Las calles estaban encharcadas porque había estado lloviendo toda la noche y la probabilidad de que hoy saliera el sol era nula así que optamos por planes a cubierto como la National Gallery y Westminster Abbey, pero el día tomó un rumbo diferente a lo que teníamos pensado.
En dirección a Trafalgar Square pasamos por Picadilly, un lugar muy diferente en el día y la noche; mejor visitarlo de noche. Llegamos a Trafalgar, una plaza que debería estar muy animada y sin embargo no había nadie, entre otras cosas porque estaba encharcada y no había ni un solo lugar donde sentarse, así que fuimos directos y sin prisa al museo. El tiempo no parece que vaya a mejorar.
Picadilly Circus
Trafalgar Square
Los museos en Londres son gratis, por eso verás muchas huchas para donativos en las entradas y además los planos suelen costar dinero así que prescindimos de ellos y nos lanzamos a la aventura recorriendo las salas. La National Gallery es uno de los museos mas importantes de Londres y sus colecciones son únicamente de pintura. Sin control del tiempo veíamos una sala tras otra dedicando lo justo para que nos diese tiempo a verlo todo. Qué rabia me da no poder ver las cosas a mi lentísimo ritmo! Tampoco sabíamos en general qué artistas nos encontraríamos allí. Yo iba en busca de La Venus del espejo de Velázquez, una de sus pocas obras que no se encuentran en el Prado, y La Virgen de las rocas de Leonardo da Vinci. Todo lo demás fue una gran sorpresa. Pinturas de Rembrandt, Tiziano, Monet... y los famosos Girasoles de Van Gogh. Pinturas desde el siglo XII hasta el 1900. Para que no os pase como a mi os dejaré una lista de lo que no os podéis perder de la National Gallery.
National Gallery
La Venus del espejo de Velázquez
Tras casi 4 horas en el museo salimos a buscar un lugar donde sentarnos a comer los sándwiches que preparamos pero sorpresa, no paraba de llover. Empezamos a andar en busca de algún lugar cubierto donde poder sentarnos porque estábamos agotados! Un pequeño porche de Palace of Whitehall donde tuvimos que organizarnos un poco para caber todos los que nos refugiábamos de la lluvia y allí nos comimos los sándwiches mientras veíamos llover y descansábamos las piernas. Yo no podía con mi alma.
Parecía que la lluvia había aflojado así que fuimos a ver Westminster Abbey y el Big Ben, pero el día era tan malo que optamos por dejarlo para otro día y pasamos de largo. Cruzamos el puente y nos dimos un paseo bajo la lluvia por la orilla del río hasta llegar a la Tate Modern, siguiente lugar donde nos pudimos refugiar y de paso continuábamos la dosis de arte que dejamos a medias en la National Gallery. Con la lluvia y el largo paseo hasta la Tate, llevábamos los pies hechos un pantano. Al llegar a la Tate vimos algunas salas pero nos causa tanto rechazo el arte contemporáneo que encontramos unos sillones súper cómodos donde pudimos tumbarnos un largo rato, recuperar fuerzas, airear nuestras zapatillas mojadas, descansar y comernos el otro sándwich (sí, Dario y yo hemos estudiado Bellas Artes). Después de andar más de 8 km calados hasta los huesos fue el momento mas agradable de todo el día, pero la responsabilidad es la responsabilidad y no podía venir a Londres a estar tumbada en un sillón del museo que menos me gustaba.
El Parlamento
Millenium Bridge
St Pauls Cathedral
Salimos de allí y cuando cruzamos el Millenium Bridge calló un diluvio universal. Yo pensaba que el cielo nos estaba exigiendo que nos fuésemos a casa. Pero al llegar a St Pauls Cathedral la lluvia se detuvo por completo. De repente nuestro cansancio desapareció y nuestro ánimo se vino arriba y empezaron las risas y las chorradas. Qué bien... el cielo estaba muy oscuro y el suelo mojado pero ¡éramos felices! por fin, a media tarde había parado de llover!!
Así que felices y frescos como lechugas nos animamos a andar hasta el Tower Bridge y la Torre de Londres. Se que estamos locos pero en ese momento no éramos conscientes y lo peor de todo es que empezó a llover de nuevo. Vimos el puente y hartos de ir empapados y de no poder disfrutar la ciudad decidimos volvernos a casa. Estábamos a 13 km así que no nos quedó mas remedio que usar el metro. Aquí te explico cómo hacerlo para no pagar mas de el doble.
Tower of London
London Bridge
Eran las 7 de la tarde pero no paró de llover. Por hoy habíamos cumplido y nuestras piernas lo agradecieron así que ducha, pijama y a descansar hasta el día siguiente. Nos compramos carrot cake para comer una tarde en Hyde Park pero no se quien es peor, si Dario o yo. Esa fue nuestra merienda, y por la noche pizza y peli. Así terminamos nuestro triste día pasado por agua. Si me preguntan ese mismo día si me estaba gustando Londres... no contestaría para no decir que no pero se que con que dejase de llover mi opinión cambiaría!
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