Hay una parte de mí que sabe a Andalucía. De vez en cuando tira de mí y no encuentro ni un sólo argumento para dilatar mi cita con el Camino de Santiago Mozárabe.
There is a part of me that has a flavour of Andalusia. From time to time it pull me and I do not find even one argument to delay my appointment with The Camino de Santiago Mozárabe.
El camino cambia con las estaciones, y ese ciclo es especialmente notorio en la Sierra Subbética. Tras las lluvias generosas de abril, la senda casi desaparecía por la frondosidad de la vegetación. Parecía sumida en un laberinto de colores cuya única referencia era el imponente pico Tiñosa.
Mucho más abajo en el valle me esperaba el Cortijo Abril. Apenas una mancha blanca sobre un limpio horizonte de olivares perfectamente alineados.
Imaginé el fuego encendido de su salón al caer el sol, la mejor de las excusas para dar por muy bueno el largo paseo y disfrutar del calor del hogar.
The Camino changes with the seasons, and that cycle is specially notorious in the Subbética mountains. After the rains of April, the path almost disappeared because of the overgrown vegetation. I seemed sunk in a labyrinth of colors whose only one reference was the imposing peak of La Tiñosa.
Much more down in the valley, the Cortijo Abril waited for me. Hardly one white stain on a clean horizon of perfectly aligned olive groves.
I imagined that fireplace of its living-room at sunset, the best of the excuses to consider the long walk finished with success and enjoy the warmth of home.
Photography by WomanToSantiago
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