El motivo estético de la Catrina mexicana se deja ver en celebraciones de Halloween y otras fiestas de disfraces de todo el mundo, y por supuesto en México el Día de Muertos cuenta con ella entre sus elementos más reconocibles. Sin embargo, muchos de los que se maquillan la cara en blanco y negro para rendirle homenaje en realidad no tienen mucha idea sobre el verdadero significado de la Catrina, su origen crítico y su asentamiento en la cultura mexicana. Calavera garbancera, Guadalupe Posada, J. 1910.
El creador de lo que podríamos llamar el mito original de la Catrina actual es José Guadalupe Posada, artista, ilustrador y caricaturista mexicano que en 1910 parió un grabado de metal con una calavera ataviada con un elegante sombrero, al que llamó la calavera garbancera.
¿Por qué una calavera? Posada era uno de los ilustradores más famosos en practicar el género de las calacas, ilustraciones críticas con los poderes fácticos y los vicios de la sociedad del México de la segunda mitad del siglo XIX. Encarnados los principales políticos y figuras del país del momento en estos esqueletos, o usándolos para representar conceptos más abstractos, los dibujantes mexicanos unían así la crítica con la tradición religiosa e iconográfica del país: ya los aztecas tenían a su diosa de la muerte, Mictecacihuatl, figura legendaria de México que más tarde se fusionaría con las tradiciones católicas de los españoles. Digamos que la muerte encarnada en mujer ha permeado la cultura mexicana durante milenios, y Posada supo hacer cristalizar esta obsesión en una figura como la calavera garbancera. Guadalupe Posada, J.
Y... ¿por qué garbancera? "Garbanceros" es como se denominaba despectivamente a aquellos mexicanos que querían parecerse tanto a los europeos que cambiaban su forma de vestir, se maquillaban para aclararse la piel... metafóricamente, eran gente que había dejado de vender maíz para vender... garbanza.
Así que la primera calavera garbancera de Posada estaba a la vez profundamente arraigada en la tradición pictórica y cultural del país y alternativamente criticaba a un tipo de personaje muy del momento: esas mujeres pobres que, aún a riesgo de parecer ridículas, seguían vistiendo ropajes vistosos para poder codearse con las élites europeas.
Sueño de una Tarde Dominical en la Alameda Central, Rivera, D. 1947
¿Por qué pasó a la historia precisamente este dibujo? ¿Y de dónde le vino el nombre de Catrina? El culpable principal de ambas cosas es el famoso muralista Diego Rivera: en 1947 pintó su Sueño de una Tarde Dominical en la Alameda Central, enorme mural en el que reflexionaba sobre el pasado mítico e iconográfico mexicano y donde incluyó como figura principal a la calavera de Posada. El mural de Rivera, uno de los artistas esenciales del siglo XX mexicano, influyó profundamente en su país y en la obra de muchos otros muralistas posteriores, y la garbancera, que ya era conocida, se volvió todavía más popular. Garbancera, por cierto, rebautizada como la Catrina por el propio Rivera: catrín era la forma coloquial de denominar a un hombre elegante al que le gustaba presumir de ello. Y la mujer del catrín, claro está, tenía que ser la Catrina.
La ilustración y el diseño mexicano de la segunda mitad del siglo XX influirían en muchos otros territorios, y con esa influencia vendría la difusión de motivos visuales y pictóricos como el de la Catrina. La cultura popular, con filmes como El Libro de la Vida, Spectre o el reciente éxito Coco, difundirían todavía más la iconografía de la calavera mexicana. Y el resto es historia.
Así pues, la próxima vez que te maquilles de Catrina o Catrín, no olvides la lección que nos dejó su creador, José Guadalupe Posada: "Güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera".