An’ you know what they said? Well, some of it was true!
London calling at the top of the dial
After all this, won’t you give me a smile?
London calling
No sé qué me pasa con Londres, es como si me hubieran borrado parte de la memoria en diferentes momentos de mis viajes, si bien hay viajes que recuerdo de manera muy nítida hay otros por los que pase con una especie de neblina en la cabeza. He ido varias veces y al intentar recordar los lugares y los espacios mezclo cosas que han pasado en unos viajes con cosas que han pasado en otra, veo las fotos y no recuerdo en absoluto haber estado en determinados sitios.
Recuerdo ese bar en donde tomamos una tabla de embutidos,era oscuro pero al mismo tiempo tenia un calorcito especial, pero no me acuerdo en abosluto de los parques ni de las grandes tiendas.
Me acuerdo también de la tienda del museo de arte contemporáneo y de lo blanco y lo pulcro de sus grandes techos. Pero no me cuerdo de los cuadros, ni de los artistas, ni de que significaba esa silla en la exposición de Ai Wei.
A lo mejor es algo como lo que cuenta Lucia en el Síndrome del eterno viajero y lo que tengo que hacer es volver para volver a tener todo en HD.
Creo que estos olvidos tienen que ver con la falta de sol en la ciudad más cosmopolita de la vieja Europa, nunca he conocido el sol en Londres, más que por etapas de 15 minutos. El frío viento que rodea al Támesis se me ha metido en el cuerpo hasta hacerme doler los huesos y ha nublado así mis buenos recuerdos.
A pesar de todo esto hay un sitio que puedo describir palmo a palmo y del cual recuerdo desde la cantidad de barcos que suele haber, hasta como se colaban los rayos del sol mientras desayunábamos con fresas, o la conversación acerca del bien y el mal que duro varias cervezas en el pub más bonito que conozco.
St Katharines Docks
Es (como su nombre indica) un muelle escondido del otro lado de Tower Brigde. Hay una pequeña puerta negra de barritas de metal y una cabina telefónica roja, de esas que te recuerdan.. ah estoy en Londres. Según entras veras una tranquila marina con barcos pequeños y medianos aparcados, se que os parecerá una exageración pero la luz del cielo cambia en cuanto pasas las primeras escaleras, es como si en esta esquina un fenómeno meteorológico jugara con la luz del sol para que Londres te pareciera una ciudad mucho más cálida de lo que en realidad es.
Hay un Starbucks redondo de un lado y un pub irlandés del que os hablare más adelante al fondo. Si vais por la mañana se puede desayunar en alguno de las cafeterías que hay en un pequeño centro comercial, yo recuerdo haber pedido una Cheesecake con frutas por encima por que desde que probé el primer postre hecho en Inglaterra (una tartaleta de fresa) entendí que merece la pena pagar las libras que te piden por caga gramito de esos deliciosos pedacitos de cielo.
Todos los viernes, en horario de 11 a 13 este puerto se trasforma en un mercado de comida llamado: The St Katharine Docks Food Good Market. Una de las cosas por las que quiero volver a Londres antes de irme a al Gran Viaje es por volver a recorrer sus mercados en donde te sirven queso fundido con pan recién hecho y diferentes variedades de Tés que te reconcilian con el frío permanente que domina los alrededores del Támesis. También quiero conocer nuevos, así que si tenéis alguna recomendación comentarlo al final del post
La dirección es esta: 50 St Katharine’s Way, London Dickens Inn, el mejor Pub de la historia.
Es un edificio de 5 plantas que funciona como bar y restaurante (muy básico, eso si) tienen varios tipos de cerveza y según me han contado las pizzas que hacen están muy ricas. Esta allí plantado desde 1980, fue propiedad del bisabuelo del escritor Charles Dickkens y es todo un emblema de la historia de Londres. En la entrada hay una placa que te cuenta la historia del las instalaciones y cuando entras parece que todos los artefactos de maderas te quieran poner al día cuchicheando y susurrando. ¿Os imagináis todas las conversaciones en las diferentes épocas que se han desarrollado en estas mismas cuatro paredes?
Una recomendación es que esperéis a que se vaya la luz del día para poder disfrutar del momento en que se encienden todas las bonitas luces que cuelgan de los balcones del Pub, cuando esto ocurra entenderéis por que creo que este lugar tienen algo muy mágico.
St Katharines Docks, puede presumir de ser un refugio en una ciudad que para mi gusto trae consigo una historia demasiado industrial que me impide quererla como quiero, por ejemplo a Lisboa. Es un destino que encontraras en las partes finales de las guías y al que la gente no le hace mucho caso, pero justo allí al lado de una de las atracciones más visitadas de Londres (El Tower Brigde) espera por ti este pequeña muelle.
P.D: Este post se lo dedico a Ive que con la generosidad que la caracteriza compartió conmigo este lugar tan especial. Fue un día hermoso.
Como siempre, les esperamos en los comentarios.
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