En 2013 se estrenó de forma discreta en nuestro país una película llamada "Oculus: El espejo del mal". Aunque al principio tuvo una acogida muy pobre, poco a poco se ha ido conviertiendo en una película cada vez más buscada y demandada por el fan del género. Averiguemos el por qué.
La película empieza con la liberación, de un centro de rehabilitación, de Tim Rusell. Lo recoge al salir su hermana Kaylie. Kaylie trabaja en un centro de subastas y está muy interesada en conseguir un misterioso espejo que en breve se subastará.
Los dos hermanos quedaron huérfanos a causa de un terrible asesinato que ocurrió en su casa años atrás, cuando aún eran unos niños. Las autoridades culparon al hermano, pero Kaylie está convencida de que fue el espejo, maldito, el culpable, no solo de ese crimen, sino de muchos crímenes ocurridos muchos años antes.
Ahora, de nuevo con el espejo en su poder, Kaylie está decidia a demostrar mediante una serie de experimentos, que el culpable de todo lo ocurrido es el maltido espejo.
La película está dirigida por Mike Flanagan, que este año estrenará la segunda parte de "Ouija"y que ha estrenado para Netflix la película "Hush", que pronto analizaremos en la TerrorTeca.
Los eventos narrados en el film tienen lugar en dos períodos distintos, el presente y unos 11 años antes. A través de flashbacks vamos descubriendo lo ocurrido en la casa de los hermanos cuando éstos eran pequeños al mismo tiempo que estos mismos hermanos, ya mayores, intentan averiguar la verdad alrededor del espejo.
La película está protagonizada por Karen Gillian en el papel de Kaylie de mayor, vista en Guardianes de la Galaxia o La Gran Apuesta, y por Brenton Thwaites en el papel de Tim de mayor, actor al que pronto veremos en "Dioses de Egipto" o "Piratas del Caribe 5".
Por su parte, dando vida a los padres de los dos hermanos tenemos a la conocida actriz Katee Sackhoff, famosa por la serie de "Battlestar: Galáctica" y a la que hemos podido ver en films como "Exorcismo en Georgia" o "Riddick"; y a Rory Cochrane, el padre, visto en "Argo" o la más reciente "Black Mass: Estrictamente criminal".
El principal y gran acierto del film es saber jugar con los acontecimientos del presente y del pasado, saber intercalar momentos de ambos de forma constante haciendo que el espectador no deje de preguntarse durante todo el metraje y lo que está viendo es real, o es todo imaginación de los hermanos. Si lo sucedido en el pasado realmente es culpa del espejo o son solo recuerdos inconscientes de los hermanos que intentan dar una explicación a lo ocurrido años atrás.
Durante toda la película el espectador mantiene una sensación de terror e incertidumbre, de angustia, tensión, de saber qué ocurrirá a continuación, no solo en el presente, sino también en los acontecimientos del pasado. Ayuda el buen trabajo de sus actores, tanto los adultos como los menores, los planos del director que mantiene el suspense, los efectos de luces, de sonido, esos cambios repentinos entre el presente y el pasado que te meten un mal rollo en el cuerpo increíble...
Otro punto a favor de la película es que no se abusa de la sangre o los efectos sobrenaturales, más bien juega mucho con el suspense, con el terror psicológico y la locura. Sin embargo si que hay un par de momentos sangrientos bastante desagradables, como la escena con la manzana y la bombilla, o la escena con la uña.
El tramo final, más o menos desde el minuto 75 de la película hasta el final (dura unos 90 y pocos minutos), va aumentando su intensidad poco o poco, y se nos va narrando la historia acaecida en el pasado a través de las alucinaciones que los hermanos van teniendo en el presente a causa (¿a causa?) del espejo supuestamente maldito.
Nada es lo que parece en esta película. El director juega sin descanso con el espectador. ¿Es real? ¿Es falso? ¿Lo están imaginando todo? ¿Está realmente el espejo maldito?
Todas estas preguntas van dándose la mano durante todo el metraje que desenboca en un final sorprendente que no dejará a nadie indiferente.