En el valle de Tosande se encuentra la impresionante Tejeda de Tosande. En ella encontraréis más de setecientos tejos, la mayoría de ellos milenarios. Se trata es una ruta muy sencilla de unos 10km de recorrido y 400m de desnivel.
Nosotros hicimos noche en Roscales de la Peña pero Cervera de Pisuerga también está muy cerca y es una localidad más grande. Para llegar a la tejeda, hay que hacerlo desde la carretera que va de Cervera de Pisuerga a Guardo (CL626). El desvío de la carretera se encuentra a nuestra derecha y a tan sólo 5 km de Cervera de Pisuerga.
El día amaneció cubierto. Pensamos que abriría un poco pero conforme avanzábamos en nuestro recorrido ya vimos que había muchas zonas de sombra. Además, se puso a nevar antes incluso de llegar a la tejeda. Lo cierto es que pasamos frío pero el paisaje resultó realmente espectacular. Una de las rutas más bonitas que recuerdo. La niebla y la nieve tuvieron gran parte de la culpa.
Siguiendo el camino y a nuestro guía
Al poco tiempo de iniciar el recorrido nos encontramos con un perro pastor que se hallaba por la zona y, por increíble que parezca, nos guió durante todo el recorrido. Al principio no sabíamos que hacía pero cuando se adelantaba, nos esperaba hasta que estábamos todos a su lado, luego reiniciaba la marcha. En las curvas del camino nos esperaba y una vez que llegamos a la tejeda, se tumbó y esperó a que hiciéramos fotos y diéramos una vuelta por la zona. Ni se movió durante todo este tiempo, como si supiera lo que estábamos haciendo. Cuando ya llevábamos un rato, se levantó (sin que le hiciésemos ninguna señal) y se adelantó por el camino de bajada. ¡Impresionante! Le seguimos sin saber muy bien donde íbamos y nos llevó de vuelta a donde nos había encontrado, pero por el otro lado. Una vez allí, se alejó camino a su rebaño (el de verdad), nos miró desde arriba, y nos dejó volver por donde habíamos venido. Es lo más impresionante en experiencias caninas que hemos visto nunca. ¡Realmente nos guió hasta la tejeda!
En este punto se abrió el camino
En un descanso junto a nuestro guía
Lipe junto a uno de los tejos milenarios
El tejo es un árbol mítico para los cántabros. Se dice que los antiguos guerreros cántrabros siempre llevaban consigo semillas de tejo y las usaban como veneno para quitarse la vida cuando eran sitiados o presos por el enemigo. También fue considerado como un árbol sagrado para las culturas celtas, quizá debido a su longevidad. Se cree que el tejo más antiguo del mundo se encuentra en Gales y que su edad estimada es de unos 3.500 años.
Algunos de los tejos tienen cerca de
metro y medio de diámetro
A la hora de bajar, lo hicimos por otro lado, ya que la última parte del recorrido es circular. No hay pérdida, llegaréis al mismo punto donde os desviasteis en la subida.
Una ruta sin dificultad y muy bonita que os recomendamos para cualquier fin de semana.