Así que nuestro plan para este fin de semana es conocer a fondo una de las rutas más conocidas de la comarca del Salnés:
A RUTA DA PEDRA E DA AUGA
Se denomina así porque la recorren nada menos que 53 molinos de agua, labrados en piedra (a pedra) que se asientan a las orillas del río Armenteira (a auga). El itinerario transita entre las parroquias pontevedresas de Barrantes (Ribadumia) y Armenteira (Meis).
Una belleza para todos los sentidos.
Antiguamente, según la tradición, se hacía esta ruta el Lunes de Pascua con la conocida Romería de la Virgen de las Cabezas, y se sigue manteniendo hoy en día.
Muy transitada durante todo el año, “A ruta da pedra e da auga” se ha dado a conocer sobre todo por los paseos que el actual presidente de España, Mariano Rajoy, hace durante su período vacacional.
Los molinos eran el instrumento de trabajo principal para muchos gallegos de la época. Se supone que su aparición está vinculada a los monasterios, que los introducirían en el siglo XI. En él, se molía el maíz o el trigo para crear la harina. Era una profesión de tradición familiar.
Junto a los hórreos (tenéis una buena representación en el pueblo costero de Combarro) y los cruceiros, los molinos forman parte indispensable del paisaje agrario gallego.
¿Sabíais que se hacían guardias y reuniones, diurnas y nocturnas, tras largas esperas de las moliendas, para vigilar que el molinero no se cobrara una proporción de harina mayor que la debida? A esa cantidad se le llamaba maquía. Y esas “xuntanzas” derivaron en fiestas y en bailes. De aquí procede la conocida muiñeira (molinera), el baile tradicional de Galicia.
Para estas muiñeiras, se escribían divertidas “cantigas galegas”, que muchas de ellas estaban dedicadas al trabajo del molinero. Y queremos hacer alusión a algunas de ellas:
Unha noite no muíño,
unha noite non é nada
unha semaniña enteira,
eso sí que é muiñada
O muíño moe moe,
o rodicio faino andare,
as fillas do muiñeiro,
rabean por se casare
Esta profesión llega a su fin en los años 50 del pasado siglo, con la irrupción de las máquinas eléctricas. El abandono de sus gentes hace que crezca la maleza, ocultando y destruyendo todos los molinos. Pero gracias al proyecto de rehabilitación la Mancomunidad de Municipios de O Salnés en el año 2001, se ha conseguido un paraje único del que todos podemos disfrutar: molinos restaurados, puentes de madera para cruzar el río, una zona recreativa e increíbles paisajes que no podréis olvidar.
Estos pequeños molinos eran de una sola planta. Destacan los “pousadeiros” o “pousos”, que son unas repisas junto a la puerta, en las que se descansaban los sacos y que al estar a un metro escaso del suelo reducían el esfuerzo necesario para cargarlos.
Comenzamos la ruta:
La ruta se inicia al lado de la rotonda de Barrantes de la vía rápida de O Salnés, donde está la Taberna Os Castaños, en la parroquia de San Andrés de Barrantes (Ribadumia), discurriendo río arriba por las parroquias de San Martiño de Meis y Santa María de Armenteira (Meis).
El recorrido termina en el marco incomparable del Monasterio de Armenteira.
Su recorrido son 6,5 km y la duración aproximada es de 2 horas, si lo hacemos andando. Pero otra opción muy atractiva, es hacerlo en bici. Os podemos garantizar, de primera mano, que la ruta en bici es muy satisfactoria
Os contamos un poco sobre las etapas de esta ruta. Podemos dividirla en 3 tramos:
Tramo 1:Ruta dos Muíños de Barrantes
(del inicio hasta rotonda de la PO-9405 a la salida de la AG-41).
Es muy sencilla de recorrer. Tiene un longitud de 1 km.
Aquí se ven 6 de estos molinos totalmente restaurados.
Casi al comienzo de la ruta, enfrente de uno de los primeros molinos, el denominado molino do Con, hay un petroglifo en el que nos detendremos.
Este petroglifo presenta abundantes motivos cruciformes y otro elemento geométrico que parte de una cazoleta. Es muy singular ya que no se puede englobar dentro del arte prehistórico de Galicia, ya que su cronología nos remonta a la alta Edad Media, entre los siglos V y X.
Tramo 2: Ruta de los Molinos de Meis
(desde la rotonda de la PO-9405 en la salida de la AG-41 hasta la Aldea Labrega).
Tiene un recorrido de algo más de 1 km y termina en la Aldea Labrega, un lugar que merece una visita obligada.
En este entorno encontramos también un área recreativa situada en las laderas de un pequeño monte (Cabeza de Boi). Hay una casa de piedra rehabilitada como bar, “A taberna da Aldea”, con terraza incluida, donde podemos hacer un descanso y tomar cómodamente un refresco.
El final de esta etapa lo tenemos en La Aldea Labrega.
La Aldea Labrega
Fue construída por la Escuela de Canteiros de la Diputación de Pontevedra en el año 2008. Se quiso representar la vida cotidiana de los pueblos de la Galicia de principios del siglo XX. Cuenta con iglesia, hórreo, cruceiro, lavadero, pozo, fuente, horno y animales domésticos. Todo labrado en granito, la piedra que más abunda en la zona norte de la península ibérica.
Tramo 3: Ruta de Senderismo del río Armenteira
(desde la Aldea Labrega hasta el Monasterio de Armenteira).
Es la etapa más larga y complicada. Tiene un recorrido de casi 4 km y medio y prácticamente es todo subida. Eso sí, los parajes son únicos, atreviéndonos incluso a clasificarla como la ruta más bonita de todas.
Seguimos caminando a la orilla del río, donde nos siguen acompañando los molinos y además pequeñas e impresionantes cascadas y pozas, con la naturaleza en estado puro.
Bosques frondosos de castaños, carballos, sauces y abedules.
En la zona próxima al monasterio de Armenteira, el camino es más bello y el río desciende con mayor fuerza. Aquí se concentra una bellísima muestra etnográfica: los “muíños de Serén”, un conjunto de más de 30 molinos rehabilitados que serpentean las márgenes del río.
Ultimo esfuerzo, donde nos espera el monumental Monasterio Cisterciense de Armenteira.
Pero antes de entrar en el Monasterio, creo que nos merecemos un buen aperitivo en el Bar Comercio, justo la entrada del cenobio, para degustar cualquiera de sus tapas, donde cabe destacar su empanada de zamburiñas o su jugosa tortilla. La caminata fue laaaaarga y dura!
Monasterio de Armenteira.
Después de llenar nuestro estómago , vamos a culturizarnos y disfrutar de un importantísimo cenobio cisterciense que data del siglo XIII, en la ladera del Monte Castrove.
La iglesia es un claro ejemplo de la arquitectura sobria del Císter. Destaca por su increíble rosetón calado y su portada románica con 6 arquivoltas ricamente decoradas.
Fue fundado por el Abad San Ero en el año 1150.
Según una leyenda famosa en Galicia, en este paraje el abad San Ero, fundador del monasterio, salió a orar y, anodadado por el canto de un pajarillo, durmió durante 300 años. Cuando despertó encontró el lugar totalmente cambiado y lleno de monjes. El más viejo comprobó que en sus libros se hablaba del “santo Ero de Armenteira, noble y piadoso varón, fundador y abad de este monasterio, que nunca más fue visto después de salir a meditar al monte Castrove”, y San Ero, que tanto había pedido a la Virgen ver el Paraíso, murió impresionado por el milagro.
Esta leyenda se recoge en la Cantiga 103 de la famosa obra de Alfonso X el Sabio: Cantigas de Santa María. Es preciosa.
La planta tiene 3 naves y una cabecera con 3 ábsides. Además goza de una maravillosa cúpula en el crucero (poco frecuente en las iglesias gallegas).
En su interior destaca el baldaquino del altar (siglo XVIII), y la figura de la Virgen de las Cabezas, con un pecho desnudo, sujetando al Niño. Es una talla de madera policromada del siglo XVI y la imagen se relaciona con la aparición de la Virgen al monje cisterciense San Bernardo, a quien le agradeció su devoción permitiéndole probar unas gotas de la leche con la que amamantaba al Niño.
Por otro lado, destacamos el claustro, de dos pisos, creado entre los siglos XVI y XVIII.
El monasterio quedó abandonado en el año 1837, tras la desamortización de Mendizábal.
Su recuperación llegó en 1961 de la mano de Carlos del Valle, hijo del escritor Ramón María del Valle-Inclán, con la creación de la Fundación Amigos de Armenteira, y culminó totalmente en 1989. En esta fecha se instalaron aquí diez monjas benedictinas procedentes de Alloz (Navarra).
Las monjas regentan una hospedería, donde venden pastas y jabones que ellas mismas hacen con aceite de camelia.
Si estáis interesados en conocer más cosas del monasterio, aquí os dejamos su página web:
www.monasteriodearmenteira.es
En la misma entrada por la que se accede al claustro, a la izquierda, hay una oficina del Patronato de Turismo, donde encontraréis información muy útil sobre los recursos de la zona, incluido un mapa de la Ruta da Pedra e da Auga.
Como véis, os ofrecemos un buen plan para cualquier fin de semana, donde podréis disfrutar de un plan agradable para toda la familia o amigos, y que seguro disfrutaréis, tanto en verano como en invierno.
¡Benvidos a Galicia!