Algunos de vosotros os preguntaréis ¿quién es? Pues os cuento, es una animadora japonesa conocida por colaborar en películas como Mi vecino Totoro (1988), La princesa Mononoke (1997), El viaje de Chihiro (2001) y El castillo ambulante (2004), entre otras.
Cuando ya llevaba unos años viviendo en Madrid una compañera de trabajo, y actualmente amiga, me recomendó la película El viaje de Chihiro. Al cabo de unos días me la trajo a la oficina para que la viera y me encantó. Poco después la conseguí en una de esas colecciones que vienen con el periódico.
En mi casa siempre se ha visto películas y series de animación, pero al que realmente le gusta es a mi hermano "mayor", aunque si le preguntáis a él seguramente conteste que he sido yo la que le he metido en este mundo, y puede ser, no digo que no.
De niña me encantaba la serie de dibujos animados Sherlock Holmes (1984), en la que esta animadora participó en tres de sus capítulos. Y mi hermano os dirá que la veía por mi y que ahí está la prueba de que he sido yo la que le he influenciado desde pequeño. A continuación podemos ver el episodio 1: El caso de la muñeca francesa.
También veíamos Los diminutos (1985), ¿os acordáis de esta serie de dibujos animados? Pues Makiko Futaki era una de los miembros del Departamento de Animación de la serie. Aquí tenéis el episodio 1: Cuidado con el profesor cepo.
Creo que no nos damos cuenta del gran trabajo que realizan las personas para hacernos disfrutar por unos momentos. Y es bueno agradecérselo antes de que sea tarde.
Espero que os haya gustado mi pequeño homenaje a una mujer que nos ha hecho disfrutar tanto en nuestra infancia como en la actualidad con su arte.
Os dejo con la sinopsis de El viaje de Chihiro:
Chihiro es una niña de diez años caprichosa y testaruda que cree que el universo entero debe someterse a sus deseos. Cuando sus padres, Akio y Yugo, le dicen que tienen que cambiar de casa, se enfurece sin ocultar sus sentimientos. Rumbo a su nuevo hogar, la familia se equivoca de camino y aparece al final de un misterioso callejón sin salida. Allí se yergue un edificio rojo con un interminable túnel en el centro que conduce a un pueblo fantasmal donde les espera un magnífico banquete. Akio y Yugo se lanzan sobre la comida. Chihiro mira a sus padres, que siguen devorando plato tras plato, cuando de repente son transformados en cerdos. Sin querer han entrado en un mundo habitado por dioses antiguos y seres mágicos, dominado por la diabólica Yubaba, una arpía hechicera, quien le explica a Chihiro que a los intrusos los transforman en animales y después los matan para comerlos.