo aquí.
Siempre digo lo mismo, pero cuando hablo de cosas que hacen la vida especial no me refiero a esos tópicos que a todos nos gustan como tomar un baño, pasear junto al mar o comerme una tarta de chocolate. Me refiero a cosas más personales. Y ahora, sin más rollo, empezamos.
Empiezo diciendo que me encantan las flores amarillas. Me gustan todas las flores pero las amarillas...adoro la mimosa, mi flor de invierno. Y las rosas amarillas(mi abuelo plantó un rosal amarillo para mí), y los lirios amarillos, los dientes de león...
Si hay algo en el mundo que me encanta es hacer planes improvisados. Este último año hemos hecho pocos, la verdad. Hace un par de años hicimos bastantes y es genial. Recuerdo especialmente uno. Era un día normal y de pronto mi marido tuvo la tarde libre. Y mi hermana también. Así que avisamos a mi madre y nos fuimos en familia a hacer una ruta junto al mar que nos encanta. Y cuando la terminamos, decidimos ir a un super a comprar algunas cosas y merendar al aire libre. En mi familia siempre intentamos comer equilibrado, pero no me gusta demonizar, y si surge comprar "comida basura", por un día no pasa nada. Lo mejor es que se puso a llover y seguíamos comiendo como si no aquello no fuera con nosotros. Y yo hacía minivídeos, que os dejo.
Pues eso me encanta, romper la rutina de repente, sin previo aviso, sin un permiso, como si nada...si, lo sé, la letra es de Malú pero me ha venido a la cabeza.
Descubrir en mi ciudad reminiscencias del pasado o algo curioso siempre es estupendo. A veces ocurre por sitios por los que he pasado mil veces. En ocasiones es un edificio de los de siempre, otras veces un detalle en una fachada, un cartel antiguo...
Este esdificio es muy ochentero
Sé que es una mano de Fátima pero amí me recuerda más a "El laberinto del Fauno"
Disfruto mucho de la playa en invierno, sin gente, paseando junto al mar. Y si encuentro piedrecitas desgastadas por la erosión o conchas bonitas...eso ya redondea el día.
Siempre me ha gustado comer al aire libre. Cuando era pequeña, delante de mi casa había un prado inmenso. Pues a veces bajábamos la comida y hacíamos un picnic, rodeados de verde salpicado de dientes de león, de flores de trébol, a veces blancas y a veces rosas, de falso azafrán....
Durante el verano, cogíamos el coche y nos íbamos sin rumbo y comíamos en cualquier sitio; junto a un río, en un bosque, en una playa tranquila...y luego recogíamos todo, claro, hay que cuidar el planeta.
Pues lo he seguido haciendo. En invierno, y en verano, con hijos, con padres, con amigos, con marido...La semana pasada, algunos días, mis hijos y mi marido han comido fuera, así que me fui con mi hermana y comimos en las mesas de un parque de la ciudad. Y tan felices.
A veces me gusta recordar los aromas de mi juventud. Algunos perfumes han dejado de fabricarse y a mí me quedan los frascos a medias, y aún huelen. No los uso, me da pena y además he cambiado un poco los gustos, pero me encanta recordar el aroma de las primeras salidas con amigos, las mañanas de instituto, la primera discoteca, las primeras citas con chicos...
En la de James Dean apenas hay pero los otros tienen y huelen igual. Miré en Wallapop y la gente los vende a 30 euros. Estoyperdiendo un negocio, jejeje.
Algo que hago también desde niña es realizar manualidades o colecciones con lo que me regala la naturaleza. Cuando era pequeña tenía una enorme colección de plumas. Las recogíamos del suelo, jamás las arrancábamos. Muchas eran de el parque del que os hablé aquí, pero otras eran de la montaña, del campo...las pegábamos en un cuaderno y poníamos debajo la fecha y lugar de recogida, a qué pájaro pertenecían y alguna caracterísitica. Mi madre nos ayudaba a buscar en la enciclopedia de animales los detalles.
También me gusta decorar conhojas(os dejé una idea aquí), hacer manualidades con pisapapeles rigodones(piedras de río), jarrones con piedrecitas de la playa, cuadros con ramas...
Para ir finalizando diré que me gusta, de vez en cuando, quedarme charlando con mi marido hasta tarde. No es algo habitual, nosotros madrugamos mucho y hay que descansar, pero somos de dormir poco y de vez en cuando hablar sin prisa, en voz baja, mientras la noche nos envuelve es algo que me encanta. Me recuerda a los primeros tiempos, viviendo con nuestros padres y haciendo alguna escapada; cuando no había responsabilidades.
Y termino diciendo algo en lo que creo que coincidimos todos: me gusta sorprender a los míos con algún detallito inesperado. No se trata de regalar algo caro,pero si salgo a dar un paseo y veo unas galletas que le pueden gustar a mi hija, un boli que le puede gustar a mi hijo, unos premios para mis animales, un libro para mi hermana o una cervaza especial para mi marido, por ejemplo, me hace ilusión comprar lo que he visto y llevarlo de sorpresa.
Y hasta aquí el post de hoy. Podría añadir mil cosas, muchas ya las dije en los otros post de esta sección y otras saldrán en futuros post, pero estas me hacen feliz.
Muy feliz semana a todos y nos vemos el jueves en la reflexión.