El espíritu de Narcos vuelve a Netflix
Tengo que reconocer que nunca he sido muy fan de Narcos. Me parece una serie muy interesante, pero quizás algo sobrevalorada. Por eso empecé a ver el primer episodio de Túnel de corrupción con la mente especialmente abierta, para intentar no dejarme llevar por mis prejuicios. Pero por mucho que lo intentara, pocas cosas malas tiene esta serie. La trama se basa en un caso de corrupción ocurrido en Brasil conocido como Operación Java Lato. Un policía con claros problemas personales y su ayudante intentarán resolver un caso donde todo es mucho más complejo de lo que parece. Fans de Narcos, estáis de enhorabuena. La nueva serie de Netflix mantiene todo lo que tenía el biopic de Pablo Escobar, hasta tal punto que podría ser considerado una especie de spin-off. La historia, aún no alejarse mucho del tópico de las series policiacas, presenta una trama rápida y concisa, pero a la vez completa y efectiva. Consigue explicarnos la vida profesional y personal del protagonista de forma paralela sin que pierdas el interés por ninguna de las dos y sin dejar que el espectador pierda el hilo o desconectarse. La acción no cesa incluso en los momentos de calma.
Es impresionante la capacidad que Túnel de corrupción tiene para crear momentos increíblemente incómodos y complejos, escenas en las que literalmente no puedes dejar de mirar a la pantalla. Y esta atracción no la provoca sólo el guión, sino también las maravillosas interpretaciones. Las actuaciones son excelentes, pero de verdad me ha llegado el personaje de Marco Ruffo interpretado por Selton Mello. El protagonista presenta un carácter muy complejo que el actor personifica a la perfección, creando instantes que te dejan sin respiración. También resulta muy comfortable lo bien que se representa a Brasil, lugar donde transcurre la acción. Tal y como pasaba en Narcos, la serie consigue introducirte, no sólo en la historia, sino también en la cultura del país, sobre todo por el idioma y las localizaciones.
Un ambiente que te asfixia
Técnicamente la serie no se queda para nada atrás. La forma en la que Túnel de corrupción está grabada es muy expresiva. Sabe perfectamente cuándo utilizar un movimiento de cámara calmado y cuando hacer que esta se desmelene. También parece tener un gran control sobre la fotografía y la iluminación, ya que consigue crear con estos elementos ambientes que te asfixian. Es digno de admirar como la serie consigue conducirte por diferentes emociones gracias, no sólo a la historia, sino también a estos elementos técnicos, algo que no siempre es fácil de conseguir. Quizás algo en lo que no han apostado tan fuerte es en la banda sonora, la cual pasa bastante desapercibida en el conjunto de la serie.
Aunque lamentablemente tengo el presentimiento de que va a pasar bastante desapercibida, creo que estamos ante una de los proyectos más fuertes que Netflix ha presentado este año. Me parece una serie que coge la base de Narcos y la lleva a un punto que personalmente considero más ambicioso. Si consiguen mantener el nivel durante toda la temporada, probablemente estemos ante una de las mejores series del año. Espero que hayáis disfrutado del artículo. No olvidéis que podéis echarle un ojo al resto de críticas del blog.