© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO
Un año más, ya ha llegado a los quioscos el especial que la revista ¡HOLA! dedica a proponer un viaje para cada fin de semana del año: 52 propuestas en total para que nadie diga que no sabe a dónde ir, qué ver o qué hacer. Un clásico entre las publicaciones viajeras con una tirada impresionante y un éxito más impresionante aún. La evidencia es que no suele durar en los quioscos más que unas pocas semanas. Es decir: si estás interesado en él, corre antes de que se agote. Claro que también se puede comprar online AQUÍ y te llegará a tu casa.
Y también un año más, me siento afortunado de que el equipo que lo produce haya contando con mis textos y mis fotos para elaborarlo.
En esta ocasión firmo cinco reportajes y 10 fotografías.
Uno de esos reportajes es el titulado “Un paisaje de oro y barro“. En él nos adentramos en el espectacular paraje leonés de Las Médulas para hacer un recorrido tan histórico como físico. Además de recomendar realizar los itinerarios señalizados y contemplar el atardecer desde el Mirador de Orellán -uno de los atardeceres más bellos de la Península, dicen- propongo adentrarse en la galería minera que desemboca en este cuenco de tierra producido como consecuencia de proyectar trombas de agua a presión.
Otra de mis colaboraciones es el reportaje “Por acantilados de agua dulce“, un viaje lleno de vértigos que arranca en la localidad salmantina de Ledesma y recorre uno de los tramos más espectaculares de las Arribes del Duero. Entre las sorpresas del viaje, además de las impresionantes vistas, está el recorrido que se realiza en catamáran desde la playa de El Rostro, cerca de Corporario, hasta la presa de Aldeadávila o la extraña y mágica mole rocosa de La Peña, que luce tal cual lo haría un meteorito en medio de la dehesa.
También firmo el reportaje “El Duratón más desconocido“. En esta ocasión propongo visitar la localidad de Sepúlveda con la intención de recorrer el sendero señalizado conocido como “La senda de los dos ríos”, un paseo de lo más recomendable por los cañones que rodean la localidad mientras se descubren los restos de sus murallas y se disfruta del tramo encañonado en el que se encuentran los ríos Duratón y Caslilla.
En “Tras los pasos de Juan de Austria” sugiero un viaje por los Montes Torozos vallisoletanos mientras recalamos en lugares tan emblemáticos como el castillo de Torrelobatón, la Colegiata de Villagarcía de Campos, la iglesia de Santa María de Wamba, el templo mozárabe de San Cebrián de Mazote o el monasterio de la Santa Espina, donde se materializó el abrazo mediante el que se conocieron los hermanos Juan de Austria y Felipe II. También, por supuesto, tiene un lugar relevante en este viaje la parada en Urueña, famosa ya, además de por su aspecto medieval, por ser la única Villa del Libro declarada en España.
La última de mis colaboraciones, “Revivir el esplendor del pasado“, es un recorrido entre Benavente y Puebla de Sanabria para descubrir algunos de los restos de poblamientos prehistóricos que alberga la comarca de Los Valles o la reconstrucción del campamento militar romano de Petavonium, entre Rosinos de Vidriales y Santibáñez de Vidriales. También se hace alto en la iglesia románica de Santa Marta de Tera, la villa romana de Camarzana de Tera o la iglesia de Mombuey. El viaje finaliza con un estupendo paseo disfrutando la muy bien conservada arquitectura del casco antiguo de Puebla de Sanabria y un recorrido por el interior de su castillo.
Source: Siempre de paso