Remakes y reboots de sagas y películas se han realizado desde hace décadas, pero es cierto que la tasa más actual, se ha multiplicado por mil. Por lo tanto, muchas veces son criticados, sobre todo, cuando no hay un espacio mínimo de tiempo que lo justifique. Pero también hay que reconocer que, a veces, se tienen aciertos.
La saga de El planeta de los simios, compuesta por cinco películas producidas entre 1968 y 1973 (El planeta de los simios, Regreso al planeta de los simios, Huida del planeta de los simios, La rebelión de los simios y La conquista del planeta de los simios) ha sido una de las pocas que mejor conservadas se ha mantenido durante largo tiempo a salvo de remakes/reboots.
No fue hasta el año 2001 en el que Tim Burton (Eduardo Manostijeras) intentó llevar a cabo un remake de la obra original, pero fuera del impecable apartado estético, las cosas no le salieron demasiado bien, la película fue vapuleada con razón, pero no vamos a profundizar en qué falla la versión de Burton.
Después de eso, pasó nada más y nada menos otra década, hasta que con el título El origen del planeta de los simios, Rupert Wyatt se atrevió a reiniciar la saga y que actuaba como precuela de la saga original. Tras el inesperado éxito en taquilla, Matt Reeves (Monstruoso, Déjame entrar) agarró en 2014 el testigo dejado por Wyatt, siguiendo el orden cronológico de la obra de Wyatt.
Dado el patrón vírico inicial que usaba la película de Wyatt, la secuela llegaba bajo el título de El amanecer del planeta de los simios, muy similar a la franquicia zombie de Romero. Esta secuela, en su momento me pareció algo inferior a su antecesora. Igual de impecable a nivel artístico y visual, pero menos fresca en su planteamiento, está claro que la secuela de Reeves buscaba más la espectacularidad visual que argumental.
Sin llegar a ser un gran éxito económico para la industria cinematográfica, tal como fue Los Vengadores -por poner un ejemplo- la nueva franquicia funcionó -ambas veces- lo suficientemente bien en taquilla como para seguir exprimiendo ese renovado aire de un planeta apoderado por simios. No era de extrañar que llegase una tercera entrega, que esta vez parece querer cerrar la historia, aunque, ya veremos. Reeves se enfrasca otra vez en la dirección y en el guión junto a Mark Bomback (La jungla 4.0) que ya colaboró con Reeves en la segunda parte de esta nueva trilogía.
La tercera viene bajo el título de La guerra del planeta de los simios que sigue en el punto en el que lo dejó la segunda entrega, pero unos años después, o así lo intuyo yo, después de ver los pelos blancos de la barba de César, su líder.
César y sus monos son forzados a encarar un conflicto mortal contra un ejército de humanos liderado por un brutal coronel. Después de sufrir pérdidas enormes, César lucha con sus instintos más oscuros en una búsqueda por vengar a su especie. Cuando finalmente se encuentren, César y el Coronel protagonizarán una batalla que pondrá en juego el futuro de ambas especies y el del mismo planeta.
Tras su enfrentamiento con Koba en la segunda parte, el bueno de Andy Serkis, que encarnó el personaje de Gollum en El señor de los anillos y El hobbit, vuelve a enfundar su cuerpo en el traje de lycra y encarna a César por tercera vez consecutiva.
Serkis tiene las medidas más que tomadas a su personaje, pero ha evolucionado hacia una versión, sino crepuscular, muy agotada y venida abajo anímicamente. No llega al nivel decadente tan de moda, como se haya visto en la reciente Logan o en Creed. Pero, el César de La guerra de el planeta de los simios, es una versión desgastada y rota del personaje que se ha retirado junto a su pueblo en la profundidad del bosque en busca de la paz con los humanos.
César se siente atormentado por el personaje de Koba que le persigue en sus sueños como un fantasma omnipresente. El retiro de su pueblo se ve perturbado por un coronel austero y tenaz en su propósito, acabar con los simios, interpretado locuazmente por el gran Woody Harrelson (True Detective). Parece que destruirse entre especies es algo que reside en la propia naturaleza del ser humano. El film hace buen acopio de ello.
Los chicos de Weta Digital, creadores de todos los efectos de El señor de los anillos y de las anteriores entregas de esta nueva franquicia simia, siguen imprimiendo y cuidando todos los detalles visuales que engrandecen la saga. Dotan de una gran factura técnica al conjunto, no solo con los personajes, también con la escenificación de las localizaciones y sus efectos, como las nevadas, la lluvia etc. También cuidan la textura en la invasiva amplitud de bosques que crecen sin freno con restos industriales en sus entrañas y que se fusionan con la naturaleza.
Los principales personajes del clan simio siguen siendo igual de carismáticos que en las anteriores entregas, aunque el humor predomina en alguna escena con la incursión de algún nuevo simio, con tal de quitar fiereza al leitmotiv tan belicista que nos muestra la película.
Dicho humor no viene mal, aunque desentona un poco dentro de la propuesta. En general, la película es dinámica y su aparente excesiva duración no hace gran mella en el conjunto, pasa raudo frente al espectador. Quizás, la incursión del personaje infantil aburre y adormece un poco al espectador con su canción de cuna en cierto tramo de la película.
Aunque, los simios son creados digitalmente, la recreación se lleva a cabo mediante puntos de captura, facial y corporal, que los dotan de muchas emociones humanas, haciendo bastante creíble su interpretación.
El guión, ha sido cuidado y tratado con dedicación, pero no es especialmente original. Esconde alguna sorpresa cercana al desenlace, pero se puede intuir fácilmente sin necesidad de ser astrofísico nuclear. Como película, ésta intenta ser la más emotiva de las tres. Usa fuertes lazos familiares entre simios y la comprensión entre humanos y simios, pero esa emotividad solo lo consigue en tramos muy concretos de la historia, gracias en parte, a la intensa y melancólica banda sonora de Michael Giacchino (Super 8, Rogue One: Una historia de Star Wars).
En fin, si te gustaron las anteriores entregas de la franquicia, dudo que esta tercera parte te defraude, aunque la más original y fresca a nivel argumental, seguirá siendo la primera.