Buenos días! nuestro primer día lo íbamos a dedicar al que para mi es el pueblo más bonito de España: Santillana del Mar. Era uno de los sitios que más ganas tenía de visitar en este viaje porque ya estuve hace muchos años y me enamoré tanto de este lugar que estaba deseando volver. También pasamos por Comillas, otro pueblo igual de cuco con muchas cosas interesantes para ver.
Madrugamos para aprovechar bien el día, o mejor dicho, para disfrutar de un buen desayuno en ese precioso jardín sin perder media mañana. Lo primero que hicimos al despertarnos fue abrir la ventana del techo y asomarnos para comprobar si llovía. Hacía sol pero lo mejor fue el color verde de los montes, el olor a humedad, el sonido de los cencerros... para mi todo esto era pura magia.
Preferimos no incluir el desayuno en la posada (ERROR) por ahorrar un poco así que nos salimos al jardín con un bizcocho que traíamos de casa y unos batidos de chocolate para contemplar toda aquella maravilla natural que nos rodeaba y a las 9 de la mañana pusimos rumbo a Santillana del Mar para llegar pronto.
Y qué bonito el paisaje desde la carretera... qué poca costumbre tenemos de ver ese verde. Las casitas de piedra y llenas de flores nos indicaban que ya estábamos en Santillana del Mar. No eran ni las 10 de la mañana y ya tuvimos problemas para aparcar. Hay varias zonas habilitadas de aparcamiento gratuitas pero a esa hora ya estaban completas y los coches improvisaban aparcamientos no muy legales, así que nosotros optamos por pagar zona azul: 4 horas > 2,5 €.
>> + info: aparcar gratis en Santillana del Mar.
Por fin estábamos en Santillana del Mar y la verdad que no defrauda a nadie, ¡qué pueblo más bonito! imagina un escenario medieval con casitas de piedra de otros siglos, llenas de flores e infinidad de tiendas de productos típicos de artesanía y gastronomía. Tenía unas ganas que me moría de volver a patear esas callecitas y hacer fotos.
Antes de empezar a disfrutar nos sentamos en una terraza de bar para tomar un café, que finalmente transformamos en nuestro 2º desayuno: café + tostada: 1,5 €; nos pareció muy barato. Después ya nos perdimos por esas calles en busca de los rincones únicos, aunque Santillana en sí es única sin necesidad de perderse.
Conforme nos acercábamos a la Colegiata (la iglesia románica de Santillana) veíamos que la gente tomaba vasos de leche y quesada por la calle así que supusimos que se vendían en alguna parte. No tardamos ni 5 minutos en dar con el primer lugar donde ofrecía un vaso de leche fresca y una porción de quesada por 2 €. Y por supuesto desayunamos por 3º vez. Me encanta la cantidad de tiendas de productos típicos y artesanales que hay (debo decir que los auténticos dulces son de los Valles Pasiegos, pero de esto hablaré próximamente). Mi consejo es que si vas a traer a casa algún producto, si es posible cómpralo en su lugar de procedencia. Sino, con estos puedes pasar :)
El origen de Santillana del Mar se sitúa en la Edad Media y no hace falta mucha imaginación para transportarnos en el tiempo. Dedicamos la mañana a visitar la iglesia románica más importante de Cantabria y buscar los los torreones medievales y los escudos de piedra en las fachadas de las casonas. También hay unos cuantos museos interesantes para visitar. A nosotros nos llamó la atención el Museo de la Tortura y la Inquisición, con una extensa colección de instrumentos de tortura empleados por la Inquisición hasta su abolición en el siglo XIX. Echamos la mañana entera paseando por allí. Después nos fuimos a Comillas a comer y a echar allí el resto del día.
>> Qué ver y qué hacer en Santillana del Mar