Pero las hermosas vistas al Mar Negro de esta ciudad del Cáucaso ya enamoró antes a la élite de la Unión Soviética, incluido Stalin, que la eligió como uno de los lugares preferidos de vacaciones.
Polémicas olímpicas
Esta 22ª edición de los Juegos Olímpicos de Invierno estuvieron, ya antes de comenzar, circundados por la polémica. No sólo por la ley aprobada en Rusia el año anterior que condena la "propaganda homosexual", sino también por la preocupante amenaza de ataques por parte de insurgentes islamistas de la conflictiva región del Cáucaso Norte.
Pero una vez empezado también existen quejas de los asistentes, anécdotas curiosas y, algunas tensiones políticas.
Algunos de los hechos más llamativos han sido, por ejemplo, la elección de la triple campeona olímpica de patinaje, Irina Rodnina, para encender la llama olímpica.
Rodnina -diputada cercana políticamente al presidente ruso Vladimir Putin- generó una fuerte controversia en septiembre pasado al retuitear en su cuenta de Twitter imágenes manipuladas de una mano ofreciendo bananas al presidente de Estados Unidos, Barack Obama y su esposa Michelle Obama. La atleta fue acusada de racismo. El embajador de EE.UU. en Rusia protestó la publicación. En aquel momento la parlamentaria optó por borrar el mensaje e insistió que sólo estaba ejerciendo su libertad de expresión.
Por otro lado, la jovencísima patinadora rusa Yulia Lipnitskaya, de apenas 15 años y que se ha asegurado el oro en Sochi por su brillante actuación, también ha levantado ampollas en las redes sociales ya que utilizó en su rutina ganadora la música de "La lista de Schindler", la célebre película sobre el holocausto judío dirigida por Steven Spielberg.
Pero además no han faltado los quejas de los asistentes y participantes a los Juegos por puertas que se atascan; ascensores que no funcionan; críticas respecto al estado de las instalaciones hoteleras y de infraestructura, muchas de las cuales no estuvieron listas a tiempo para el inicio de los Juegos Olímpicos; problemas con la tubería y el agua; mala señalización; fotos subidas a las redes de comida algo desagradable; escombros en los pisos y áreas aún en construcción cerca del estadio olímpico; o algo muy comentado como el baño de hombres con dos inodoros dentro de un mismo cubículo en una de las instalaciones. Todo ello a pesar de contar con un presupuesto estimado en unos 50.000 millones de dólares, los Juegos más caros de la historia.
Sochi, una ciudad de vacaciones
Sochi se sitúa entre las montañas nevadas del Cáucaso y el Mar Negro, con una población de algo menos de 400.000 habitantes.
Sochi se fundó en realidad en 1838 como un fuerte, pero seis décadas más tarde se convertiría en ciudad y a comienzos del siglo XX se hizo muy popular como centro vacacional tras la Segunda Guerra Mundial.
La ciudad es uno de los lugares turísticos más importante de Europa. Más de cuatro millones de visitantes llegan cada año a los complejos turísticos de Sochi, debido a su clima templado, su vegetación subtropical, las lagunas con minerales (consideradas sanatorias) y a las bellas playas de arena junto al Mar Negro, además de contar con una rica vida cultural.
Existen plantaciones de té, consideradas las más septentrionales del continente y en las cercanías se ubica el Patrimonio de la Humanidad del Cáucaso Occidental.
El deporte es un ámbito importante de la vida de los habitantes de Sochi. La ciudad es también conocida por sus instalaciones deportivas, una escuela de tenis local ayudó en el inicio de las carreras de deportistas tan conocidos como la campeona de Grand Slam María Sharápova y Yevqueri Káfelnikov. En 2005, la Unión de Fútbol de Rusia anunció que estaba planeando establecer un centro de entrenamiento para la selección nacional en Sochi. En las montañas cercanas a Sochi se encuentra algunos centros de esquí más importantes de Rusia, por ello quizás fue elegida como sede de los Juegos Olímpicos de invierno de 2014.
A partir de 2014 también se disputarán en Sochi pruebas del Campeonato de Mundo de F1. La ciudad albergará hasta 2020 el Gran Premio de Rusia de Fórmula 1.
El fantasma de Stalin
El clima cálido, sus frondosos bosques y las hermosas vistas al Mar Negro de la ciudad hicieron de esta uno de los lugares de vacaciones preferidos por la élite de la antigua Unión Soviética.
Alcanzó tanto prestigio que durante la época de gobierno de Stalin éste instaló su casa de campo favorita en sus cercanías.
El dictador georgiano ordenó edificar una mansión para sus estancias vacacionales en Sochi y la bautizó como "Arboleda verde".
Por un precio bastante moderado los turistas pueden visitar esta mansión que parece permanecer congelada en el tiempo. En su interior aún se encuentran el despacho de Stalin (con su figura en cera incluida), una mesa de billar, un tablero de ajedrez, una sala cinematográfica o un lujoso spa del que disfrutaban los altos cargos políticos de la antigua URSS.