X Men: Days of Future Past bebe directamente y a la vez se apropia de dos de los motivos que llevan alimentando al cine desde que la industria se dio cuenta de la condición exprimible del éxito: el exceso y el grupo.
Pero claro, decir esto es decir nada. Desde que los estudios se dieron cuenta de que sus ingresos necesitaban ser mayores para cubrir sus enormes presupuestos y de que una sola estrella ya no aguantaba toda esa responsabilidad (bueno, todavía no se han dado cuenta del todo, o las tres últimas películas de Johnny Depp habrían sido otras) se han empeñado en hacer películas corales. Es decir, exceso y amplio reparto vienen juntos. Pero incluso así algunas tienen mejor suerte y otras, sencillamente, peor. Así que, ¿qué hace de Days of... una película indudablemente afortunada? (si, voy a enumerar, porque así es como domino yo el arte de redactar un texto)
En primer lugar, no todos en el reparto son estrellas, pero si tienen todos innegable carisma. Podríamos debatir si son verdaderamente ellos los que proporcionan ese carisma a sus personajes (McAvoy, Fassbender) o si es el resultado de la mezcla de superpoderes y una condición efímera y juguetona (aquellos de los que no recuerden el nombre), pero en cualquier caso, todos funcionan. Mención aparte para Mercurio, ese mutante del que hasta mi abuela tiene sus derechos de explotación y que protagoniza una de las mejores escenas de la película.
Luego, un gran aliado del guionista: situar a un personaje bien definido en un mundo que le es ajeno. Es decir, Lobezno y todo el tema de viajes en el tiempo, el destino del mundo tal y como lo conocemos en sus manos, cuidar de críos... Alguien parece haberse dado cuenta también de que si se iba a traer a personajes creados hace décadas al mundo de hoy en día, lo mejor que se podía hacer era evidenciar el anacronismo y el choque cultural, ya sea volviendo directamente a la época (aquí, en First Class, o en The First Avenger) o mezclando homenaje y parodia (sobre todo en The Winter Soldier, pero también en Iron Man 1 o cada vez que aparece Thor o Lobezno).
X Men: Days of... resulta, en suma, no solo la primera película protagonizada por Lobezno donde el final posterior a los créditos no es lo mejor de la cinta, sino sobre todo un gran trabajo de adaptación, similar a lo que ocurriese en The Avengers o la trilogía de Batman de Nolan, donde además encontramos un mensaje real que el espectador puede llevarse a casa, no como en la reciente Spiderman 2 y su "moderno y sin responsabilidades Spidey". [SEMI SPOILER AQUÍ] Porque recuerden que lo que salva al planeta no es ningún poder mutante, sino algo tan humano como la fe y el perdón.
Citaré un referente para terminar: Ocean"s eleven, la de 1960, no la de Clooney. X Men: Days of... le debe mucho a esta aventura del Rat Pack. En elementos como la estética (visual, retro, pero también cinematográficamente hablando), que década arriba o década abajo ya les funcionase a Goldman, Vaughn y Singer en X Men: First Class. Y por supuesto, la idea del grupo, de la pandilla, de la búsqueda de miembros con características bien definidas que ayuden a conseguir unos objetivos, otro elemento que aparecía en First Class...
Espera, ¿han hecho la misma película otra vez?
En una frase: Bryan Singer, fóllate a lo que quieras pero no dejes a los mutantes.