© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO
Colección de imágenes de un típico viaje de vacaciones a la playa. Una escapada rápida para desconectar en la que he descubierto una forma diferente de hacer fotos.
Hasta ahora, no había hecho mucho caso de los resultados que me ofrecía el teléfono usado como cámara de fotos. La calidad me parecía demasiado deficiente y no le encontraba la gracia a las imágenes que hacía.
La mala -o buena- suerte de que me robaran mi anterior teléfono -un Iphone 5c- me llevó, después de un serio disgusto, a buscar uno nuevo que, al menos, me brindara una mínima calidad fotográfica en el caso de que, por lo que fuera, necesitara usarlo en alguna ocasión desesperada como sustituto de mis habituales cámaras, más profesionales.
Y así es como acabé dando con el Sansung Galaxy S7. Me convencieron dos cosas: el tamaño, suficiente para poder seguir llevándolo encima sin sentirme incómodo, y la calidad de las fotos que vi por Internet.
El caso es que hasta este viaje tampoco le había hecho mucho caso como un auténtico aparato de fotografía. Y ahí es donde me he quedado sorpendido por sus posibilidades. Especialmente por las que ofrece desde el menú PRO, en el que permite elegir manualmente velocidad de obturación y sensibilidad, suficiente para manejar a tu gusto algunas situaciones de luz que el automático tiende a fallar de manera estrepitosa.
Entre las cosas que he descubierto que me encantan de llevarlo encima están:
Que es discreto. Puedo centrarme en hacer fotos en situaciones en las que si sacara mi cámara preferida, la FUJI X-PRO2, enseguida llamaría la atención (y eso a pesar de que también es una cámara superdiscreta).
Que es rápido. En cualquier momento y en cualquier lugar si veo algo que puede convertirse en una foto, puedo hacerla. ¡Y la mayoría de las veces quedan bien!
Que puedo tener cierto control manual de la luz.
Que los jpgs que ofrece tienen un aspecto estupendo sin necesidad de mayores retoques.
Así las cosas, he comenzado una nueva colección de fotografías. De momento, se llama AL VUELO y son eso, fotografías tomadas al vuelo, sobre la marcha, instantáneas sin mayores pretensiones que retener un parpadeo, una sensación, una casualidad, un golpe de suerte o de color. Fotografías tomadas cuando sales sin intención de hacer fotos (cuando tengo intención de hacer fotos, de momento, prefiero la X-PRO2).
Y he aquí a algunas de las imágenes que fui tomando, a modo de ingenuo -o inútil- diario de viaje con lo que, por suerte o por desgracia, siempre tengo más a mano: el móvil, incluso cuando lo único que llevo encima es una toalla -al hombro- y un bañador.
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Source: Siempre de paso