Pero si tú ya dejaste atrás la crisis emocional y finalmente decidiste dar ese gran salto (solo o en familia), yo quiero compartirte que es lo que NO tienes que hacer. ¿Por qué? bueno, por más poético o provechoso que tu reubicación pueda ser, el ingreso o la salida de tus pertenencias puede quitarte esa buena energía sí algo empieza a salir mal.
No hagas las cosas solo
Pedir ayuda no demerita tu esfuerzo ni previa experiencia. Le ventaja de contratar una compañía de relocations o reubicaciones es que ellos están familiarizados con todas las dificultades que no te comparten las embajadas, consulados, aduanas, navieras, freight forwarders o empresas que solo se dedican a gestionar la mudanza ¿por qué?… bueno ¡ellos tampoco lo saben!
Tu mejor aliado siempre será aquella compañía que ofrezca más de un servicio; su visión es integral y saben atar cabos entre los tipos de menaje, los trámites migratorios, exportación e importación incluyendo servicios de destino. La mudanza es solo una parte. Implica contemplar un empaque y cuidado especial, y si durante el proceso nadie te advierte sobre objetos prohibidos en el país de destino, impuestos a pagar en puerto o aduana (desde la cotización), documentos migratorios, international packing (requerido más en Estados Unidos), etcétera. ¡tu cuenta se puede elevar hasta el cielo! E incluso puede que recuperes (o no) tus cosas mucho tiempo después, y eso tras negociaciones con agentes aduanales.
Estas empresas ya saben que puede salir mal y como corregir algo que no está bien planeado, además, manejan una cartera de contactos que te permite obtener la mejor ruta y precio desde el inicio. En otras palabras, te quitan todas las preocupaciones. Al contratar una compañía de mudanzas internacionales, busca que te incluyan el material de envolver, embalaje, transportación, gestión migratoria, entrega y desembalaje. Esto garantiza que puedas monitorear tus pertenencias y enterarte si algo se retrasa o sale mal. Además, pueden asegurar tus cosas a nivel global.
Pero, si a pesar de todo, quieres aventurarte y cotizar un contenedor, no hacer un inventario estricto y gestionar el envío por tu cuenta, por lo menos habla con alguna compañía para pedir un poco de asesoría, sólo para confirmar que vas por buen camino.
No dejes lo que amas
El cambio empieza en tu casa, evalúa qué quieres realmente llevar. Este es un buen ejercicio de renovación y desprendimiento material. Mira a tu alrededor y conserva sólo aquellas pertenencias que te hacen feliz, lo que sabes que no podrás encontrar en ninguna parte del mundo. Procede a elegir qué utensilios, ropa, muebles, electrodomésticos y artículos te conviene llevar. Recuerda que el precio de nivel de vida varía de un país a otro… y el voltaje también, aquel televisor que tanto amas puede dañarse si recibe más energía.
No te pases de listo ni peques de ingenuo
Algo muy común en el envío de los menajes de casa es la retención de los contenedores en un puerto o frontera. Que te suceda esto, es una pesadilla; el contenedor no va a salir hasta que se regularice todo el papeleo internacional y esto implica el pago de impuestos y almacenaje por cada día que tus cosas permanezcan resguardadas. Para que no te suceda, cuida 5 cosas básicas:
No incluyas algo que no declaraste en tu inventario del menaje de casa.
Revisa qué artículos están considerados como objetos prohibidos (tanto para salir como para entrar)
Si sabes que alguno está prohibido, mejor tramítalo bajo la modalidad adecuada. Hay muchas cosas que no se contemplan como parte de un menaje de casa (HHG).
No incluyas mercancía en su empaque original, aunque sea alguna cosa que acabas de adquirir. Los agentes aduanales pueden considerarlo como nuevo y cobrar impuesto o retener la mercancía.
Si tienes la mala suerte de sufrir una inspección y tu contenedor se retiene, lo mejor es contactar y hablar con tu agente aduanal lo más pronto posible para revolver la situación. Y en caso de que se complique pide ayuda a expertos en movilidad, ellos ya conocen a los agentes y puede que hayan resuelto un caso como el tuyo. Toma en cuenta que las inspecciones no pueden controlarse, eso lo gestionan las autoridades de cada país y el orden de las revisiones suele ser aleatorio. Por lo anterior, lo mejor es respetar las reglas, embalar y empacar las cosas correctamente; tampoco quieres que algo se pierda o dañe durante las revisiones.
No te confíes
Los trámites migratorios son vitales y necesitas pedirlos en base a tus planes laborales, académicos o personales. Si te mudas por trabajo necesitarás una Visa de trabajo para México, por ejemplo, es fundamental presentar la carta de empleador de la empresa mexicana que te contratará, así como la oferta laboral. Una visa, permitirá tu ingreso y el de tus pertenencias a otro país. Si estás perdido en los trámites a pesar de haber leído y preguntado en cuanta página e institución te encontraste, te recomiendo acudir con especialistas en movilidad, ellos te llevan pasó a paso por los trámites. Si viajas con tu familia, ellos te pueden asesorar en encauzar los tramites juntos, algunos países como Estados Unidos, piden que la visa del titular contemple a dependientes al ingresar al país.
Este artículo fue hecho a modo de complemento, tras encontrar la infografía “10 cosas que pensar al mudarte al extranjero” y la una “guía práctica para mudarte al extranjero” de la compañía Crown Relocations.
Autor
Sascha Santin trabaja en Crown Relocation y es experta en mudanzas y servicios de relocation.