Aunque en muchas ocasiones se utilice en ámbitos negativos, el dicho popular de “no hay dos sin tres” en el cine también se aplica y no siempre para reflejar cosas muy negativas, más bien, para indicar que si una historia tiene dos partes, aunque no lo digan, date por informado que estás viendo una trilogía.
Hoy, con esta crítica retomamos y cerramos una de las más exitosas trilogías de ciencia ficción del cine comercial de la pasada década de los 80. Protagonizada por Michael J. Fox en el papel de Marty McFly y Christopher Lloyd como el doctor Emmet Brown en 1990 llegó a nuestras pantallas “Regreso al Futuro III” y hoy os contamos nuestra opinión sobre ella.
La historia de “Regreso al Futuro III” se sitúa inmediatamente a continuación de “Regreso al Futuro II”, cuando después del accidente de Doc, Marty descubre que este ha sido enviado a su época favorita, el 1885, en pleno oeste americano. McFly sólo tiene una opción para recuperar a su amigo, volver a 1985 y convencer al otro Doc que le ayude a viajar a esa época para paradójicamente, salvarse a si mismo en el pasado. ¿Liado? Reconocemos que un poco, pero así son los saltos en el tiempo y las líneas temporales.
Cuando Doc y McFly llegan a 1885 encuentran el DeLorean abandonado en una vieja mina y descubren a la vez que el tiempo les apremia, ya que, descubren también la tumba del Doc de esa época justo una semana después de su llegada, muerto en manos de Buford Tannen, un malvado forajido y ladrón de bancos.
Decidido a salvar a su amigo, McFly regresa a su tiempo para preparar el rescate, con lo que no cuenta es que, a su regreso un accidente le llevará directamente a casa sus antepasados, en la granja McFly donde deberá preservar al máximo su identidad.
Ya recuperado de su accidente inicial, se encuentra con su amigo, en esa época, el respetado herrero Doc. Después de un efusivo y repleto de reproches reencuentro entre los dos amigos, ambos deciden ponerse manos a la obra para recuperar el DeLorean y salvarse de Tannen y para ello no les queda más opción que adaptarlo para coger la velocidad necesaria usando el tren de vapor que pasa por Hill Valley.
Tienen una semana, una semana que da para mucho, una semana donde Doc se enamorará de la maestra Clara Clayton, habrá bailes en Hill Valley, duelos a muerte, etc., un montón de situaciones y acciones que evidentemente, no os destriparemos en este rincón.
En el equipo, vemos esta tercera parte de la saga “Regreso al Futuro” como la más floja de las tres, una tercera parte necesaria para cerrar la saga uniendo cada una de las partes anteriores, aunque a la vez resulta la más surrealista de las tres, la más infantil y la más cogida por los pelos. Personalmente le echamos de menos la frescura y originalidad de sus predecesoras ya que, al final, las situaciones son las mismas en las tres películas, salvo, eso sí, en el desenlace.
Interpretativamente hablando, tenemos muy poco a aportar a lo ya dicho para el resto de partes de esta saga ya que, ambos protagonistas principales (Michael J. Fox, Christopher Lloyd) continúan estando perfectos tejiendo los auténticos personajes de su carrera interpretativa.
Y hoy, antes de que se confirme una cuarta película (que ya sabéis, cuando el río suena...), os dejamos con la gran frase con que Robert Zemeckis (el director), en boca de Doc, cierra la saga:
"Su futuro aún no ha sido escrito, ni el de ninguno; tu futuro es el que tú te formes, así que háganse uno de bueno"
Con todo, nuestra nota final para esta tercera parte de “Regreso al Futuro” es de un 6 sobre 10.
Título original: “Back to the Future. Part III” – 1990 – USA
Dirigida por: Robert Zemeckis
Duración: 105 minutos
Género: Ciencia ficción, secuela, comedia
Otras partes de la saga:
"Regreso al Futuro" - 1985
“Regreso al Futuro II” - 1989