SINOPSIS
Ser feminista no es solo cosa de mujeres. Chimamanda Ngozi Adichie lo demuestra en este elocuente y perspicaz texto, en el que nos brinda una definición singular de lo que significa ser feminista en el siglo XXI. Con un estilo claro y directo, y sin dejar de lado el humor, esta carismática autora explora el papel de la mujer actual y apunta ideas para hacer de este mundo un lugar más justo.
«Hoy me gustaría pedir que empecemos a soñar con un plan para un mundo distinto. Un mundo más justo. Un mundo de hombres y mujeres más felices y más honestos consigo mismos. Y esta es la forma de empezar: tenemos que criar a nuestras hijas de otra forma. Y también a nuestros hijos.»
Es difícil hablar de este libro sin spoilear como diría uno pero debido a que es un texto tan corto y que dejó una gran impresión en mí, me tomaré las libertades necesarias. Lo primero que les diré es que este ensayo está basado en una charla que ella dio hace un tiempo en TED, y que si les interesa verla dejaré el link abajo. Lo segundo, es que para entender por completo este ensayo sin formarse el juicio de que la autora peca de exagerada, uno debe considerar el contexto de la Chimamanda pues ella plantea muchas situaciones personales que ilustran el machismo en la sociedad nigeriana pues si bien con algunos de aquellos ejemplos pude sentir que se extrapolan a la sociedad chilena y el mundo en general, no me sentí representada con todos pero si impresionada por lo que ella relata.
Al inicio de este ensayo Chimamanda nos relata que la primera persona que la llamó feminista, un amigo de ella, lo hizo denotando la connotación negativa que usualmente se le da a esta palabra y cómo eso la motivó a buscar en un diccionario la definición de la palabra (la cual después precisa). También nos habla de las diferentes instacias en su vida en donde se dio cuenta las distintas acepciones que se tiene de la palabra feminista y lo que conllevó el declararse a sí misma como una.
(...) Mientras estaba promoviendo mi novela en Nigeria, un amable periodista (hombre) dijo que quería aconsejarme. (...) Me dijo que la gente estaba diciendo que mi novela era feminista, y me aconsejó que nunca debería llamarme a mi misma de esa manera ya que las feministas son mujeres infelices porque no pueden encontrar esposos. Por lo que decidí llamarme a mi misma una Feminista Feliz. [Traducción no oficial - Traducido por mí]
(...) Una académica, una mujer nigeriana, me dijo que el feminismo no era parte de nuestra cultura, que el feminismo era poco africano que solo me estaba llamando a mi misma así porque estaba influenciada por libros occidentales (...) decidí que ahora me llamaría una Feminista Africana Feliz. [Traducción no oficial - Traducido por mí]
Un querido amigo me dijo que llamarme una feminista significaba que odiaba a los hombres, así que decidí ahora llamarme una Feminista Africana Feliz Que No Odia a los Hombres. [Traducción no oficial - Traducido por mí]
Otra cosa que se habla es como a través de la repetición de un mismo modelo, las culturas han normalizado la percepción de la supremacía del hombre, cómo esa idea está tan arraigada que muchas veces es difícil para los hombres darse cuenta de ello (de las diferencias en el trato a ambos géneros) y que inclusive muchas mujeres lo tienen arraigado en su manera de pensar por lo que son reticentes al feminismo. Además, se nos recuerda que el problema que origina las diferencias e injusticias entre hombres y mujeres es la idea que tenemos de qué es natural a cada género.
"Hemos evolucionado, pero no nuestras ideas de género no han evolucionado mucho." [Traducción no oficial - Traducido por mí]
Al finalizar este ensayo, ella llega a la conclusión de que para cambiar todo esto es necesario comenzar por modificar la manera en que percibimos qué es femenino y masculino o qué se espera de cada género puesto que, al hacer eso, logramos también quitar un poco de presión con respecto a las expectativas que existen para cada género y podemos enfocarnos en otras cosas como en las habilidades de las personas per sé.
Y para que quede muy muy claro, la definición que ella encontró en el diccionario de feminismo fue: Una persona que cree en la igualdad social, política y económica de los sexos.
Ok, Sé que pareciera que les conté todo el ensayo pero no es así, hay más de el de lo que puse aquí. Mi punto es que Chimamanda logra resumir en pocas páginas qué es el feminismo, por qué le hace bien tanto a hombres como mujeres y de paso busca alejar el bagaje negativo que suele ser asociado a esta palabra. Creo que este ensayo es inspirador y perfecto para educar a la gente. De hecho, mi lado de profesora dice que este es un texto perfecto para discutir en clase pero eso es harina de otro costal.
Calificación: 5/5
Si quieres ver la charla de la autora, les dejo acá el video. Tiene subtitulos para muchos idiomas, así que busquen el que entiendan.