Costó tanto poner el bus en marcha que en realidad nunca lo logró. Estábamos en el medio de la nada, muertos de frío y el maldito chino no podía encender el bus! Acá la gente ya se calentó mal y empezó a comportarse más modo argento: algunos puteaban, otros gritaban y el chofer lo único que hacía era apretar botoncitos en su pantalla táctil.
En medio de todo ese toqueteo sin sentido el chino hace una bien: prende el Wi-Fi! Descubrimos que todavía ya habíamos pasado Hartford estado de Connecticut y que estábamos en la entrada de Rockville Vernon.
El grupo frente nuestro recibe mails con cancelaciones del vuelo que tenían para volver de Boston a Nueva York por cuestiones climáticas y yo dije: “Chan, se viene la tormenta”
Cómo teníamos bus para regresar a Nueva York no me quise preocupar, ¿Qué tan fuerte tenía que ser la tormenta para que cancelaran los viajes en bus además de los vuelos? Ja! Ilusa, a los 3 minutos me llega un mail de Megabus para avisarme que, dada la alerta meteorológica por la tormenta de nieve que estaba llegando a la zona, nos cancelaban el viaje de vuelta.
“Sepa disculpas las molestias ocasionadas” fue la frase que más me causó gracia del viaje: estábamos en el medio de la nada, en un bus roto que no arrancaba, muertos de frío y nos avisaban que no podíamos volver del lugar al que todavía no habíamos llegado! Se imaginarán que en mi mente puteé hasta en arameo.
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Teníamos ropa para un solo día, hotel para una sola noche, todas nuestras cosas estaban en Nueva York, ¿qué carajo hacíamos? Por suerte se me cayó una idea (a veces pasa) y me metí a la web de Amtrak para ver si conseguíamos volver en tren. Se que estaba anticipada la tormenta de nieve del siglo, pero el tren se la tenía que bancar. Encontré pasajes desde usd 100 por persona y mis puteadas iban en aumento, tengan en cuenta que el viaje de vuelta nos había costado usd5 para los dos!
Volví a buscar eligiendo otros horarios y estaban agotados, los benditos pasajes se agotaron en minutos! Cambié los parámetros de búsqueda y encontré lugar en la clase más barata en el tren que salía 6:30 am de Boston, no dudé y los saqué.
El chiste salió usd 120 y nos arruinó los planes que teníamos para ese día en Boston, pero nos aseguraba poder volver a Nueva York donde teníamos las noches pagas de hotel y todas nuestras pertenencias.
Vuelve el chofer y nos indica que en una hora nos pasa a buscar otro bus, que esperemos y que estemos atentos porque tal vez no entrábamos todos. Con esta última frase la gente se enojó más aún! Por suerte también viajamos con un grupo de adolescentes, aparentemente de intercambio o viaje académico, que aprovechó la situación para jugar una excelente batalla de nieve. Yo los miraba desde mi asiento asombrada, no podía más del frío y estos pibes se metían nieve en la remera como chiste!
Ya era mediodía así que bajamos al Burger King a tomar un poco de calor y comer algo. Por Ley de Murphy yo sabía que en el momento en que nos sentáramos a comer iba a llegar el otro bus, mujer prevenida vale por dos y pedí 2 combos de nuggets y curly fries para llevar. Dicho y hecho, nos sentamos en la mesa y llega un bus de otra empresa, lo raro es que nadie se movía de su lugar, lo dejé a Eli con las bolsas de comida y fui a revisar.
Menos mal que hice eso! Era el bus que nos venía a buscar y la fila ya se había empezado a armar. Me pegué un pique y le avisé a Elian que levantara campamento y volví corriendo para asegurar un lugar en la fila. Llegamos a subir casi todos, la verdad desconozco si se quedó alguien sin lugar. Elegimos nuevamente planta baja y nos sentamos en un asiento con mesitas para poder disfrutar del almuerzo.
Este bus sí tenía Wi-Fi aunque la calefacción parecía no alcanzar a pelearle a los 20º bajo cero que nos rodeaban. Llegamos a la South Station de Boston a las 15:30hs, deberíamos haber llegado a las 12:15, perdimos 3 horas de recorrido en esta ciudad. Bajamos del bus congelados.
El viaje fue movidito, pero habíamos llegado a Boston donde nos quedaba toda una tarde/noche para recorrer y ver un partido de la NBA. Al final de cuentas ¿¡Quién nos quita lo viajado no!?