Es que su espectacular riqueza paisajística y la gran variedad de flora y fauna hacen entender porque son llamadas las Islas encantadas. Situadas a más de 950 kilómetros de las costas del Ecuador son un destino ineludible para los exploradores y viajeros que no pueden resistirse a sus encantos.
El archipiélago de Galápagos tiene 125 islas, cinco de las cuales están habitadas. También existen islotes de origen volcánico, que habrían emergido del fondo submarino de 3 a 5 millones de años atrás.
La superficie total de las islas es de 8.009 kilómetros cuadrados, 97 por ciento de los cuales forman parte del Parque Nacional Galápagos.
Fueron descubiertas en 1535 por el clérigo español Fray Tomás de Berlanga y fue aquí en estas islas, donde el célebre naturalista Charles Darwin halló los fundamentos que sustentaron las tesis y teorías de su revolucionario origen de las especies.
Dotadas de incomparables encantos que permiten descubrir, investigar y ser parte de una aventura única en un lugar único y exótico.
Contaminación
El rompimiento del equilibrio natural está estrechamente vinculado a las actividades humanas con graves consecuencias en los elementos que permiten que la vida sea posible: pero a menudo las catástrofes ecológicas se miran con indiferencia sin detenernos a pensar lo que todo esto afecta la vida en nuestro planeta.
Galápagos y su frágil ecosistema siente los efectos de la contaminación y su futuro concierne a todos, ya que considerado como patrimonio natural de la humanidad por ser único en su género debido a sus condiciones ambientales exclusivas que permiten que se desarrollen allí diversas especies raras que lo identifican como el único laboratorio biológico viviente.
Hasta ahora no han sido suficientes las acciones desarrolladas por fundaciones y por sus pobladores, ni la ayuda internacional recibida en las innumerables en que han existido derramamientos de petróleo y combustible que ha afectado a su flora y fauna con las denominadas mareas negras se encuentran entre los mayores desastres para la naturaleza, con consecuencias a largo plazo.
Si bien es cierto existen acciones desarrolladas por los gobiernos estas no son suficientes para frenar los efectos de la contaminación que a simple vista no es palpable por quienes tienen el privilegio de llegar a visitar este paraíso natural pero que es observado con preocupación por grupos ecologistas locales y del exterior.
· Publicado en la revista The Malaga Times