Una niña, narradora de este cuento, arroja una luz nueva sobre el trato de la enfermedad y cómo hablar de ello .Desde la perspectiva de la nieta, con Mi abuela no se acuerda de mi nombre entramos en una familia en la que la abuela padece Alzheimer. El autor parte de su propia experiencia y nos relata una historia llena de ingenuidad y amor, porque a los niños se les olvida juzgar cuando quieren a las personas.
La joven promesa Mai Egurza ilustra con maestría y alegría este relato que a pesar de un tema de fondo serio y grave no deja de ser un cuento alegre y lleno de sensibilidad. Para todos los públicos.
"Este cuento está destinado a que las personas adultas veamos y entendamos el Alzheimer desde la perspectiva de una niña. A la más pequeña de la familia no le importa la enfermedad, puede que no la entienda o no sepa lo que es, pero no se avergüenza de ella, tan solo quiere estar con sus seres queridos, sean como sean, algo que las personas adultas aún debemos aprender."