Hace unos días nos enteramos de que las hornacinas de la Plaza de España se habían vuelto a llenar de libros. Nos pareció una idea sensacional. Poco después supimos que el sueño de recuperar aquella biblioteca al aire libre había durado poco, no quedaba ni un solo libro. Es cierto que los 1.500 volúmenes cedidos por la Editorial Punto Rojo estaban allí para ser leídos y que leer una novela de una sentada no es lo habitual, pero también era lógico esperar que los libros acabaran por ser devueltos, bueno, quizá esto sea un poco ingenuo, son pocos los que devuelven un libro prestado, pero al menos cabría confiar en que fueran sustituidos por otros, un honorable trueque ¿no?.
Y aquí es donde entra en juego la maravilla de las redes sociales, porque en cuestión de días cientos de personas han hecho suya esta idea y, pasando por alto el desánimo de creer que llenan un balde con un agujero en la base, van aprovisionando las estanterías de aquella plaza con libros que han leído y quieren compartir.
No es la primera vez que los habitantes de la Colina nos dedicamos a sembrar de cuentos las plazas, las pasadas navidades con el apoyo de distintas editoriales ya disfrutamos de esta experiencia en la campaña "Esta Navidad ¡Regala Cuentos!". Estaba claro que no íbamos a dejar pasar la oportunidad de poner nuestro granito de arena en la construcción de esta biblioteca viva.
Y allá nos fuimos con nuestra bolsa de libros que íbamos dejando a nuestro paso de provincia en provincia. Los peques buscaban álbumes ilustrados, algún cuento que llevarse a los ojos, pero todos eran libros de mayores, apetecía un poco de color y creo que conseguimos salpicar las hornacinas con nuestras historias pequeñitas.
Hay muchos lugares donde un libro, un cuento, puede sentirse libre, os animo a probar, es una pequeña travesura que se comete entre risitas nerviosas, dejar un libro como olvidado en un banco, en un poyete sabiendo que algún desconocido se lo cruzará y la Plaza de España en estos días está pidiendo libros y lectores a voces ¿Qué tal si ofrecemos a los más pequeños un rato de lectura en aquellos bancos de azulejos?.
¡Feliz semana!