Lo hacía con mucha más pasión que ahora, debe ser que soy demasiado mayor. De hecho, no suelo ver prácticamente nada de animación en ningún estilo, a excepción de South Park y poco más.
Sin embargo, después de leer algunos buenos comentarios sobre esta adaptación Batman, personaje creado por Bob Kane y Bill Finger en 1939, me ha picado la curiosidad y me llevado a darle un vistazo a esta película dirigida por Sam Liu.
Liu tiene bastante experiencia como director y animador en adaptaciones de los personajes de Marvel y DC dentro del campo de la animación, y eso se nota en el resultado final. Lejos de la animación más moderna, el film es muy retro en su estilo artístico. Me ha transportado en el tiempo y recordado a todas esas series que he mencionado en el primer párrafo.
El guión para el film ha sido escrito por Brian Azzarello, que ya ejerció como guionista en un segmento en Batman: Gotham Knight en 2008. Una parte de la historia se basa en la novela gráfica de Alan Moore de idéntico título que el film, Batman: The Killing Joke, que ha sido traducido fielmente en nuestro país, Batman: La broma asesina.
Una noche lluviosa Batman llega al Asilo Arkham para hablar con Joker. Pero cuando llega a su celda, se da cuenta de que el que está ahí es un impostor, y que el real ha escapado y anda suelto por Gotham.
El estilo de animación es muy fiel a la serie animada que se emitió durante los 90 en la parrilla televisiva. Perfiles lisos de tonalidades muy planas pero bien definidos en su trazo. El movimiento es tosco, pero eso es algo que no importará demasiado a los que hemos crecido con este tipo de animación, al incidir en el efecto nostálgico a los que ya andamos más cerca de los cuarenta que de los treinta.
La película no es la séptima esencia del arte animado, ni va a ser memorable muchos años por la historia que nos cuenta, aunque el segundo tramo con ese circo de los horrores tan lúgubre inspirado en Freaks de Tod Browning, tiene su qué.
Gracias a sus personajes principales, Batgirl, Batman y Joker, que han sido lo suficientemente bien perfilados en personalidad y características muy humanas, los hacen bastante creíbles al ojo del espectador. De esta manera, la película entretiene en sus correctos 70 minutos de duración.
Dado en la novela en que se inspira, y que no Liu no ha sido el único y el primero en recurrir a ella. No es de extrañar ver escenas tan familiares, como el interrogatorio de Batman al Joker, que Christopher Nolan llevó a cabo en El Caballero oscuro en 2008, aunque en un contexto distinto y más agresivo que el que nos ofrece la película dirigida por Liu.
Otra de las escenas que nos será terriblemente familiar, es la transformación del Joker, que ya fue llevada a la gran pantalla en 1989 en la primera adaptación cinematográfica de Batman con un gran presupuesto, dirigida por Tim Burton y con un Joker representado por el genial y excéntrico Jack Nicholson (El resplandor), del que el personaje animado toma prestada la esencia.
En la versión original, el personaje animado está muy bien doblado por Mark Hamill (Star Wars) cercano al oscuro Joker de Nolan interpretado por Heath Ledger. Aunque, en la versión doblada se pierde toda la esencia oscura del personaje, es más bufón y próximo al Joker de Nicholson.
La primera parte de la historia, influenciada por el mundo de la mafia, me ha recordado a algunas partes de Batman Begins, también dirigida por Nolan. Una primera parte que no aporta mucho, ni guarda demasiada relación con la segunda. Ésta sirve como preámbulo; aprovechando para presentar a los personajes y poco más.
Se sustenta, gracias las relaciones humanas entre Batman y Batgirl, que conducen al romance y al deseo carnal, que me ha recordado a la relación entre la ‘Catwoman’ y el Batman de Nolan en El caballero oscuro: La leyenda renace.
En cambio, el villano de la primera mitad, es muy poco carismático. Imagino que la intención era la de no eclipsar al Joker en la segunda mitad.
El nivel de violencia sorprende, es moderado en comparación con otros dibujos, pero sorprende en alguna escena con un poco de sangre en un producto tan mainstream que ha terminado con una calificación R realizada para el público adulto para tan curiosa y entretenida adaptación de uno de los personajes más famosos de DC. Además, tiene una parte crítica en su moraleja que siempre ha servido como leit motiv al personaje de Batman, la ambiguedad de la justicia.