La semana pasada, te explicaba qué era para mí el estilo de vida slow. Y lo hacía a través de cinco conceptos: calma, constancia, creatividad, calidad y compromiso. ¡Hoy quiero ir más allá! Y te voy a contar, cómo lo puedes poner en práctica a través de algunos hábitos diarios. De primeras, parecen fáciles. Pero, os confieso que no lo son. Más que nada porque mantenerlos a largo plazo, requiere de mucha disciplina y voluntad diaria. Lo que está claro, es que el esfuerzo merecerá mucho la pena porque con el tiempo te aportarán mayor calidad de vida y paz interior. Y algo aún más gratificante: sentirás mayor conexión tanto contigo mismo como con lo que te rodea.
10 hábitos diarios para adoptar un estilo de vida slow
1. Comprometerse con una rutina saludable y beneficiosaY esto no significa otra cosa que establecer y cumplir con unos horarios diarios adaptados a tus necesidades. Es tan importante, reservar tiempo para las comidas, el descanso, el deporte y el sueño, como para el trabajo. Todo debe de ir en equilibrio y eres tú, quién debe esforzarse en conseguirlo.
2. Obligarse a pensar en positivo y ver el lado bueno de cada situación
Algo que a la mayoría nos cuesta porque no somos positivas por naturaleza, ¿no? Para mantenerse positivo, hay que empezar por proponérselo y luego, trabajar diariamente en ello. Y no solo me refiero a tener tus pensamientos negativos a raya, sino también a cómo te comportas con los demás y todo lo que te rodea. Si quieres profundizar en el tema, puedes repasar este post: Cómo pensar en positivo. Prácticas que cambiarán tu vida a mejor.
3. Abordar los problemas desde la empatía y fomentar la amabilidad
Ante un conflicto, lo más fácil es dejarse llevar y sacar de cualquier manera todo lo que llevas dentro. Pero esto provoca un desgaste emocional que no merece mucho la pena, ni para ti, ni para los demás. No significa que no puedas decir lo que piensas pero hazlo con inteligencia, hablando tranquilamente y de manera empática. Neutralizar los conflictos con palabras y acciones de amabilidad, siempre es la mejor estrategia.
4. Alimentarse de manera sana y beber mucha agua
Algo clave para tener energía y que te ayudará a sentirte mejor contigo mismo. Ya sabéis que yo apuesto por una dieta vegetariana y por comer comida real. Pero en realidad, este punto hay que aplicárselo en función de las posibilidades y la salud de cada uno.
5. Consumir de manera consciente
Lo bueno y de calidad aunque sea menos, siempre es mejor. Apuesta por los pequeños comercios, lo local y los mercados. Apoya lo sostenible y esos proyectos que son afines a tus ideas y creencias. Valora lo que tengas y reutilízalo hasta que puedas. Consume de manera consciente y congruente con tus ideas.
6. Respetar a los seres vivos que nos rodean y conectar con la naturaleza
En este aspecto, pequeños gestos se convierten en grandes oportunidades. Respeta a los animales silvestres, cuídalos y apóyalos si lo necesitan. Como en el caso de los pájaros silvestres que debido a la pandemia y a las bajas temperaturas, durante el invierno apenas encuentran comida. Recicla y sobre todo, no destruyas ni contamines la naturaleza.
7. Concentrarse en el presente y disfrutar del momento
Para conseguir este punto debes tener calma mental y aprender a concentrarte, un tema difícil en la actualidad. Pensar en positivo, también ayuda mucho a conseguirlo. Hay pocas cosas más slow que saber disfrutar de los pequeños detalles y vivir cada situación como única.
8. Intentar hacer las cosas bien y de una en una
No hagas mil cosas a la vez y no vivas permanentemente con tu teléfono en las manos ni con ruido de fondo. Haz las cosas de una en una y a poder ser, en silencio. Y lo que hagas, sea lo que sea: hazlo bien. Te aseguro que esto aumentará tu rendimiento y con ello tu productividad, por lo que harás más y mejor en menos tiempo. Si quieres profundizar en el tema, puedes repasar este post: Hábitos diarios que favorecen mi rendimiento personal y profesional.
9. Incluir el deporte y el movimiento en la rutina diaria
Creo que es muy importante que elijas actividades que se adapten a tu condición física y que te relajen mentalmente. Que te gusten, te motiven y al acabarlas, te hagan sentir bien. Yoga, pilates, salir a caminar o a correr. Incluso, ¡bailar! Las posibilidades son infinitas y hasta existen muchas apps para hacer rutinas de ejercicios en casa. Yo soy muy fan de SEVEN.
10. Dar prioridad a lo que te hace feliz y te permite vivir en calma
Invertir la mayoría del tiempo en cosas que no te gustan, genera una angustia extremadamente acumulable. Es decir, te desmotivará y te desgastará emocionalmente. Y esto, te aseguro que acaba pasando factura. No tengas miedo a apostar por ti. Y sobre todo, atrévete a hacer cambios a mejor tanto desde el punto de vista personal como profesional. Evita situaciones y personas que no te hagan sentir bien y te roben la energía. Y en el caso, de que no lo puedas elegir: cambia tu actitud hacia ellas, no les des importancia y dosifícalas al máximo. Si quieres profundizar en el tema, puedes repasar este post: Cómo identificar a las personas tóxicas. Mi manual personal.
¡Y hasta aquí ha llegado el post de hoy! ¡Espero que lo hayas disfrutado! ¿Te resulta familiar el estilo de vida slow? ¿Sueles poner en práctica alguno de estos hábitos diarios? ¿Se te apetece añadir alguno más a mi lista? Espero tu respuesta en los comentarios y de paso, aprovecho para enviarte un abrazo.
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