La cuestión es que con Drive, su antepenúltimo trabajo, su obra más accesible y comercial, el realizador adquirió un estatus y fama entre el público bastante notoria. Fama que condujo a olvidar su forma original de hacer cine, incluso a mí. A título personal no considero que éste tenga una filmografía impecable, de hecho, no me gustan todas sus películas.
Con Drive parecía que empezaba una nueva etapa más accesible. Una idea equivoca que condujo a la decepción con Only God Forgives. Aun así, The Neon Demon despertó en mí la curiosidad desde el primer momento. Con ciertas reservas, decidí darle la oportunidad a Refn, y bien que ha valido la pena.
Jesse es una chica que llega a Los Angeles, California, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertará al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar.
Refn nos ofrece una particular visión y ardua crítica al mundo de la moda llevada al límite y su prisma demencial. Bajo su particular esperpéntico universo, imaginería visual y potente puesta en escena, para bien o para mal, Refn nos deleita con su particular visión de Showgirls de Paul Verhoeven, salvando distancias, influenciada por el estilismo de Cisne Negro de Darren Aronofsky.
Todo ello, sin olvidar la parte del guión, del que Refn se ha hecho cargo junto a Mary Laws (Preacher) y Polly Stenham. Un guión simple, pero que te atrapa en su universo como a su protagonista la atrapa el mundo de la moda. Así como la historia de Only God Forgives no consiguió atraparme en absoluto, le encontré soporífera incluso en el segundo visionado. La historia de The Neon Demon ha causado en mí el efecto contrario.
También hay que tener en cuenta que The Neon Demon sigue siendo un film para no recomendar abiertamente y, menos si no conoces las cartas con las que suele jugar el director danés. Hay tramos plagados de simbolismos oníricos muy marcados visualmente y envueltos por el manto de la pedantería.
Pero es indiscutible que Refn es un realizador con una imaginería y excelencia visual como pocos han tenido en el mundo del cine. The Neon Demon, por la intensidad de sus colores y fotografía, recuerda a Suspiria de Dario Argento, pero con formas mucho más estilizadas y modernas, al fin y al cabo su temática es el mundo de la pasarela.
Como he dicho, The Neon Demon es una película difícil de recomendar, a algunos les maravillará, como a un servidor, pero otros pueden encontrarla soporífera. Yo recomiendo dejar la mente en blanco antes de verla. Yo olvidé por completo mis prejuicios que venían a mí mente por la decepción con su anterior film, Only God Forgives.
Como siempre Cliff Martínez, que ya ha trabajado bajo las órdenes de Refn, pone la banda sonora perfecta en todo momento. Cortes muy ambientales que crean una atmósfera perfecta y concuerdan con la totalidad de las imágenes y su tono onírico.
También tenemos temas influenciados por la nueva moda de la música electrónica SynthWave, del estilo Kavinsky, al que ya utilizó en su film Drive. Entre dichos temas, destacaría The Demon Dance compuesto por Julian Winding y Runway, Are We Having A Party y Neon Demon compuestos por Cliff Martínez, este último es el Main Theme del film.
Por último, cabe destacar la magnífica canción Waving Goodbye de Sia para los créditos finales, que cierra el conjunto de manera sublime con melena al viento y una puesta de sol perfectamente encuadrada en el paraje desértico .
Aunque el protagonismo se le otorga a la joven Elle Fanning (Super 8), el resto de las interpretaciones son todas realmente magníficas. Fanning, borda su personaje en ambas facetas, la de chica inocente y la del perverso demonio que despierta en su interior cuando descubre la crueldad y la malicia del mundo en el que quiere trabajar.
Aunque, no por por ello hay que desmerecer a sus compañeras de reparto Bella Heathcote (Sombras tenebrosas), Jena Malone (Contact) y Abbey Lee (Mad Max: Furia en la carretera) que están fantásticas en sus roles, y con las que la película se vuelve redonda.
Cuatro jinetes que toman las riendas de la historia propuesta por Refn y la llevan a un terreno inesperado para el espectador.
Personajes secundarios masculinos como el de Keanu Reeves en el papel de recepcionista y Alessandro Nivola como diseñador de moda tienen breves momentos que destacan en la historia, sobre todo, el segundo.
Refn nos ofrece un film poético de gran potencia visual y con un grado de perversión que dejará boquiabierto a más de uno por su aura vampírica y bizarra. Refn se muestra muy crítico con el mundo de la moda, que tras ‘bambalinas’ no todo es igual de sofisticado, la malicia y el trato a la mujer son lo que impulsa ese mundo. Una película que formará parte de mi videoteca personal tal como salga a la venta, sin duda.