Más o menos durante estas fechas de la temporada pasada, me planteaba la necesidad de disponer de Cristiano Ronaldo en la plantilla blanca. Basaba mi análisis en la famosa “pegada” de un equipo que lucía en su delantera a otros integrantes, que sumados y puestos a disposición de centrocampistas con visión de juego y profundidad, podían masacrar la mayoría de defensas del continente.
A favor de ese argumento esgrimía otra teoría, según la cual, el montante total de un traspaso del astro portugués podría ir destinado a la contratación de centrocampistas de mayor técnica y capacidad de creación de juego, que acortará las diferencias, que todavía hoy se pueden observar entre el centro del campo azulgrana, para mi el mejor del mundo, y un línea merengue que parece únicamente sostenida por el poder de conducción de Xabi Alonso.
Así, según mi teoría, el Real Madrid, con una línea defensiva contundente, no exenta de salida de balón en algunos de sus integrantes, un centro del campo de creación y una línea ofensiva con Benzemá y Higuaín como puntas, sería un conjunto compensado en todas sus líneas.
Ha pasado un año, y sinceramente a día de hoy creo que mi teoría no se sostiene, visto el rendimiento que están dando esos “otros” jugadores de la vanguardia merengue. Parece que sólo la estrella portuguesa es consciente del sacrificio continuo que supone estar siempre arriba. Es él, y sólo él quien aguanta a día de hoy a un equipo que parece haber desistido de la lucha continua, y que guarda sus fuerzas para enfrentamientos de corta duración en forma de eliminatoria.
Se habla desde la posición antagonista blanca, que el equipo culé depende en demasía de Messi, y que sin su aportación otras serían las prestaciones de ese once que tantas alegrías nos está dando. Está claro, que nada sería igual sin el diez azulgrana, y que incluso el diseño del juego del actual Barçasería diferente. Pero hablando de dependencias no tengo yo tan claro, si los blancos, no están todavía más atados a su siete, el cual partido a partido, se desvive por mantener el nivel de un equipo, que un año después de realizar una gran temporada, parece instalado en una pendiente difícil de remontar.
Desde la línea culé, desde la que escribo, en muchas ocasiones hemos criticado los gestos o palabras de Cristiano. Y he de decir, que también en este aspecto el jugador este año nos está dando pocos motivos de queja. Yo por mi parte, no puedo dejar de admirar ese afán de lucha y de superación que cada día muestra en el campo. Muchas veces, sólo él es el encargado de levantar un partido. Sólo él recorre el campo a velocidad endiablada en busca de balones por los que otros optan únicamente por mirar. Sólo el parece destinado a aprovechar las asistencias profundas de Ozilen unas diagonales imparables.
Y aunque para mi, Messi sigue comiendo a parte, con unas prestaciones en definición y creación de juego que lo hacen único, hoy veo al Real Madriddependiendo totalmente de su siete, recogiendo así éste el testigo de otros jugadores legendarios que lucieron ese dorsal. El siete blanco y el diez azulgrana son la máxima representación de ambos equipos en el césped, y nunca hasta hoy se ha visto tan clara esa dupla de protagonismo en ambos equipos.
Llegado a este punto de la temporada, en la que comienzan los duelos decisivos, bien harían los responsables merengues en asegurarse, al igual que ha hecho el Barça esta semana con Messi, que su estrella encuentre el reconocimiento que tanto busca. Sólo con CR7al máximo rendimiento tienen ahora posibilidades de superar unas eliminatorias, que en caso de pérdida, dejarían la temporada finalizada mucho antes de lo esperado.
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