Hay actores que levantan auténticas pasiones por sus trabajos. Curiosamente, muchos de estos actores son queridos y odiados a partes iguales, tanto por sus compañeros de trabajo (pensamos en Charlie Sheen, Russell Crowe o incluso la diva Jennifer Lopez) como por el público en general (ese Johnny Deep totalmente encasillado, o esa Anne Hathaway que siembra críticas diversas en cada estreno).
Para los miembros de este equipo hay un actor que, pese a que le reconocemos su valía, nos cansa de sobremanera, el canadiense Jim Carrey y lo hace sobre todo por su exagerada gesticulación facial, haga el papel que haga.
Con todo, como no somos de calificar películas por las etiquetas que tengan o le hayamos puesto a sus protagonistas, hace unos días y mientras hurgábamos en el catálogo de una de las plataformas de streaming que tenemos en casa, nos encontramos con uno de los primeros grandes éxitos de Carrey, “La máscara” y decidimos darle una oportunidad.
“La máscara” empieza desplazándonos a la imaginaria Edge City (una ciudad que por otro lado se parece bastante a New York). Allí nos encontramos con un hombre maltratado por la gente que le rodea (su casera, su jefe, su propia vida, ), Stanley Ipkiss (a quien da vida el propio Jim Carrey). Stan es un torpe y tímido bancario que tiene únicamente dos amigos, Charlie su compañero de trabajo y Milo, su leal perro.
Un día en el banco aparece una despampanante rubia, Tina (a quien interpreta una jovencísima Cameron Díaz) y lo hace con la intención aparente, de abrirse una cuenta bancaria, aunque lo que realmente hace es grabar la cámara acorazada para Tyrell, su novio y uno de los principales mafiosos de la ciudad.
Al poco de conocer a Tina, Stan es invitado a una fiesta, aunque finalmente le es imposible acceder a ella. Cuando vuelve a casa totalmente derrotado, flotando en el río ve un extraño objeto, una misteriosa máscara de madera y hierro que se acaba llevando a casa.
Esa noche, Stan hace dos descubrimientos, el primero que la máscara se adapta como un guante a su cara y el segundo que cuando lo hace, se transforma en un Stan diferente, desinhibido, bromista y casi un personaje de dibujos animados prácticamente indestructible e incontrolable.
Después de que la policía empiece a investigar las apariciones de “la máscara”, Stan vuelve a usarla para ganarse la admiración de la gente del club donde no le dejaron entrar (después eso sí, de desvalijar el banco donde trabaja). Día a día, Stan y la Máscara se confunden más, hasta el punto que empieza a investigar sobre ella, descubriendo que pertenece al dios nórdico Loki y que, es capaz de sacar la personalidad oculta de quien se la pone.
Stan sacando su yo más íntimo con "La máscara"
La misma noche que descubre esta particularidad de la máscara, Stan tiene una cita con Tina en el parque, pero como la chica espera encontrarse con “la máscara”, Stan le cede su lugar justo antes de que aparezca la policía con la intención de detenerle, aunque en vez de eso, acaban todos bailando la conga en un desternillante gag.
Pero como no os queremos destripar todo, os diremos que, sí, la máscara acaba cayendo en manos de Tyrell, el mano de la película y que todos, deberán luchar para que no se salga con la suya, pero, ¿lo conseguirán? Como es evidente, nosotros lo sabemos, pero os animamos a que los descubráis viendo esta divertida película hasta el final.
Técnicamente y aunque os pueda parecer raro, lo que más nos gustaría remarcar de “La máscara” es la particular mezcla de trepidante acción con humor y música sin abandonar los tintes de cine negro que le dan un toque realmente particular a esta cinta. También resulta curioso que, una cinta como “La máscara” que cuenta ya con más de 25 años, continúa resistiendo casi perfectamente el paso del tiempo en cuanto a efectos especiales se refiere.
Desde el punto de vista interpretativo os diremos que, pese a que habitualmente no soportamos muchos el histrionismo de Jim Carrey, en esta “La Máscara” el canadiense está realmente brillante, adaptándose al personaje como se le adapta este la propia máscara. También está realmente bien la, por esas fechas, casi debutante Cameron Díaz dando vida a Tina, la chica que, de una forma u otra, mueve la trama de toda la película.
No os vamos a engañar, “La máscara” no es una película, ni mucho menos, perfecta, pero sí que es realmente entretenida y divertida, por tanto, nuestra nota final es de un 7 sobre 10.
Título original: “The mask” – USA – 1994
Dirigida por: Chuck Russell
Duración: 101 minutos
Género: Fantástico, Comedia