Si bien Karim Benzema fue el centro de todas las atenciones gracias a su doblete y su magnífica prestación ofensiva ante Honduras, el jugador del Olympique de Marsella protagonizó un partido perfecto, aunque no marcase. Por la derecha, en el centro, desde la izquierda o en acciones a balón parado, todas sus decisiones dentro de la cancha fueron correctas, y contribuyeron a la victoria por 3-0 de los Bleus. ?Ha salido muy bien, hay días así, en los que se tiene la impresión de que todo va a salir bien, de que cada balón puede dar algo positivo?, admite el organizador de juego francés en declaraciones a FIFA.com. ?Pero lo que me hace sentir bien es la dimensión del equipo?, se apresura a añadir, anticipándose a la pregunta sobre su diferencia de nivel como internacional y con los colores de su club.
Lo cierto es que vistiendo la camiseta blanca del equipo provenzal Valbuena ha tenido una temporada gris, carente de títulos y de actuaciones dignas del nivel mostrado en los años anteriores. ?Hice muchos partidos que no fueron muy buenos, y es normal que se me reprochase. ¡Por eso, cuando hago un buen partido, todo el mundo ve el contraste!?, admite. ?Pero eso no quiere decir que me haya esforzado menos. Está relacionado con el contexto, el equipo que uno tiene a su alrededor, la dinámica. Ahora seguimos en la línea de los últimos meses, es todo el equipo el que se siente bien. Yo trato de estar a la altura. En Marsella fue al revés, era todo el equipo el que dudaba un poco, y es normal que yo no pudiese articularme tan bien?.
Valbuena, puntal del Marsella desde hace varias temporadas, ya regresó una vez del ostracismo para convertirse en uno de los principales artífices de la consecución del título de liga en 2010. Después de que el propio Didier Deschamps prescindiese de él, supo tener paciencia, trabajó y perseveró, sin quejarse en ningún momento. El actual seleccionador francés no tuvo otra opción que volver a apostar por él, y devolverle la confianza, para no dudar ya nunca más, ni siquiera en su periodo complicado. ?Esta confianza del seleccionador, que conseguí ganarme, me demuestra que cuando se hacen las cosas bien llega la recompensa?, continúa Le Petit, apodo que le puso su exentrenador Eric Gerets.
?Siento que tengo responsabilidades y la confianza de mis compañeros, y eso lo cambia todo. Los golpes duros forman parte de mi vida. No sé si estaría aquí de haberlo tenido todo fácil?. Se refiere a la colección de decepciones que acumuló, y que empezaron en Burdeos, cuya cantera le cerró las puertas por su baja estatura. Pero sus 166 centímetros no le han impedido hacerse un hueco en uno de los grandes de Francia ni en la selección, después de jugar en la quinta división y haber trabajado como vendedor en una tienda de deportes. ?Hace falta mucho para que baje los brazos?, señala, orgulloso de haber logrado superar todos los obstáculos. ?Eso demuestra mi perseverancia y mi regularidad desde hace bastantes años?.
Lo mismo ha ocurrido con el combinado nacional, cuatro años después del desastre que supuso el torneo de Sudáfrica, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. ?Llegué a aquel Mundial, soñaba con él, y lo dejé escapar?, reconoce acerca del certamen de 2010, que para él se limitó a parte del choque ante México. ?Pensaba que nunca iba a regresar al Mundial, pero me esforcé muchísimo para tener de nuevo esta oportunidad, y me alegra que se me haya dado?.
Y aunque no hubiese estado en Brasil tampoco es seguro que no fuese a tener su oportunidad en Rusia? Quitarse de encima a Valbuena nunca es sencillo.
*Con información de la FIFA