LA REINA DEL HIELO
Autora: Maria Moralius
Maria fue durante años azafata de Iberia y actualmente es abogada.
Hace muchos años, volé con un comandante super simpático, y mas guapo aún, cuando me tocó pasar a el nuevo avión DC10.
No recuerdo la edad que yo tendría, pero probablemente no llegara a los 25. Me quedé impresionada con él , aunque era bastante mayor que yo porque me llamó la atención encontrarme con una persona tan simpatica, considerada y educada. pero que ademas estaba como un tren de mercancías…
En aquellos tiempos las aerolíneas eran como el ejército mas bien y se daba el estilo autoritario. De ahí que a mi aquella forma de ser suave y educada, me sorprendiera agradablemente.
Eran tiempos en que las lineas eran tan largas que te tenías que llevar medio armario porque te pasabas parte del mes fuera de casa. Para mi, en aquellos tiempos era bastante dramático separarme de mis niños tantos días y solía llegar al avión bastante triste.
Me tocó en primera, y por consiguiente atender a la cabina de mando. Como me acordaba del panorama que había dejado en casa y no podía dejar de pensar el tiempo en que no vería a mis niños, estaba a punto de llorar, mientras miraba las emergencias del avión. El capi se dio cuenta y me preguntó si estaba bien….. y me estuvo consolando , que cara me vería.
Me pareció tan considerado que me enamoré en ese instante. Pero en la vida no hay nada perfecto. Y como digo, eran 9 días de viaje, prácticamente unas vacaciones.
Y una pasajera super guapa, resultó ser su mujer. Su “señora” que se venía con el de linea…. Ella, no es que fuera muy impresionante , alta y estilosa, no , es que era una muñeca, perfecta, rubia con unos ojos verdes que quitaban el hipo. Hacían una pareja estupenda, solo que ella no era igual que su marido, y a mi me trataba como a una filipina maltrada, que por otra parte es lo que yo era , en claro contraste con su cónyuge y jefe mio, que todo lo pedía con amabilidad y sin dar la vara cuando yo hacía las labores propias de mi trabajo.
Todo comenzó con el abrigo de visón que me dio sin mirarme a la cara, para que yo se lo colgara, y termino con su orden de recogida de maletón, que esta que suscribe tuvo que subir y bajar del rack, mientras ella se miraba las uñas. La señora me dio un vuelo que aún recuerdo, y mira que han pasado años.
Desde que le molestaba el aire, el ruido, la luz hasta que le tostara yo el pan para el desayuno, pasando porque tomaba gin and tónic cada hora, pero cada varios minutos pedía mas hielo. … y todo lo pedía con esa seguridad intrínseca de los que saben que están en sus predios y le hacen las peticiones a sus esclavos… Y lo estaba, pues en aquellos tiempos las cosas eran muy diferentes a las de ahora, y los que acumulamos horas de vuelo lo sabemos… pero eso es otra historia, como en Irma la Dulce.
NO sonreía ni una sola vez, ni lo hizo en los 9 días que duró la linea… lo que unido a la afición que tenía a pedirme hielo, le valieron el apodo que le dio esta que suscribe y que da título a este relato ( tal vez influenciada en el subconsciente por la novela homónima de Camila Lackberg y sobre todo de como acabó su protagonista) Mira que éramos 12 de tripulación, pero la que le gustaba para darle la vara era yo, y cada vez que me veía aparecer por el pasillo me pedía algo, o me daba algo, o quería que le recogiera algo , o me decía que le limpiara la mesa o que le baja el bolso o que se lo subiera.
He llevado en los aviones a toda la familia real española, a parte de la inglesa, pasando por varios jeques arabes, pero en mi vida volví a tener un nivel de exigencia tan alto en un vuelo por parte de una pasajera.Como la linea era tan larga, tuve la oportunidad de “compartir” como dicen en Cuba que por cierto es donde estábamos , con mi nueva amiga y su marido, y desde luego nunca fue tan cierto eso de que la primera impresión es la que cuenta.
El me caía cada vez mejor, y ella se me atragantaba cada día un poco mas. El momento culminante fue cuando me pidió en la mesa de desayuno del hotel, que compartíamos, que fuese yo a por mas café… …si no fuese porque no tengo huevos para afrontar una condena en una carcel cubana, me la cargo allí mismo, con la atenuante de obrar por un impulso insuperable …
La verdad es que la mujer era una auténtica belleza. Podria ser modelo del Harpers Bazaar perfectamente , y tal vez hasta lo hubiera sido. Hoy en día lo sería de Victoria Secret, para que se hagan una idea… ninguno podíamos dejar de mirarla. Ella y mi piloto favorito, eran de esas parejas que parecen sacadas de una revista. Como el mundo esta tan mal repartido, la muchacha también era de esas familias de pata negra con mucho pedigrí ( en base a mi teoría de que los ricos son mas guapos porque sus padres se casan con las tías mas buenas, lo que mejora la raza) Así las cosas, y en aquellos tiempos pensé – para consolarme- que si ella , que era una belleza absoluta no podía ser una borde…… quien se podría permitir el lujo de serlo???
Nadie se atrevia a llevarle la contraria, en las varias cenas en las que coincidíamos. Todos las miraban hechizados y sin acabar de creerse que estaban compartiendo mesa y mantel con semejante beldad….. El callaba la mayoría de las veces , otras la miraba con admiración, mientras ella no paraba de hablar y de dar sus opiniones ( que dejaban en parihuelas a Blas Piñar ) sin tener en cuenta a los que tenia enfrente. Desde la homofobia, el clasismo, hasta el racismo, cualificaba para todo el catálogo de la perfecta intolerante…aderezados con retazos de su vida cotidiana y familiar en el barrio de lujo en el que moraban, y lo maravilloso , estupendo y buen marido que era su ídem, el cual asentía admirándola, cuando no obedecía a su mandato de que se callara….. joooooder!!
Los chicos de la tripulación estaban embobados sin poder dejar de mirarla, y las chicas la mirábamos de soslayo con cara de mala hostia, que no era envidia, pues ese sentimiento solo suele sentirse por los que de alguna manera un otra están a nuestro alcance…y ella era una diosa inalcanzable y distante …. no, era una mezcla de admiración a su belleza y odio a su persona…
Bueno, lo curioso no es que existieran personas tan bordes como mi nueva amiga, sino que esta tuviera un marido tan estupendo, tan enamorado, tan atento y tan sumamente guapo – tanta entrega sería comprensible si se hubiera casado con un troll, gordito , bajito y calvo, pagador nato , pero no con ese adonis aeronáutico – … le llevaba el bolso, se quedaba con sus anillos cuando ella se tiraba cual sirena a la piscina, la esperaba con la toalla en ristre para secarla , le traía su bebida ( y su hielo) cada poco… en fin.Siempre a las ordenes precisas y contundentes que le daba…
YO desde mi rincón de la piscina, observaba con mirada torva y no me cabía duda que esa arpia ( el tercer día de linea ya iba por esa calificación ) tenia suerte. Ya lo creo que la tenía … Estaba muy buenorra, ( si, en bikini tenía un cuerpo perfecto también )!y era un bellezón, pero hasta de la langosta se cansa la gente… pensaba yo. Tal vez para consolarme a mi misma y pensado en el fondo que tiene que pasar mucho , mucho, muchísimo tiempo para que te canses de comer langosta… Cuantos años llevarían casados? me preguntaba….. sería ella consciente de lo majo que era su marido ? Lo valoraría?? Seria todo fachada y luego su vida no sería tan idílica????
En fin, lo que hace el ocio, estar tanto tiempo fuera de casa y haber acabado tan pronto todos los libros que me traje… De vez en cuando se me acercaban los dos segundos pilotos a cotillear y yo les tiraba de la lengua, dado que ellos al ser técnicos pasaban mas tiempo con ellos, pero estaban tan obnubilados por la belleza de la buena señora que habían perdido la perspectiva , la objetividad y toda su capacidad de análisis racional , por lo que no la veían tan borde ( a pesar de como eran bajitos y feillos tampoco existían para la diosa, cosa que ellos tomaban como lo mas natural del mundo por otra parte )
Cuando se cruzaba comigo por el hotel, no me veía, o directamente me ignoraba, a menos que me tuviera delante de las narices, que soltaba un “hola” imperceptible , como si le costara dinero o algo saludar al servicio .
Las azafatas en estos casos tenemos un estatus raro y extraño, porque somos las que ” servimos ” en el avión , pero luego vamos a los mismos hoteles que los señoritos… y está claro que eso a ella la perturbaba . .
Como nos encontrábamos en Cuba, lo cierto es que estábamos rodeados de bellezas caribeñas, las cuales son cubanas pero no tontas y se les iban los ojos a nuestro guapisimo comandante….. pero delante de ella, su marido no miró a ninguna, ni una sola vez en los nueve días que duró el vuelo….. ni una mirada de soslayo. Como si no existieran…. a pesar de que sus culos y sus tetas confrontaban la ley de la gravedad de forma descarada.
Al quinto día, ya comencé a dudar. …. Igual no existe tanta perfección y Ken piloto es un poco corto de entendederas y por eso esta tan enamorado de Cruela de Vil. Tal vez me dejé llevar por la primera impresión y le di los 10 puntos antes de que se los ganara….
El noveno dia, no me cabía la menor duda de que Dios es muy justo en el reparto y a quien le da mucha belleza se lo quita por otro lado, y estaba convencida que mi comandante favorito estaba abducido por la bruja, debido a su escasa capacidad de autonomía y resistencia a a presión que ella ejercía sobre el, sin contar conque parecía encantado de recibir los latigazos virtuales que ella le proporcionaba .
Cuando volvíamos a Madrid, ya estaba convencida de que era un nerd. El vuelo de vuelta lo voy a omitir, porque se lo pueden imaginar. Solo apuntar que el hecho de convivir en un mismo hotel durante 9 largos días, habernos encontrado en el desayuno, en la piscina y en la Habana, no supuso el previsible estrechamiento de lazos que suele ocurrir en estos casos hasta con las personas más dispares.
MI amiga cumplió todas las espectativas que con ella tenía, es decir, me trató peor si cabe, que a la venida, y cuando se piró del avión no volvió su mirada atrás ni para decir ” ahí te pudras” lo que por otra parte suele suceder con el servicio….
El, sin embargo, fue educado y cariñoso. Cuando llegamos a firmas y ya se iba con ella para el parking, se dio cuenta de que no me había dicho adiós …. y se volvió de pronto y la dejo esperando para acercarse a darme un beso y las gracias por todo . Ese episodio ha formado parte de mis momentos aernauticos favoritos.
Dicen que la vida pone a todos en su lugar, y que el tiempo coloca las cosas en su sitio. Tuvieron que pasar nada mas y nada menos que 30 años, para que mis pasos se volvieran a cruzar con el…
Hace unos dias, estando yo en una cafetería de La Moraleja , esperando a un cliente, se me acerco un tipo con muy buena pinta, mayor, pero muy guapo.
Me preguntó si yo era yo. A lo que le contesté que hasta donde yo sabia, seguia siendo yo misma. Y .. resultó que era él, al principio no le reconocía … pero después vi que tenía la misma cara , pero llena de arrugas, la misma expresión amable , agradable y simpática.
El hecho de que me reconociera después de tanto tiempo me emociono, por aquello de que no es lo normal que se acuerden de nosotras porque somos muchas en cada vuelo, pero mas mérito que alguien lo haga despues de 30 años, y no digo cuantos kilos…
Me dijo que se había acordado muchas veces de mi, que le encantó como yo era y que fue una linea muy agradable… Venía acompañado de una chica bajita, gordita, morena, con rasgos exóticos. Me la presentó, y ella era de esas personas que cuando te miran te hacen sentir que no hay nada mas importante en el mundo, tenia una mirada franca, directa y limpia.
NO era especialmente guapa, pero se le notaba a la legua que era inteligente y se la veía humilde y buena persona . Me contó cuando me la presentaba que era su nueva novia. Me quedé estupefacta y en mi mirada vio que yo no me atrevía a hacer la pregunta del millón.
Entonces adivinando mi desconcierto, me dijo al oído : ” se que la pusiste la reina del hielo” y hace varios años que me separe de ella. Desde entonces soy un hombre feliz. Me ha dejado sin un duro, pero jamas he estado mas contento.
Nos tomamos un café los tres , y me sentí muy a gusto hablando con ellos de nuestras vidas, de como pasaba el tiempo, de lo que quedaba de nuestra querida compañía IBERIA y de lo mucho que habían cambiado las cosas, la aviación y las personas ….
Cuando se marcharon, les vi salir de la mano, el le sacaba mas de la cabeza, se miraban antes de abrir la puerta el le dio un beso.
Yo me quede pensando … pensando en aquella línea larguísima a La Habana que hicimos hacía más seis lustros…. Si! la primera impresión si que es la que importa , efectivamente, tal y como me pareció la primera vez que lo vi, el lo tenía todo. Era guapo, y también listo. Solo que tardó un poco mas en darse cuenta. No, Yo no me había equivocado
Maria Moralius17-4-2017