Vivir slow, no es vivir a cámara lenta, aunque muchas veces lo parezca. Más bien, se trata de disfrutar de lo que haces y convertirte en una persona más productiva porque te enfocas en lo que te gusta. Es darse el tiempo necesario para conocerse bien y distribuir tu energía con cabeza a lo largo del día. También, es saber cuando parar y no sobrecargarte. Respetar el tiempo de descanso e evitar conflictos innecesarios. Comprometerse con uno mismo, en cosas tan importantes como mantenerse positivo, activo o comer sano. Pero también, con nuestro entorno social y con la naturaleza. Vivir slow, es respetar y escuchar, antes de actuar. Saber decidir y que nadie lo haga por ti. Vivir en el presente y disfrutar de lo que estás haciendo en ese momento y encima, sentir la gran satisfacción de que lo haces porque quieres.
¿Qué es el estilo de vida slow? Te lo explico con cinco conceptos:
1. CalmaVivir tu día a día con paz y tranquilidad, sin exceso de ruidos ambientales. Con la mente y el cuerpo en calma, apostando por tu salud y el poder que el silencio tiene en la productividad. Alejarse de todo aquello que conlleva al caos, ya sean: personas, situaciones, lugares o nuestros propios pensamientos. Tener la capacidad de permitirse vivir en calma y tomando decisiones conscientes desde la tranquilidad, es vivir slow.
2. Constancia
La perseverancia de hacer lo que sabes que te sienta bien. La fuerza de voluntad transformada en esfuerzo diario que te ayudará a conseguir los objetivos que te has propuesto. Ser constante en aquello que a la larga te hará sentir mejor, es vivir slow.
3. Creatividad
Esa capacidad de crear cosas nuevas e intentar diferenciarse de los demás a través de tu personalidad. Descubrir y crear lo que nadie hizo antes. Esto solo funciona, si fomestas la creatividad y añades lo anterior: ser constante y vivir en calma. La creatividad va más allá de lo superficial y de lo artístico. En realidad, se puede aplicar a todos los ámbitos de nuestra vida. Como por ejemplo, a la hora de ponerse en el lugar de los demás y ver los problemas desde diferentes perspectivas. Empatizar con tu creatividad y la de los demás, es vivir slow.
4. Calidad
Eso que contribuye a hacer la vida agradable, digna y valiosa. Optar por comprar alimentos regionales aunque sean más caros y apostar por lo sostenible o lo local. Quedarse tan solo con esas cosas que te gustan mucho y no necesariamente de valor material, sino también sentimental. Reutilizar lo máximo posible, tener poco pero que te encante y que contribuya a la mejora de la calidad de vida global, es vivir slow.
5. Compromiso
Esa obligación contraída pero en este caso, con uno mismo. El compromiso a superarse, a hacer las cosas bien, a hacer todo lo posible por cuidarse. Aunque, a veces no se tengan ganas. Ante todo, compromiso con lo que te identifica y te representa. Apostar por eso que te da energía positiva y te evita remordimientos porque es congruente con tus valores éticos y morales, es vivir slow.
¡Hasta aquí ha llegado el post de hoy! ¿Qué te ha parecido? ¿Te resulta familiar el estilo de vida slow? ¿También representa tu estilo de vida? Espero tu respuesta en los comentarios y de paso, aprovecho para enviarte un abrazo.
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