Lo más impresionante de la ciudad es su famosa catedral, aunque siempre está en obras, por lo que se desluce un poco. No obstante, a mí me llamo más la atención la plaza del Obradoiro que es donde se encuentra la entrada principal del templo. Es preciosa y llama la atención los diferentes edificios que están en ella, como el Ayuntamiento y el Parador. Aunque esta es la entrada principal de la catedral está cerrada, se debe entrar por un lateral.
La entrada al templo es gratuita, aunque para poder acercarse al Santo así como ver algunas de las reliquias de la catedral siempre hay cola. El altar está demasiado sobrecargado para mi gusto y lo que más impresiona que es la puesta en marcha del botafumeiro sólo funciona los viernes por la tarde en la misa de los peregrinos o si ofreces una donación. Para aquellos que quieran visitar el museo de la catedral cuesta seis euros.
Para tener una visión de la ciudad podéis coger el tren turístico cuesta seis euros, el único problema es que apenas circula por el casco histórico, pero si vais con niños como es nuestro caso es una buena forma de llevaros una visión de la ciudad sin cansaros. Cuesta seis euros y dura 45 minutos.
Una de las mejores vistas de la catedral por la que os lleva el tren turístico es desde el parque de la Alameda existe un mirador que ofrece una panorámica preciosa tanto de día como de noche. Además, el parque es muy grande y siempre está muy concurrido, nosotros teníamos el alojamiento allí http://www.apartamentoscruceirodogalo.com/y tardábamos 15 minutos en ir andando al centro. Os recomiendo que miréis este alojamiento si vais a Santiago, ya que es un lugarmuy limpio, espacioso, barato y muy cerca del centro.
Por su puesto, al ser Santiago una de las ciudades más importantes del cristianismo tiene numerosas iglesias, conventos, colegiatas y museos que se pueden visitar. Algunos tienen la entrada libre y otros es pagando así que es mejor que os acerquéis a la oficina de turismo para ver cuáles os interesan.
El casco de Santiago de Compostela es precioso y da gusto recorrer sus calles siempre llenas de vida, el único problema es que los bares son pequeños y estrechos, por lo que no suele coger un carrito de bebe por lo que no pudimos visitar todos aquellos establecimiento que habríamos querido. Si os gustan los pinchos podéis acercaros a “Petisco do Cardenal” está en pleno casco, los pinchos pequeños y fríos cuestan 1,35 euros y los calientes a partir de dos euros. También tienen raciones, ensaladas, así que pueden ser un delicioso alto en el camino.