Grecia, como destino turístico privilegiado, es uno de los países del mundo más conocido a nivel internacional. Su cultura e historia son ampliamente estudiadas en las aulas y prácticamente todos conocemos algún detalle de este encantador país mediterráneo. La influencia que Grecia ha ejercido sobre nuestra sociedad abarca la arquitectura, la pintura, la escultura y, además, los usos y costumbres. Hoy, en Gretur Viajes, vamos a intentar conocer mejor las costumbres y tradiciones de un país al que tanto debe nuestra cultura occidental: Grecia.
Las festividades familiares
El pueblo griego es sumamente familiar y, así, los nacimientos, las bodas y los cumpleaños son fechas señaladas en las que toda la familia se reúne en torno a la mesa. Es, precisamente, al final de esas comidas familiares cuando observamos una de las tradiciones más conocidas de Grecia: romper platos. Esta ruidosa forma de expresar alegría no termina con la vajilla de los domingos ya que es costumbre que los anfitriones de la fiesta adquieran platos de loza para que los invitados disfruten arrojándolos al suelo.
Otra costumbre que nos llama la atención es la celebración del nombre propio. Los griegos, además de celebrar el día de su cumpleaños, acostumbran a celebrar también el día del santoral dedicado al santo por el que fueron bautizados. La celebración es tanto o más familiar que la del día de la onomástica y, como siempre, reúne a familia y amigos en torno a una mesa y un montón de platos nuevos que romper.
Como no podía ser de otra forma, una de las festividades familiares más importantes para el pueblo griego son los enlaces nupciales. Además de la tradicional ruptura de platos, las novias griegas cumplen con una curiosa tradición matrimonial: guardan un poco de azúcar que acompaña al café del convite para garantizar que la vida en común con su reciente esposo sea lo más dulce posible.
El Carnaval.
Cerca del 98% de la población griega es cristiana ortodoxa, una religión en la que abundan las fiestas y las celebraciones. Una de las que adquieren mayor importancia para el alegre carácter griego es, sin duda, el Carnaval.
Durante la celebración del carnaval o Apokries, el pueblo griego olvida todas sus penas cotidianas y se vuelca a disfrutar de la fiesta en compañía de sus familiares y amigos. Durante los días previos al inicio de la Cuaresma, las calles de pueblos, ciudades y aldeas se llenan de color, música, vino, bailes y risas. El carnaval griego se parece mucho al de otros países como Brasil o España excepto por una preciosa tradición autóctona: el lunes de limpieza, también llamado de “purificación” o Kathari Deutera. El primer lunes después de la festividad, las familias griegas acostumbran a reunirse para celebrar una comida al aire libre. En esta reunión abundan las aceitunas, los mariscos y, también, el excelente vino griego y es, así, con un rico almuerzo al aire libre, como el pueblo griego celebra el fin de la fiesta y la inminente llegada de la suave primavera mediterránea.
Otra tradición griega, esta celebrada en Kastória, una localidad al norte de Grecia, es la llamada Ragoutsaria. Los habitantes de la localidad y los cientos de visitantes que reciben durante su Carnaval - se disfrazan de mendigos, se pintan las caras y las manos de negro y recorren las calles haciendo sonar unas peculiares campanas de bronce y danzando al son de antiguos instrumentos de viento también fabricados en bronce. El objetivo de esta peculiar tradición es ahuyentar a los perversos espíritus que pueden pervertir las almas de los fieles durante los laxos días festivos del Carnaval.
La Pascua griega.
Quizá la principal fiesta cristiana que se celebra en Grecia sea la Pascua ortodoxa. Durante esas jornadas hay varias costumbres y tradiciones que, incluso hoy en día, se respetan en pueblos y ciudades. Por ejemplo, el Jueves de la Semana Santa es costumbre pintar huevos de color rojo simulando la sangre que derramó Jesucristo en ese día aciago para el cristianismo. Esos huevos rojos se suelen colocar en torno al altar doméstico y no se retirarán hasta que no finalice la Pascua. El Viernes Santo es un día que los griegos dedican a reflexionar sobre el sufrimiento del Hijo de Dios y acostumbran a no realizar otros trabajos manuales que los directamente relacionados con la festividad (como decorar las iglesias con flores). El día de la Resurrección el pueblo griego acude a la iglesia portando cada uno una vela de color blanco. Esta vela será encendida durante la ceremonia para recordar a la luz divina símbolo del triunfo de Jesucristo sobre la muerte terrenal. Además, y como señal pública de su fe, los cristianos ortodoxos más devotos suelen pintar una cruz en la puerta de su casa con el humo de la vela bendecida.
El Día de las Luces.
Una festividad cristiana prácticamente invisible en otros países mediterráneos es la conmemoración del bautismo de Jesucristo o “Bendición de las aguas“. En Grecia ese acto se celebra el 6 de enero, día de la Epifanía. En esa jornada la gente se reúne a la orilla del mar, de un lago o de un río y cuando todo el mundo está preparado, se arroja una cruz de madera al agua. En ese momento los más valientes o menos frioleros se arrojan para recuperar este símbolo clave para la cristiandad. Según la tradición, el fiel que recupere la sagrada cruz recibirá las bendiciones divinas para él su familia durante todo el año recién estrenado.
En Hermíone, en la zona del Peloponeso, encontramos otra costumbre tradicional relacionada con la Epifanía. El día antes de la celebración los jóvenes del lugar se reúnen en el puerto para decorar las balsas y barcos con largas hojas de palma. Al día siguiente, el 6, esos mismos jóvenes se visten con uniformes marineros antiguos y recorren las calles de su pueblo cantando y recibiendo las bendiciones de propios y extraños. Normalmente son estos mismos jóvenes los primeros que se lanzan al agua en busca de la preciada cruz y de la bendición divina que acompañará al rescatador.
En Léucade encontramos una simpática variación del Día de las Luces. En lugar de una cruz, los lugareños se arrojan al agua llevando varias naranjas ensartadas en una cuerda. Tras la bendición de las aguas, los fieles llevan las naranjas a su hogar y las colocan en torno a los tradicionales altares. De esta forma, la bendición de las naranjas acompañará a toda la familia durante los próximos y duros meses del nuevo año.
Tradiciones y costumbres ancestrales que, si lo deseamos, podremos disfrutar en nuestro próximo viaje a la cuna de nuestra cultura: Grecia.