Son tantos y tan divinos los sitios que descubrimos durante nuestro viaje a
Marrakech en estas últimas vacaciones navideñas que, la verdad, me ha
costado elegir por cuál empezar.
Quizás influenciada por Greenery, el color Pantone 2017, me he decidido a
mostraros primero este restaurante donde el verde, en prácticamente todas
sus tonalidades, está presente: Le Jardin, espacio imperdible situado en
un maravilloso entorno, con una decoración muy cuidada, exquisita carta de
fusión marroquí/occidental y un agradable servicio.
Al igual que otros dos de los restaurantes más conocidos de Marrakech, Café
des Épices y Nomad (de los que os hablaré más adelante), Le Jardin es un
espacio creado por Kamal Laftimi quien, junto a la arquitecta de interiores Anne
Favier, ha conseguido un verdadero oasis a partir de un edificio del siglo XVI
bellamente renovado.
Escondido entre las laberínticas calles del zoco (souk) Chérifia, tras una
pequeña y sencilla puerta se accede a un exuberante patio/jardín rodeado
por el majestuoso edificio.
El diseño sigue el espíritu de los años 60 y 70, época de apogeo de Marrakech,
con una combinación de estilo marroquí y europeo chic.
En la entrada encontramos una pequeña tienda de productos orgánicos de
temporada propios de la zona.
Y un precioso rincón decorado con libros y leña.
El patio central, exuberante de vegetación, cuenta con diversos espacios
para comer o bien tomar un té u otra bebida en butacas bajas.
Para subir a la terraza hay que atravesar una magnífica galería, luminosa y colorida.
Acogedora, ¿verdad?
Y subiendo un tramo de escalera más llegamos a la terraza.
Un gran espacio abierto y una nueva galería.
Verde por todos lados, luz y sombreros de paja con el nombre bordado del
restaurante, como es costumbre en casi todos los establecimientos con terraza
de Marrakech.
En Le Jardín podemos encontrar también una tienda con diseños de Norya
Ayron (me encantan sus kimonos largos).
Le Jardín fue uno de los espacios que más nos gustó,
¿entendéis porqué, verdad?