Una de las cosas positivas que tiene este maldito confinamiento de cuarentena por el Covid-19 es que, con tantas horas que tenemos que pasar en casa, nos acaba dando tiempo de ir liquidando esa larga lista de cosas que, por el estrés del día a día, se habían quedado irremediablemente en ese cajón de sastre del “tengo que”.
En el equipo, nuestro cajón parecía el bolsillo de Doraemon, o sea, un pozo sin fondo donde cabían desde hacer álbumes de fotos de varios años a probar múltiples recetas de cocina, pasando por ver varias series y películas. Dentro de este último grupo teníamos un título que, regularmente iba apareciendo en nuestras búsquedas de opciones, el éxito de 2003, “Love Actually”.
Como en esta ocasión no teníamos la excusa del tiempo y además necesitábamos un chute de positivismo, optamos por tomar nuestros respectivos sitios en el sofá y darle al “play”.
“Love Actually” empieza desplazándonos al área de llegadas del aeropuerto londinense de Heathrow, uno de los lugares (hay tantos como aeropuertos) con mayor índice de felicidad y abrazos por metro cuadrado.
A partir de ese punto mágico, “Love Actually” empieza presentándonos a sus protagonistas entre los que nos encontramos con David (Hugh Grant) el nuevo primer ministro británico, Jamie (Colin Firth) un escritor de éxito, Karen (Emma Thompson) la abnegada esposa de Harry (Alan Rickman), Billy Mack (Bill Nighty) un viejo roquero, la pareja de dobles de actores porno John (Martin Freeman) y Judy (Joanna Page), Colin (Kris Marshall) un alocado joven británico y Sam, un niño de 11 años ante su primer gran amor.
A través de una decena de historias, “Love Actually” va enlazando y desgranando diez puntos de vista distintos de eso que llamamos amor. De esta forma, nos encontramos con un Jamie que descubre, al llegar a su casa, que su esposa le es infiel, nada más y nada menos que con su hermano, sin dudarlo mucho este le abandona y se va a una casona de Francia donde conocerá a Aurélia.
Mientras eso pasa, en Downing Street llega David, el nuevo primer ministro quien, en la rueda de presentación de sus colaboradores y servicio cae perdidamente enamorado de Natalie, una de sus nuevas asistentas. No muy lejos de allí, y en pleno rodaje de una película porno, dos dobles de actores aprovechan su rutinario trabajo para ir conociéndose y poco a poco ir profundizando su amistad.
Hasta aquí todo muy convencional, pero ¿no es acaso también una historia de amor lo que le toca vivir a Karen? cuando ve que está perdiendo a su marido Harry porque este ha sucumbido a los encantos de su joven secretaria, o incluso esa relación que pueden vivir (o no) dos compañeros de oficina o también, la mirada pura de Sam, ese niño que recurre a su viudo padrastro para aprender a declararse a su primer amor. Y todo sin contar con la versión más sexual del amor representado por Colin quien es capaz de cruzar el charco para acostarse con el máximo de mujeres posible.
Jamie y Aurélia
Como ya os podéis imaginar, y aunque “Love Actually” nos presenta algo tan cercano como el amor, nosotros dejaremos aquí su desglose argumental pues para nada queremos romperos ningún desenlace de sus historias.
Técnicamente en “Love Actually” estamos ante una cinta realmente curiosa ya que, aunque basa su argumento en algo tan universal como el amor, consigue enganchar al espectador prescindiendo de una herramienta clave para ello, la empatía con sus personajes pues, hay tantos y con tantas historias, que es totalmente imposible identificarse con ellos, aunque sí sentir simpatía, más por unos que por otros.
Para los miembros de este equipo, uno de los grandes éxitos de “Love Actually” es hacernos ver la infinidad de matices que puede tener cada historia de amor, y que, por mucho que las idealicemos, de cada una podemos aprender algo, por ejemplo: que el amor no entiende de idiomas (historia de Jamie y Aurélia), que las grandes historias de amor no tienen ni porque materializarse, que el primer amor es único (la historia de Sam), que el sexo puede llevar al amor (historia de John y Judy) o incluso como los cuernos pueden con la confianza ciega.
También nos gustaría remarcar y mucho la brillante BSO que tiene “Love actually” ya que, sin ella seguramente, “Love Actually” no funcionaría como funciona aún y transcurridos más de 17 años de su estreno.
Desde el punto de vista interpretativo, ¿qué podríamos comentar de una cinta que dispone en su casting de un número tan gran de brillantes actores y actrices? Pues que ninguno de ellos decepciona, es más, todos ellos (Firth, Grant, Thompson, Rickman, etc.) están realmente brillantes en sus trabajos. Sin lugar a dudas, una clara demostración que tantas estrellas juntas pueden brillar sin problemas con un buen guion y unos personajes bien definidos.
“Love Actually” es una de esas películas que podríamos considerar como un nuevo clásico, una cinta que nos cuenta que el amor no se puede contar en una sola historia y que consigue que acabemos de verla con un profundo sentimiento de felicidad, por tanto, y por todo lo que os hemos contado, nuestra nota final para “Love Actually” es de un 8 sobre 10.
Título original: “Love Actually” – 2003 – Reino Unido
Dirigida por: Richard Curtis
Duración: 128 minutos
Género: Comedia, comedia Romántica