Normalmente en aquellos tiempos todo nos dejaba asombrados; era fácil sentir como monumentos hechos hace siglos nos levantaban la mirada hasta perderse en el cielo y sin embargo, hay algunos más recientes que también nos hace latir en corazón más apresuradamente hoy y hace 40 años.
Y fue precisamente en 1968, con 16 años solamente cuando el autobús arcaico subía y subía por una montaña que se nos antojaba de origen lunar. Es el primer recuerdo, un paisaje que parecía la Luna tan de moda en aquellos años. Quizás porque ya le cantábamos y todavía faltaban unos escalones para esa escalera eterna. El primer ejemplo de la roca raspada, casi blanca, suave al tacto que solo es efecto del viento y los elementos naturales de la zona, nos dejó boquiabiertas. Había un deseo general de subir en el funicular recién estrenado pero las monjas lo habían prohibido lo mismo que los pantalones. Así que con minifaldas y medias de grandes boquetes tipo ganchillo nos subíamos en el autocar hasta esa cumbre espiritual que tan lejos estaba de nuestro lugar y que algunos copos de nieve adornaban tibiamente.
El autobús no podía seguir, estaba en el fin de carretera y a partir de allí teníamos que hacer el recorrido a pie, larga explanada que se abría ante nosotros con el colegio-seminario a la izquierda y al fondo el monasterio. Era hace mucho, pero la belleza del lugar era mucho más grande que ahora; hoy en día está más comercializado.
El Monasterio o Abadía de Montserrat tiene sus raíces hundidas en el neolítico como se ha podido comprobar por los restos que han encontrado en las cuevas tanto la Grande como Fedra. Ejemplares hechos con conchas que le dan un peculiar estilo propio al lugar.
La leyenda de la Virgen es del 880 cuando se encuentra una imagen de la misma en una cueva de la montaña. Y ahora su templo está construido por un gigante que enlaza el gótico con el renacentista y que se distingue de los demás en que tiene una sola nave con capillas
Ahora las nubes ponían telón de fondo y temíamos que la lluvia hiciera acto de presencia pues quería un recorrido casi iniciático hacia el monasterio. Los arcos nos dan el preámbulo, figuras blancas de grandes hombres de la iglesia, frailes, monjes que cuidan del camino del coloso, allí enmarcado entre las rocas, tal cual lo dejamos hace muchos años, se tiñe con el paso de los años en belleza, sabiduría y un buen mantenimiento para conservarlo igual de bello. Ahora vemos tiendas, souvenirs con toldos para el sol en verano, recuerdos que todos se llevan; yo me llevé hace ya 40 años el regalo más hermoso, un fondo de espiritualidad que aquí lanza la piedra como un regalo.
Las ventanas se nos antoja ojos, allí a la izquierda ya no está el balcón de una habitación de chicos que se preparaban para monjes, estudiantes en seminario que cuando vieron tanta chica se volvieron locos, haciendo gestos que todavía pueden resultar obscenos. Ahora la piedra ha sido limpiada, se ha acomodado los restaurantes y las tiendas; los visitantes del Inserso hacen cola en ciertos lugares, ancianos con postales en mano, aquella viejecita con un rosario recién comprado buscaba donde se lo podían bendecir, otra quería pasarlo por el manto de la Moreneta, Virgen pequeña que tenía su altar de oro y cristal en el interior de la iglesia.
Y dejamos los ruidos fuera, queríamos llenarnos del silencio, ese silencio que se siente y se palpa en los lugares sagrados. No se que me iba a encontrar de mi pasado en aquel templo pero siempre los lugares recordados están en paralelo con algún nombre propio y fue cuando José Antonio sonó en mis oídos. A punto se traspasar la fastuosa fachada gótica, los ángeles alineados en color terracota, bendiciones salidas de las manos de los santos hombres y ese nombre me transportó en el tiempo.
La otra vez, la primera nuestra entrada en el templo vino acompañada por una excursión de niños de Alicante; para pensar la que se formó ¡¡¡ y sin embargo, mi chico guía de rubios cabellos venido de la bella tierra de levante se puso a mi lado como si nos conociéramos de toda la vida y con la ventaja que era su segunda vez en tan notorio lugar. Sus manos señalando el techo me fue explicando las ojivas, los capiteles, el techo que se perdía en las alturas imposibles, la belleza de los cuadros recuperados de las penumbras de humos de sacristanes.
Y en salas y antesalas del camarín de la Señora encontramos los presentes, aún ahora ordenados más que en aquellos tiempos que las banderas ondeaban en salones enteros en representación de los países de origen. Cuántas ofrendas¡¡¡
Y llegados hasta el camarín, el docto designado nos esperó para que formáramos un medio redondel, y viró el camerino de la Virgen dejándola ver en todo su esplendor. La belleza de la imagen se pierde en la rica ornamentación de la sala recinto. Allí se pierden las suplicas y los rezos de millones de gargantas que piden un milagro cuántos milagros habrá en el mundo que llevan el nombre de la Monereta? .
En la actualidad su conjunto cultural lo conforman aparte de 300.000 volúmenes que forman su biblioteca; una obra especial como es la escolanía de niños y el Museo propiamente dicho que tiene hasta una momia egipcia; una verdadera sorpresa.
Después salió el sol, lo notamos en el tono terroso que tomó el templo y raudos nos fuimos hacia el claustro que con el fondo de las rocas tendría un aspecto especial y así fue. Un Oh¡ mayúsculo salió de la garganta pues la piedra de la naturaleza y de la mano del hombre se daban la espalda-pecho, un mano a mano nunca mejor dicho. No pudimos visitar más del monasterio pues la soledad es necesario para estos hombres sabios y santos.. no puedo negar que sea la santidad la que ocupa estos lugares pues se respira en todos los rincones, para poder vivir con estas reglas y en estos lugares hay que ser especiales no se soportaría de otra forma. La comunidad formada por monjes benedictinos sigue manteniendo viva la llama que ilumina este lugar desde hace siglos.
Gótico y piedra domesticada durante siglos, un lugar difícil de encontrar en el mundo con tanta belleza y tanto arte. En mitad de la nada y protegido por eternos vigilantes que no se duermen en la vigía podríamos contar cosas de sus obras, de sus ofrendas, de este o aquel estilo en ciertos rincones prefiero hacerlo en primera persona que es como los monumentos toman forma y vida.. bajamos en el funicular.. cuánto tiempo he tenido que esperar para deslizarme por la montaña abajo, paso cerca de las rocas, casi puedo rozarlas si tuviese la osadía de sacar las manos; no tengo por donde pero me gustaría decirles adiós y hasta la próxima. Quizás sea una excursión del IMSERSO ya estaré en edad de ello, y tomaré mi rosario bendecido para ponerlo en la cabecera de mi cama Creo que no podré estar más bendecida con tanto monasterio en el cuerpo y tantas religiones conocidas y tratadas con tanto respeto. En esto está el arte, respeto por todos y que respeten.
Hay que tener en cuenta que si se quiere visitar la Santa Cueva y seguir el rosario en piedra tallado solo está disponible su visita a las 11.30h. desde 1 de mayo hasta el 1 de noviembre.
DAMADENEGRO 10/12/2008
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