Para conocer esta gigantesca pero encantadora urbe del Oeste de Canadá, nada mejor que empezar con un paseo panorámico por su pulmón verde, Stanley Park.
Son más de 4 km² salpicados de varios puntos de gran interés. Éste y otros lugares están incluidos en el tour por Vancouver
Con unas vistas panorámicas impresionantes, el escenario nos regala imágenes como la Bahia de Burrardy, la Inglesa, el Seawall con su tupido bosque tropical...Podríamos pasar un día entero explorando y no acabaríamos.
Abierto en 1888, el parque es destino favorito de los habitantes de Vancouver y por supuesto, de todo el que visita la ciudad, ya que es el parque urbano más grande del país.
Uno de los puntos más atractivos del parque son los tótems que empezaron a colocarse en su ubicación actual en 1920 y cuyo número fue creciendo hasta mediados de los años 60.
Con el paso de los años, varios de ellos fueron deteriorándose y tuvieron que ser reemplazados a partir de 1980 para conservar su valor histórico.
El último en añadirse fue en 2009, siempre siguiendo la idea principal con la que se tallaron, es decir, la representación histórica de un individuo, una familia o una nación entera. Algunos incluso recuerdan un evento importante u homenajean a un miembro destacable de la tribu.
El tótem, era por buscar una similitud, el escudo de armas de las Primeras Naciones de la Columbia Británica y la parte baja de Alaska, El material favorito para su construcción era el cedro rojo, que al mismo tiempo era resistente y relativamente fácil de tallar.
La simbología más común era la que presentaba al águila como representación del reino del aire, a la ballena del mar, al lobo de la tierra y a la rana como nexo de unión entre la tierra y el mar.
Algunos postes tenían también la función de sostener las vigas de las casas, como este Thunderbird, réplica de un original de principios del siglo XX. Su parte superior presenta la figura de un águila y la inferior un oso grizzly sosteniendo a un humano.
También hay tótems mortuorios, como el del jefe Skedans, con un tablón decorado e la parte superior que incluye una cavidad donde se guardaron las cenizas del jefe.
Del otro lado de esta parte del parque se tiene una panorámica muy interesante de North Vancouver.
Mención especial merece un gigantesco inukshuk, una estructura de piedras apiladas unas encima de otras con varias utilidades posibles.
Fueron los inuit quienes levantaron este tipo de construcciones con el fin de señalar puntos en tierra que les ayudaran en la navegación.
También podían señalar buenos lugares para la pesca, un escondite de alimentos para el invierno e incluso como elemento conmemorativo que recordara un familiar difunto.
Salimos de Stanley Park y nos dirigimos a Granville Island.
En principio fue una gran barra de arena, donde acudía el pueblo Salish a cazar y pescar. Era abundante en ciervos, alces, osos y castores, así como patos y peces que incluían lenguados, percas, salmones, ostras, erizos, percas y salmones.
Dedicaron incluso una parte de la superficie a cosechar plantas medicinales y hongos, así como bayas y repollo.
Más tarde con la llegada de la era industrial, su fisonomía cambió radicalmente, para convertirla en zona de aserraderos y otras fábricas.
Una de las mejores maneras de llega a Granville es en uno de los minibarcos que cruzan False Creek
Una vez allí debemos dirigirnos al Mercado Público.
En su interior encontramos innumerables establecimientos de alimentos frescos, delicias gourmet, panaderías y pastelerías, y sobre todo pescados y mariscos.
De nuevo en la ciudad nos disponemos a visitar algunos de sus puntos más atractivos.
Enfilamos Burrard Street, donde pasamos ante la "Fuente de los Pioneros", un precioso bronce de 1969, obra de Tsutakawa.
Quizá el edificio más hermoso de la ciudad sea el Marine Building.
A principios de los años 20 del siglo pasado, Vancouver era una ciudad próspera y de rápido crecimiento. Su baza principal era el puerto, una parada fundamental en la ruta desde América del Sur favorecida por la apertura del Canal de Panamá. Del mismo modo, era parada final de los ferrocarriles que cruzaban el país y llevaban mercancías que luego se cargaban en su puerto.
El capitán de corbeta J.W. Hobbs, promovió la construcción de un edificio que reflejara el esplendor y prosperidad de la ciudad, y sería el centro financiero de Vancouver. Ya que el poderío de la ciudad se basaba en el mar, el rascacielos daría la imagen de un gran peñasco que saldría del mar, adornado con elementos de la flora y fauna marina y embellecido con mármol y oro.
En marzo de 1929 se colocó la primera piedra de una preciosa joya del Art Decó que se completaría en octubre de 1930, y que contaría con 22 magníficos pisos que lo hicieron el edificio más alto de la ciudad hasta 1939.
El exterior se decoró profusamente con los medios de transporte de la época, como zepelines, barcos de vapor, biplanos y trenes. Por supuesto no podía faltar la temática marina, con enormes olas, caballitos de mar, erizos y multitud de peces de distintas especies. La decoración del interior corrió a cargo de John Greed, que luego construiría suntuosos decorados para las superproducciones de Hollywood, lo que nos da pistas del porqué el edificio ha sido elegido como escenario para rodar películas de Marvel, series e incluso fue el lugar de trabajo de Clark Kent en Superman.