Además, un nuevo informe de la Agencia Ambiental Europea concluye que 90% de las personas que viven en centros urbanos está expuesta a niveles de contaminación atmosférica dañina.
El aire, peor en las ciudades
La Organización Mundial de la Salud (OMS), tras revisar los últimos estudios científicos, ha añadido la contaminación atmosférica a la lista negra de las causas que provocan cáncer. Es decir, a partir de ahora, la contaminación del aire no es considerada oficialmente sólo un riesgo importante para la salud en general, sino también una causa ambiental de muerte por cáncer.
Según la OMS, las personas que viven en grandes ciudades y con barrios industriales cerca son las que corren un mayor peligro de padecer cáncer de pulmón, porque las principales fuentes de contaminación del aire son el transporte, la generación de energía, las grandes chimeneas de las industrias y los sistemas de calefacción.
Pero la OMS matiza: cuanto más horas respiren las personas las partículas en suspensión y otros contaminantes que desechan al aire los coches y las fábricas, tienen mayor riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón.
Además, el aire contaminado también aumenta el riesgo de sufrir un cáncer de vejiga, según un estudio realizado por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, un organismo que depende de la OMS.
También, según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente, a pesar de recientes reducciones en los niveles de emisiones de gases, los problemas de contaminación del continente están lejos de ser resueltos. Según el informe, el 98% de las personas que viven en ciudades respiran ya un nivel de partículas contaminantes que supera el nivel recomendado por la OMS y el 95% también respira el peligroso ozono troposférico. Igualmente se señala que en todos los países miembros de la UE la industria y el tráfico vehicular son los principales culpables de la contaminación del aire.
Riesgos para la salud
La OMS sostiene que los niveles de exposición a la contaminación atmosférica han aumentado significativamente en algunas partes del mundo en los últimos años, sobre todo en aquellos países que han experimentado una rápida industrialización, caso de China.
Confirmado, de igual forma, que tanto la contaminación del aire exterior y como las partículas que lo componen se puede clasificar como carcinógenos humanos (agentes que causan cáncer), al mismo nivel que otras sustancias como el amianto, el plutonio, el polvo de sílice, la radiación ultravioleta y el humo del tabaco, aunque, lógicamente, los niveles de contaminación del aire pueden variar considerablemente de un lugar a otro.
De hecho, apunta la OMS, esta clasificación es un paso importante para alertar a los gobiernos del peligro y del coste que puede ocasionar.
Según los cálculos de la Organización Mundial de la Salud, en 2010, el cáncer de pulmón provocado por la contaminación del aire causó la muerte de 223.000 personas en todo el mundo.
Y desde Bruselas se advierte que la contaminación atmosférica provoca, sólo en Europa, 400.000 muertes al año, diez veces más que los accidentes de tráfico.
Por otro lado, según el mayor estudio europeo realizado hasta la fecha, en el que participa España a través del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental -CREAL-, la exposición a los contaminantes del tráfico y la industria durante el embarazo incrementa el riesgo de dar a luz a un bebé con bajo peso (estipulado por debajo de los 2.500 gramos después de las 37 semanas de gestación).
Estos nuevos datos señalan que, por cada aumento de cinco microgramos por metro cúbico en la exposición a partículas finas (PM2,5) -uno de los contaminantes atmosféricos más peligrosos- durante la gestación, las probabilidades de bajo peso al nacer aumentan en un 18%. La horquilla es amplia, ya que los niveles medios de exposición de PM2,5 de la población analizada (más de 74.000 mujeres de 12 países europeos) oscilaron entre menos de 10 microgramos por metro cúbico y hasta casi 30 microgramos por metro cúbico (diferencias que vienen determinadas por la densidad del tráfico, de la población, del tipo de calle, de la presencia de industria, puerto, nivel de construcción, etc.).
El aire de España
La Agencia Europea del Medio Ambiente avise que España es, además, uno de los ocho países comunitarios con mayor contaminación atmosférica. Por ejemplo, Cáceres es la tercera ciudad que más sobrepasó los límites de ozono (un gas irritante). Madrid y Barcelona también están en la "lista negra" con respecto dióxido de nitrógeno, una sustancia tóxica que desechan los coches diesel.