La terapia del silencio es una disciplina que forma parte de la meditación, cuyos objetivos básicos son: reducir la tensión, aumentar la energía, desarrollar la psiquis y crecer espiritualmente.
De ella, nos ocuparemos en esta nota a fin de que conozcas sus beneficios y aprendas a aprovecharlos.
¿Qué es el silencio?
El silencio es un método utilizado para alcanzar un estado superior de conciencia y, a la vez una metáfora y un camino para comprender el sentido de la vida. En este sentido, debe ser entendido como una herramienta y no como un fin en sí mismo.
Diferentes tipos de silencio
Al alcanzar niveles superiores de conciencia, se van encontrando distintos tipos de silencio. Hay un silencio interior y uno exterior, y uno que trasciende a ambos; hay, también, un silencio de la respiración; uno del cuerpo; un silencio producto de la quietud; uno que es una respuesta y un silencio que es más verdadero que las palabras.
Silencio y meditación
La meditación es un ejercicio que, para resultar efectivo, debe ser realizado diariamente, en dos sesiones de 30 minutos cada una, una por la mañana y otra por la tarde.
Para disponernos a meditar, nos sentamos con la espalda recta para no adormecernos y permanecemos en total silencio, quietud y concentración, pensando en nuestra mantra o una palabra sagrada. Una muy recomendada es ma-ra-na-tha, que en arameo significa Ven Señor. Es una de las oraciones cristianas más antiguas y era utilizada por Pablo el apóstol en sus cartas.
Ejercicio
Siéntate, relájate e imagínate un dibujo simple, por ejemplo, un círculo alrededor de una cruz u otro similar. Observalo atentamente, concentrado en la imagen y sin pensar en lo que se representa.
La imagen debe permanecer a lo largo de la visualización tan simple como es (no la compliques ni la compongas en partes). Aunque tu elección es libre, lo ideal es que se trate de una forma circular, con un centro definido.
Al meditar en silencio, por otra parte, hemos de tratar de percibir la simplicidad del mantra, una simplicidad en armonía con la sencillez de la figura elegida para concentrarnos. Esto persigue el que logremos vaciarnos de nuestro ego para llenarnos de amor y de esperanza, alejándonos al mismo tiempo de todas las preocupaciones cotidianas.
Meditar es, en suma, prestar atención a la presencia de algo divino y único dentro de cada uno.
Consejos prácticos para una vida armónica
Mantener la dirección en el camino de la búsqueda interior es una tarea difícil, ya que siempre aparecen desvíos tentadores. A continuación, les ofrecemos algunas recomendaciones para lograr el éxito de las meditaciones y la terapia del silencio.
Ser espontáneas y profundas: Evitar cualquier comportamiento evasivo o superficial y darle la cara a la vida sin miedo para descubrir sus verdades. Tratar de resolver problemas -personales o colectivos- contribuye al crecimiento interior.
Vivir con buenas creencias: Las leyes que gobiernan la conducta humana se aplican tan inexorablemente como la ley de la gravedad y lo mismo debes tratar de hacer con los valores en los que crees. De este modo, se consigue la unión armónica entre creencia y conducta.
Encontrar nuestro lugar: Todos tenemos nuestro sitio en el mundo y la forma de conocerlo es descubrirlo nosotros mismos. Una forma de encontrarlo es a través del silencio receptivo. También, es beneficioso comenzar a vivir siguiendo el camino de lo que consideramos correcto en la vida.
Ser simples, ser felices: Las vidas recargadas de obligaciones y estrés son inarmónicas y dañan el equilibrio personal. Armonizar lo que se posee y lo que se desea es la clave para una vida individual feliz.
Purificar el cuerpo: ¿Estás libre de malos hábitos (tabaco, alcohol, medicamentos sin prescripción médica)? Si puedes responder SI a todas estas preguntas, vas por el buen camino.
Purificar la mente: No es suficiente con hacer y decir las cosas correctas; se necesita también pensar adecuadamente. Los pernsamientos positivos tienen una influencia benéfica para el desarrollo de una persona, del mismo modo que los negativos pueden llegar a enfermarlo físicamente.
Purificar el espíritu: Para vivir en armonía, el último requisito es purificar los deseos. Tener en claro que nuestras intenciones y motivaciones son puras, evitar la codicia, el egoísmo o el deseo de autoglorificación son las claves para conseguir la limpieza del alma.Beneficios de esta terapia
La mente alcanza mayor lucidez y se armoniza
Se desarrolla la sensibilidad interna, se afina nuestra percepción de todos los niveles físicos y extrasensoriales (sexto sentido)
Se perciben, descubren y vivencian los acontecimientos que se producen a nuestro alrededor de un modo más agudo.
Gracias al silencio profundo, se consigue la paz mental.