Después de pisar el drama con firmeza en Mar Adentro en una historia real inspirada en el accidente de Ramón SamPedro y de decepcionar profundamente con el bio-picture histórico de la astrónoma Hipatia en Ágora, a pesar de tener a Rachel Weisz como protagonista.
Seis años han pasado para que el cineasta volviera a presentar un nuevo film que lo devuelve al género de sus inicios. Inspirandose en hechos reales, Amenábar presenta una Regresión -a sus inicios- que no llega a cumplirse, no como debiera.
El guión escrito por el propio ‘Alex’ nos deja ver una falta de originalidad. Pero sería cruel e inhumano acusarlo únicamente de ello. Puesto que no es el primer y último cineasta que nos ofrece un producto tan estándar y vacuo en casi todas sus vertientes. En estos casos, lo que exige el espectador es que los resultados sean convincentes y aquí no lo son.
El detective Bruce Kenner (Ethan Hawke) investiga el caso de la joven Angela (Emma Watson), que acusa a su padre, John Gray (David Dencik), de haber cometido un crimen inconfesable. Cuando John, de forma inesperada y sin recordar lo sucedido, admite su culpa, el reconocido psicólogo Dr. Raines (David Thewlis) se incorpora al caso para ayudarle a revivir sus recuerdos reprimidos. Lo que descubren desenmascara una siniestra conspiración.
Amenábar nos presenta una película de suspense que apuesta por los ritos satánicos como impulsor del film, que se ve influenciado por la serie True Detective en ciertos aspectos técnicos, con una factura técnica muy americana, aunque, sus diferencias argumentales con la serie son abismales.
La película se desliza entre todos los tópicos posibles del género policíaco, sobre todo, a nivel argumental. Si bien, el film parece ganar intensidad cuando deja tras de sí la presentación de los personajes principales, el esfuerzo por intentar ocultar ciertos aspectos y entresijos de la historia, hace que el conjunto se resienta bastante en una valoración final.
Afectada hasta tal punto, en que la sorpresa y rocambolesco giro final se vuelve decepcionante y previsible ya en un primer visionado. Un giro desvelado por boca de los propios personajes, que ¿debería? dejarnos con el culo torcido. Pues no, no lo hace.
Además, a medida que avanzamos en la investigación cogidos de la mano del detective Bruce Kenner, interpretado por Ethan Hawke (Predestination), las situaciones se vuelven tan forzadas que doblegan el guión cuando éste se atasca en algún punto de la historia, aunque ello resulte incongruente.
Ante semejante ejercicio mal planificado y con un personaje tan estereotipado y sin demasiado carisma, Hawke hace todo lo que está en su mano consiguiendo dar la credibilidad necesaria al personaje.
Por otro lado la co-protagonista, Emma Watson (Harry Potter), no me la creo ni en un cuadro al óleo. Su intento de seguir con su carrera como actriz, parece andar los mismos pasos infructuosos de su tocayo Daniel Radcliffe, que después de dejar atrás la saga Harry Potter no consigue levantar su el vuelo en su escoba. Ambos parecen haber sido afectados por el mismo síndrome; el de la mala interpretación.
Regresión es una película que prometía el regreso del mejor Amenábar, pero éste parece haberse perdido entre elevados presupuestos que han cegado su pasión e ingenio cinéfilo. Un ingenio que demostró tener en los inicios de su carrera como cineasta.
Esperemos que algún día vuelva a demostrar cómo hacer una película con una historia cautivadora, aunque ello implique dejar de lado aspectos técnicos más elaborados. El guión es lo primero.