¡Ah los viejos tiempos! Cuando la gente dejaba de hacer compras de Navidad cuando se quedaba sin dinero. (Alguien A. Dicho).
Oh the old times! When people stopped shopping for Christmas when they ran out of money. (Said S. Omeone)
COMO DISFRUTAR DE UNAS NAVIDADES PERFECTAS
HOW TO ENJOY A PERFECT CHRISTMAS
Con 23 años y a miles de kilómetros de distancia, por fin iba a vivir las navidades con las que llevaba soñando la mitad de mi vida: sola. /At 23 years old and thousands of miles away, I would finally live the holidays I had been dreaming for half of my life: alone.
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Los Parker me habían invitado mucho tiempo atrás a pasar las fiestas con ellos, pero les dije que no con la excusa de que quería conseguir algún trabajillo para pagarme el siguiente semestre en la universidad. Y era una excusa porque tenía una razón aun más poderosa: no quería que me pagaran el viaje. No quería volver a sentirme dependiente de ellos en su casa y me apetecía ponerme al día en un montón de pequeñas tareas. Además todas mis compañeras de apartamento se habían ido de vacaciones a sus casas. Yo las quería mucho pero pensar en disfrutar de todo ese espacio para mí sola me llenaba de un gozo difícil de expresar.
Mis planes peligraron cuando recibí una llamada de Tyrone. Iba a venir por viaje de negocios cerca de mi ciudad y le gustaría pasar a saludarme. Nos reunimos al día siguiente en el campus de la universidad. Desde el primer momento me di cuenta de que me sentía más cómoda con él que nunca antes desde que le conocía. Ahora yo era independiente. Aunque mis papeles decían que él seguía siendo mi sponsor, ya no reflejaban la realidad. Por mi propia decisión no había recibido ayuda económica de los Parker desde que me fui a vivir a la universidad. Me había mantenido con el dinero que ahorre ayudándoles en la casa antes de irme.
Mientras le enseñaba el apartamento, Tyrone me dijo que si en cualquier momento necesitaba algo, lo único que tenía que hacer era llamar a Caroline y ella me lo enviaría. Se lo agradecí, pero él que me conocía bien sabía que antes me moriría de hambre que pedirles algo. Así que insistió diciéndome que aunque yo era “una persona condenadamente independiente”, si averiguaba que yo estaba teniendo problemas de dinero se iba a enfadar mucho por no decírselo y “¡no me ha visto todavía enfadado de verdad!”.
También me dijo que quería pedirme algo, un favor personal, absolutamente aparte de los negocios. Quería llevarme a su casa porque Caroline y los niños me querían mucho y sería “un regalo de Navidad perfecto". Tyrone podía leer mi mente, estoy convencida. Sin darme tiempo a reaccionar añadió:
— Y ahora, no empiece a mover la cabeza diciendo que no. Vuelo tan a menudo con la misma aerolínea que he acumulado muchos puntos. No tendré que pagar ni un centavo por nuestros billetes. Así que volaríamos en primera clase gratis. Esto es una sorpresa y nadie sabe de ello. Si quiere decirme: “Tyrone, estoy harta de ti y de tu familia. Estoy muy feliz con mi libertad y no quiero volver a ver vuestras caras”, lo entenderé y no tiene porque sentirse mal por ello.
Bien, lo pensé brevemente. Para entonces ya había encontrado un trabajo: empezaba en enero. Tenía muchas ganas de quedarme en el apartamento sola, pero entonces pensé en cuanto quería a los Parker y a Grandpa y Grandma (los padres de Caroline). También pensé que por primera vez no sentía que tenía que hacer lo que Tyrone quería, tenía la oportunidad de hacer algo por él como amigo, simplemente porque me caía bien. De modo que le dije que sí. Y se quedó muy sorprendido. — ¿Ha dicho que sí? ¿Está segura? ¡Genial!
Me pregunté si él pensaba que la única manera de conseguir algo de los demás era por medio del dinero, del poder o de dar algo a cambio.
Al día siguiente por la noche volamos a su ciudad. En el aeropuerto fuimos al encuentro de Caroline que estaba leyendo en las pantallas la información sobre la llegada del avión. Tyrone y yo estábamos bajando por las escaleras automáticas. Yo estaba justo delante de él. Era imposible que ella no me viera.
—¡Hola, Caroline!- dijo Tyrone.
Ella miró hacia las escaleras, sonrió y dijo:
—¡Hola, Tyrone!
Yo estaba muy emocionada de verla ¡pero ella no me dijo nada! Tyrone y yo ya habíamos bajado del todo, me acerqué más a Caroline, casi tocándola.
—¡Hola, Caroline! ¿Qué tal estás?
Entonces me miró y comenzó a gritar. Nos abrazamos una y otra vez. No se podía creer que yo estuviera allí.
Después de desempacar eran la dos de la madrugada cuando estaba lista para acostarme, pero estaba tan nerviosa pensando que tan sólo al cabo de unas horas vería a Nicky que me planteé quedarme despierta toda la noche. Finalmente me acosté.
Temprano por la mañana Teri entró en la habitación y me despertó. Su madre le había dicho que en esa habitación había un regalo que les había traído su padre. No tendría que desenvolverlo pero probablemente si que necesitaría destaparlo. A continuación entraron las otras dos niñas. No me podía creer cuanto quería a esas tres criaturas tan malcriadas.
Nicky se despertó más tarde. Entré en la habitación y empezó a llorar. Yo ya sabía que al principio no me reconocería. Durante un rato no quería ni acercarse a mí. Mientras él desayunaba me senté a su lado. Fuimos a dar un paseo en su pequeña bici y ese adorable ser de 16 meses volvió a aceptarme como amiga.
La idea de Tyrone funcionó a la perfección. Fui un buen regalo de Navidad para Caroline y para los niños. Diez días después, temprano por la mañana, me fui. Les escribí una nota de despedida a cada una de las niñas.
Entré en la habitación de Nicky y me quedé observándole como dormía.
—Dile que le quiero— le pedí a Caroline entre lagrimas.
—Él lo sabe— me contestó.
De vuelta en mi apartamento sentí no haber podido disfrutar de mis navidades a solas. ¿Me arrepentí de haberlas pasado con los Parker? Puede que no sea una entusiasta de las celebraciones navideñas, pero sí que me gusta en cualquier momento del año recibir regalos. Sobre todo si son valiosos, no ocupan lugar y duran para siempre. Y ese mes de enero recibí uno que reunía todos esos requisitos. Era una tarjeta. Decía entre otras cosas:
Y ahora es vuestro turno: ¿Cómo celebraríais la Navidad si vuestras circunstancias familiares, económicas, sociales, físicas no fueran un problema? ¿Donde? ¿Con quien? ¿Exactamente como las habéis vivido este año? Si las celebraríais de forma diferente, ¿qué os lo impide?
The Parkers had invited me a long time ago to spend the holidays with them, but I told them not with the excuse that I wanted to get some job to pay me the next semester in college. And it was an excuse because I had an even more powerful reason: I did not want for them to pay for my trip. I did not want to feel again like I was dependent on them at their home, and I wanted to catch up on a lot of little tasks. Plus all my roommates had gone on vacation to their homes. I loved them very much but to think of enjoying that space all alone filled me with a joy difficult to express.
My plans were threatened when I received a phone call from Tyrone. He was going to come near my city on a business trip and would like to stop by to say hello. We met the next day on the campus of the university. From the first moment I realized that I felt more comfortable with him than ever before since I knew him. Now I was independent. Although my papers said he was still my sponsor, they no longer reflected reality. By my own decision I had not received financial help from the Parkers since I went to live in college. I had supported myself with the money I saved by helping them in the house before I left.
While showing him the apartment, Tyrone told me that if I needed anything at any time, all I had to do was call Caroline and she would send it to me. I thanked him, but he who knew me well understood that I would starve to death rather than ask them for something. So he insisted that even though I was "a damn independent person", if he found out that I was having money problems, he would be very angry for not to tell them and "you have not yet seen me really angry!" He also told me that he wanted to ask me for something, a personal favor, absolutely apart from business. He wanted to take me home because Caroline and the children loved me very much and it would be a "perfect Christmas present". Tyrone could read my mind, I am convinced. Without giving me time to react, he added:
"And now, do not start shaking your head saying no. I fly so often with the same airline that I have accumulated many points. I wont have to pay a penny for our tickets. So we would fly in first class for free. This is a surprise and nobody knows about it. If you want to say, `Tyrone, Im sick of you and your family. I am very happy with my freedom and I do not want to see your faces again´, I will understand and you dont have to feel bad about it."
Well, I thought about it briefly. By then I had already found a job: I had to start in January. I really wanted to stay in the apartment by myself, but then I thought about how much I loved the Parkers and Grandpa and Grandma (Carolines parents). I also thought that for the first time I did not feel that I had to do what Tyrone wanted, I had the opportunity to do something for him as a friend, simply because I liked him. So I said yes. And he was very surprised.
"You said yes? Are you sure? Great!"
I wondered if he thought that the only way to get something from others was through money, power, or giving something back.
The next day at night we flew to his city. At the airport we went to meet Caroline who was reading on the screens the information about the arrival of the plane. Tyrone and I were going down the escalators. I was right in front of him. It was impossible for her not to see me.
"Hello, Caroline!" said Tyrone.
She looked up the escalators, smiled and said, "Hi, Tyrone!"
I was very excited to see her but she did not tell me anything! Tyrone and I had already come down completely, I got closer to Caroline, almost touching her.
"Hi, Caroline! How are you?"
Then she looked at me and began to scream. We hugged each other over and over again. She could not believe I was there.
After unpacking it was two in the morning when I was ready to go to bed, but I felt so nervous thinking that after only a few hours I would see Nicky that I considered staying up all night. I finally went to bed.
Early in the morning Teri came into my room and woke me up. His mother had told her that there was a gift in that room that his father had brought. She would not have to unwrap it, but she probably would need to uncover it. Then the other two girls entered. I could not believe how much I loved those three such spoiled creatures.
Nicky woke up later. I entered the room and he began to cry. I already knew that at first he would not recognize me. For a while he did not want to come near me. While he was having breakfast I sat next to him. We went for a ride on his little bike and that adorable 16-month-old took me back as his friend.
Tyrones idea worked perfectly. I was a good Christmas present for Caroline and for their children. Ten days later, early in the morning, I left. I wrote a farewell note to each of the girls.
I went into Nickys room and I watched him as he slept.
"Tell him I love him," I asked Caroline between tears.
"He knows."
Back in my apartment I felt sorry I had not been able to enjoy my Christmas holidays alone. Did I regret having passed them with the Parkers? I may not be an enthusiast of Christmas celebrations, but I do like to receive gifts at any time of the year. Especially if they are valuable, they do not take place and they last forever. And that January I received one that met all those requirements. It was a card. It said among other things:
And now it is your turn: How would you celebrate Christmas if your family, economic, social, physical circumstances were not a problem? Where? With whom? Exactly how you did this year? If you would have celebrated them differently, what did prevent you from doing so?