¿No era mi vida mucho mejor, si no infinitamente más interesante, cuando se parecía a una comedia romántica que ahora que parece una película de media tarde de Antena 3?
Lo bueno que tiene tener WordPress es que hay una herramienta maravillosa que publica automáticamente posts antiguos en tus redes sociales, lo malo es que en algún momento tiene que salir ese en el que contabas cómo salías de casa habiendo dejado durmiendo a alguien que ya no forma parte de tu vida (y que te sacaba la basura y te dejaba notitas al despertar). Y eso te hace pensar.
Echo la vista atrás y me parece que no queda nada de esa chica que publicaba casi cuatro veces por semana porque tenía tantas cosas que contar que no podía no compartirlas. Esa chica que se sentaba a las diez de la mañana habiendo llegado a casa a las seis y se ponía a escribir sin parar con toda la casa oliendo al suavizante de la colada que acababa de poner, porque de vuelta de esa colada le habían pasado otras mil cosas de las que hablar. Esa chica que se parecía mucho a mí, quizá con el pelo más largo, quizá menos en forma, pero seguro más feliz. Feliz y alucinada por lo que estaba viviendo. ¿Es solo porque vivía en París? ¿Fue solo porque el Erasmus es más intenso? Sinceramente, no lo creo. Antes de irme también estaba fascinada por las cosas que me pasaban, si bien es cierto que en ese caso era más bien porque me parecía un cosa grandísima ser egobloguera y empezaba a cogerle el gusto a hablar de los hombres que conocía. Al fin y al cabo fue entonces cuando empecé a conocer hombres en lugar de chicos. ¿Es entonces eso? ¿Se reduce a los hombres que ya no pasan por mi vida? ¿Es porque no ha pasado ninguno interesante o es que he perdido la capacidad de verlos como tal? De fascinarme por sus historias, por las nuestras.
No sé en qué punto me perdí, pero sí se que ahora me encuentro en un trabajo que detesto, despertándome a las 3 de la mañana hablando en sueños porque no consigo desconectar; dejándome la piel haciendo CrossFit, o nadando kilómetros, o lo que sea que me haga sentir que estoy haciendo algo por mi cuerpo y me deje tan exhausta que caiga rendida de nuevo cuando me despierte mi propia voz de madrugada; preocupándome por mi alimentación como no lo he hecho nunca, porque no hacerlo significa pasarme días sintiéndome fatal física y anímicamente; grabando vídeos superficiales para que nadie se dé cuenta de que en realidad ya no me reconozco en esta vida.
Y no sé si es que solo ha cambiado mi vida o también mi forma de verla, y me pregunto si es así como se siente el resto de la gente, conformándose con su situación actual, poniendo un pie delante del otro por inercia, esperando el momento en que todo cambie. Sobreviviendo sin pensar en vivir.
Y tampoco sé si quiero que esto sea un grito de ayuda, o simplemente es que por algún sitio tengo que empezar.
P. D.: Que conste que odio a la gente que va de intensita y escribe cosas así.
P. D. 2: Soy un amor.
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